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SESION DE 12 DE ENERO DE 1825

El señor González. —Señor, la Comision de Poderes ha opinado, aun |ue no ha sido por escrito, que no se le admita la renuncia al señor Araos, porque ella solo ha sido hecha por pura delicadeza. Aunque alega que está enfermo, con todo, está fundado en razones mui frivolas, por que ni ofrece certificado ni lo comprueba como debia.

El señor Ovalle don J. A. —I si el señor Benítez viene, i como primero i prefi rido, entra a la Sala ¿qué será del señor Araos? Al señor Benítez se le ha declarado la preferencia por el Congreso i por la Comision.

El señor Argomedo comenzó a hablar sin pedir la palabra, i el señor Presidente dijo:

Tiene la palabra el señor Argomedo i no vuelva a hablar otra vez sin pedir a.

El señor Argomedo. —Pide la palabra el señor Argomedo i el señor Argomedo suplica a US. que haga lo mismo con los demás, cuando no pidan la palabra. Ha dicho el señor Argomedo.

El señor Presidente. —¿El asunto de la integración de la Sala por el señor Araos se discute o debe ponerse en votacion?

Se votó esta proposicion i resultaron 35 sufrajios porque se votase i 3 por la discusión.

Se preguntó ¿se admite o nó la renuncia del señor Araos? Resultaron de la voacion 34 sufrajios que no se le admita, sobre 4. Se preguntó si conocida la dificultad que viniese el primer suplente, se llama al señor Araos. Se acordó que sí por 36 sufrajios.

El señor Presidente. —El asunto mas interesante i el primero que debia entrar en discusión se halla pendiente, que es el de los medios que pide el Gobierno para socorrer al Erario. Se han esperado los estados que se pidieron; éstos no se han remitido todavía. Así no podrá el Congreso ocuparse de esa discusión tan importante i pasaremos a otras muchas que hai pendientes. Según el informe de los secretarios, el asunto mas sagrado i el que mas compromete en su demora a la Sala es el del señor Mackenzie. Las circunstancias de ser condos comerciantes del país, obligará a muchos individuos que se hallan ligados en el asunto a despejar la Sala. Yo seré uno de ellos por la intimidad que tengo con el abogado, patrono de la otra parte.

El Congreso a mi ver, en consideración a esto, me parece que debería habilitar a la Sala para que deliberase sobre este asunto con ménos de las dos terceras partes, porque debe quedar incompleto el número, retirándose los que están complicados en este asunto.

El señor Muñoz de Bezanilla. —Para este asunto i otros varios que hai pendientes pudiera hacerse una sesión estraordinaria mañana u otro dia.

El señor Muñoz. —Siempre seria mui conveniente dictar una lei jeneral para estos casos estraordinarios que suelen ocurrir, i evitaríamos una discusión cada vez que ocurra.

Se leyó la proposicion siguiente: ¿se espera a que se integre la Sala para tratar sobre la interposición del cónsul de S. M. B. sobre el asunto de Mackenzie o se autoriza a la Sala para proceder a su deliberación con ménos número?

El señor Infante. —Ya se ha espuesto que hai 35 diputados hábiles, tres se esperan luego i ademas el suplente de la capital. Espongo esto para que no se abra una calle a que delibere la Sala en otros asuntos de esta naturaleza con ménos número de los dos tercios. De este modo luego se reducirá el Congreso a uno sobre lo mitad o dos a lo mas. Ahora que vemos que concurren 38 diputados o dos sobre los dos tercios, i que creo que la Sala siempre deberá estar completa, principalmente cuando se esperan mas diputados ¿cómo hemos de permitir que deliberen ménos que los dos tercios?

Se votó la proposicion i se acordó por 26 sufrajios sobre 12, que no se espere i que deliberen solo los que queden en la Sala, despues que la despejen los que están complicados en el asunto, i se dejo la deliberación de este asunto para la primera sesión, despues de haberse leido los informes de la Comision.

Se leyó un oficio del Ministro de Hacienda, dando parte de haberse ya mandado suspender el remate de diezmos.

Se leyó otro del mismo, con el que remitía el estado que habia ofrecido anteriormente.

Leyóse otro, anunciando que remitía los datos estadísticos que se habian podido conseguir i que habia pedido la Comisión de Hacienda.

Se mandó pasar a la Comision de Hacienda el 2.° i 3.° oficio del Ministro.

El señor Presidente. —La Comision de Hacienda tiene el sentimiento de la enfermedad del señor Henríquez, que es uno de sus miembros. Parece que la Sala debia determinar cuál es el que le subroga. La Comisión de Hacienda es la mas interesante de todas i la que debe trabajar con mas anticipación. Ahora no lo podrá hacer por la falta de ese individuo. Yo no hallo quién lo subrogue porque todos los señores se hallan recargados con muchas comisiones.

Se nombró al señor González para que le subrogase.

Se leyó una representación de los dos taquígrafos i el informe de la Comisión con un proyecto de decreto en dos artículos, el 1.° para que se les admita a la Sala i el 2.° dándoles la asignación de 100 pesos a uno i la de 50 a otro.

El de la admisión se aprobó por unanimidad i el 2.° por 33 sobre 4.

El señor Echeverría. —Estamos tratando de establecer la Hacienda i para ello se necesitan muchos datos que existen en el archivo del Senado. Uno de ellos es sobre el millón i medio que se prestó al Perú. El millón está reconocido pero el medio millón está por reconocerse. El señor Larrea se eximió de reconocer esta deuda, lo mismo ha hecho el señ r Salazar. Estos documentos están en el archivo i es asunto de la