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CÁMARA DE DIPUTADOS

cree que seria mui conveniente proveer desde luego un corto número. Irregular seria un Obispado sin cabildo; i lo que es mas, el obispo se veria privado de tal ausilio i las ceremonias del culto no se celebrarían en la nueva iglesia con la solemnidad competente. Un proyecto de lei que concibe el logro de estos bienes con la escasez de nuestras rentas, se presentará al Congreso. Otra necesidad, consecuencia de la ereccion de esteObispado, es la construccion de un templo en la Serena, que sea mas capaz i decente que el que hasta aqui ha servido de iglesia parroquial. El Gobierno ha dado ya sus órdenes para que se lleve a efecto.

Aprobado por el Senado, en su anterior período lejislativo, la propuesta que hizo el Gobierno en el digno Párroco de la Serena para presidir esta nueva Diócesis, se ha hecho la correspondiente presentación a Su Santidad.

Las provincias de Chiloé i Valdivia, separadas del resto de la República por mares o por tierras ocupadas por los bárbaros, mas atrasadas que las otras del Estado i casi fuera del alcance de la vijilancia de las autoridades superiores, que mejor pudieran promover sus adelantamientos, son las que mas imperiosamente exijen un obispo que provea a las necesidades espirituales de sus habitantes, que corrija los abusos introducidos en el culto i trabaje con celo en la propagación de la relijion i mejoramiento de las costumbres, fomentando i dirijiendo la predicacion evanjélica. En ellas viven muchos habitantes sin comprender la majestad de la relijion que profesan o confunden esta relijion con practicas supersticiosas que los degradan en vez de ennoblecerlos, o la desconocen enteramente i se encuentran privados de sus inestimables bienes. Por fortuna estos males se acercan a su término. La Bula de erección del Obispado de Chiloé ha llegado a manos del Gobierno i se tomará en consideración luego que haya recibido la aprobacion del Senado la persona que debe rejir aquella Diócesis, que se propondrá en las presentes sesiones.

Funciones de segundo órden pero de grande influencia en el bien social, ejercen los párrocos. Encargados de suministrar a los fieles los ausilios espirituales, de instruirlos en las verdades de la relijion, de formar sus costumbres con la predicación i el ejemplo, deben juntar a una virtud sólida i un conocimiento cabal de nuestra relijion, un celo ferviente i una contraccion esclusiva al desempeño de su ministerio. Pero a los que de este modo se consagran al bien de sus semejantes, a los que procurando la gloria de Dios influyen tan directamente en el bien de la sociedad, debe proporcionárseles la dotacion o emolumentos suficientes. Un párroco incongruo por mas que desee dedicarse esclusivamente a su ministerio, se verá distraído con frecuencia por atenciones estrañas i a que no podrá renunciar sin someterse a penosas privaciones. De aqui la necesidad a ausiliar a los sacerdotes que gobiernan parroquias que no alcanzan a suministrarles la cóngrua subsistencia i la de distribuir de un modo mas equitativo las asignaciones con que el Tesoro nacional contribuye a muchos párrocos. La división de varios curatos ha disminuido notablemente las entradas de algunos curas; i el progreso del pais ha hecho ricas i productivas parroquias ántes estériles o incultas. El Gobierno reúne actualmente todas las noticias necesarias para proceder con acierto a una nueva distribución de dichas asignaciones. Tambien cree que seria muí conveniente invertir en ausiliar a los párrocos los censos de indios que en el dia se destinan a objetos mui diversos. Escusado es decir, que tales medidas solo remediarán los males mas urjentes, i que en esta materia habrá siempre muchos, hasta que no sea posible dotar a todos los párrocos por el Tesoro nacional.

La grande estension de la mayor parte de las parroquias es talvez la principal causa de su administracion. Por activo i dilijente que sea un cura, difícil es que pueda cumplir sus deberes para con individuos que viven a tantas distancias, dilícil es que pueda influir en ellos de un modo provechoso, i aunque les preste los consuelos de la relijion en sus últimos momentos. El remedio de estos males, aunque manifiesto i evidente, no es tan fácil de llevar a efecto, porque requiere cuantiosas erogaciones para edificar templos parroquiales en una multitud de lugares, i dotar muchos párrocos que quedarían incóngruos; i sobre todo, porque no encontrariamos el número suficiente de sacerdotes capaces de cargos tan delicados. No obstante, es preciso pensar en la división de las parroquias, porque es el único medio de poner los ausilios de la relijion mas al alcance de los fieles. El Gobierno, de acuerdo con el respectivo Diocesano, ha procedido a ella en aquellos lugares en que era mas urjente, i piensa promoverla del mismo modo en otros, a medida que las circunstancias lo vayan permitiendo.

Tan lejos estamos de poder soportar los gastos que serian consecuencia de la mencionada division practicada en todas las parroquias en que es conveniente, que ni aun podemos subvenir a los que exije el órden actual. Destruidos o ruinosos están los templos de varias parroquias, en otras solo existe un edificio estrecho i poco decente en que celebrar las augustas ceremonias del culto. En el período de que doi cuenta se ha proveído con anhelo a esta necesidad: San Cárlos, Talca, Valparaiso, Renca, Illapel, i otros curatos han tenido gran parte en los socorros suministrados por el Gobierno. El noveno i medio que las leyes asignan a las fábricas de iglesias se ha invertido todo en su esclusivo objeto, i se hará lo mismo en adelante. Pero son tantas las parroquias que claman por nuevos templos i comparativamente tan corta la suma