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CONGRESO NACIONAL

derse con esta clase de jente. Pero, en el Congreso mismo, hai un individuo que sabe que ha poco tiempo que Coquimbo ofrecía al Gobierno, en tiempo de la administracion del señor O'Higgins, catorce mil pesos que importaba la alcabala por no sufrir a los subastadores. Por este medio tan sencillo que propongo, puede haber una cosa que subrogue enteramente el diezmo, que se entable la contribucion directa.

He oido un informe de uno de los señores de la Comision, que dice que esos pagos o utilidades que tienen los subastadores salen de la misma masa; pero esta masa ¿no es contribuida por los mismos pueblos? En este caso, ¿no es lo mismo que si sacasen de la Casa de Moneda; pues que, todo lo que gana, es contribuido por el pueblo? Que seria mayor inconveniente, agrega, que se administrasen los diezmos. Yo creo que tan perjudicial es la subasta como la administracion. ¡Yo proponer administracion de asuntos fiscales! Ojalá que no hubiese ninguna, i quizá luego en Chile ni aduana habria. Se dice que los pueblos siempre se resisten a pagar. Yo creo que se injuria a los pueblos; ellos, cada vez que se les dice que hai necesidades en el Erario, contribuyen bien quietosamente; i si se les dice que se ha quitado ya el diezmo i es preciso tratar de subrogarlo con otro impuesto ménos gravoso, ¿se opondrian a esto? Los pueblos, pocas veces se engañan, i acaso por las continuas exacciones que han sufrido, se ha rechazado por los pueblos la contribucion directa, creyendo que, a mas de las cargas que tienen, se les quiere imponer otro impuesto, i estoi persuadido que si no se hace presente, a los pueblos la abolicion de diezmos, ántes de poner en planta la contribucion directa, ella dará con mil escollos i quizá sean inútiles los esfuerzos que se hagan para imponerla; nadie desea mas que yo que no haya mas que una especie de contribucion; ojalá todas se pudieran reducir a la directa.

Tambien se dice en el mismo informe, que proponga la abolicion del diezmo. Yo no he propuesto en mi mocion la abolicion de diezmos sino la subasta de ellos. No vengo aquí a disputar si el diezmo es derecho divino o nó; pero nadie me negará que esa forma de recaudarlos es de derecho civil; i lo que es de derecho civil ¿no lo podrá una autoridad civil derogar? Lo que yo quiero es que se ponga otro modo para derogar el diezmo de un modo ménos gravoso.

Concluye el informe, que ya se ha causado muchos males por esta mocion; esto es decir que yo he sido su autor; ojalá que todos los males que yo hiciera, fueran como éste, es decir, proponer todo lo que contribuye a la felicidad de los pueblos. En proponer yo que se reforme una contribucion tan pesada ¿he causado algun mal? Yo creo que los que hacen el mal serán los que dejan correr esta contribucion tan gravosa. He dicho, protestando responder a las objeciones que se hagan.

El señor Gandarillas pidió se volviese a leer el proyecto.

El señor Presidente. —Cuando la Comision de Hacienda ha opinado que no estaba en tiempo de subrogarse la masa decimal en la contribucion directa, tuvo por fundamento que ésta acaso no se podrá verificar en un año ni en año i medio: i, por consiguiente, vendríamos a quedar en este tiempo sin un recurso seguro, cuando le es esta entrada que mas o ménos importa 400,000 pesos. Hemos visto palpablemente que, cuando se ha querido quitar un derecho, ántes de subrogarlo con otro, se ha perdido.

Dice el autor de la mocion que se podrá sacar de los hacendados el dinero sin necesidad de pagar 500 o 600,000 pesos en la recaudacion. ¿Qué de tiempo no se ocuparía en poner los cupos solamente? ¿cuántos reclamos no habrían por los pobres o por los que quisiesen finjirse pobres? Entró la Comision en discusion i oyó que el proyecto del señor Infante era un proyecto laudable, un proyecto útil a los pueblos; pero un proyecto inverificable por ahora. Contémplese no mas si se podrá calcular el cupo para que los hacendados den los 400,000 pesos ¿qué norte se llevará para acertar en un asunto tan oscuro?

Así, sin atacar el proyecto, digo que, por ahora, es inverificable. Tambien me parece que es mui ponderado el cálculo que se hace, por el autor, de la recaudacion de diezmos, es mui abultado i seria un fenómeno que la recojida costara mas que el diezmo. Me parece que es exajerada la garantía que se supone en los recaudadores, porque a excepcion de uno que otro los demás salen ganando 80 o 90 por ciento. En esta consideracion, no pudiéndose subrogar 400,000 pesos tan seguros como el diezmo, no se debe tocar este punto a ménos que, con la contribucion directa, no se pudiese subrogar; pero, desde ahora, dice el señor autor de la mocion que los pueblos temerosos de que se les engañase, ocultarían sus bienes. No puede ser porque el proyecto está formado de tal modo que no puede haber fraude, porque a mas de confiarse en la buena fe de los hombres de bien, el que no lo sea, sufrirá que vaya un tasador a su costa para que tasen sus bienes. Tambien está fundado en la verdad misma del proyecto. Si los pueblos de afuera no lo comprenden, para eso está aquí su Congreso, para eso hai sujetos de luces que se los escriban i espliquen clarito, con que es un supuesto falso que los pueblos no lo admiten.

El señor Palazuelos. —Si creyésemos hacer felices a los hombres con quitar todas las cargas que los oprimen, con valor al Estado de independencia natural se consiguirá en tal caso no necesitamos de instituciones sociales; pero, si se quiere mantener éstas, no podrá ser sin algunos sacrificios. Por este principio, creo que la mocion actual es inadmisible. Los diezmos (es cierto), gravan a los pueblos i tambien es cierto que adolecen de un defecto que sufren todas las