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SESION EN 29 DE JULIO DE 1844

Aduana de Valparaíso, Julio 7 de 1844.— Juan M. de la Fuente.


Núm.85

Doña Mercedes Fernández viuda de don José Mateo Fábres, vista de la Aduana de Valparaíso ante V. E., con mi mayor respeto espongo: que en los documentos que en forma acompaño consta haber entrado mi finado esposo a servir esta Aduana de Santiago en el empleo de oficial quinto con fecha 1.°de Setiembre de 1821, haber ido en comision a Valparaíso con don Juan Manuel Baso en 1822, a poner en planta el nuevo Reglamento de Aduanas, como tambien en otra comision con el administrador don Joaquín Campusano en 5 de Agosto de 1826; haber obtenido el empleo de vista interino de la misma Aduana Jeneral en 25 de Agosto de 1829 hasta la estincion de ella, i despues el de vista de la de Vaiparaiso, en cuyo empleo falleció el 5 de Febrero del presente año.

No se han podido encontrar los títulos de los empleos intermedios, por haberse estraviado uno de los libros, pero es constante i notorio que todos ellos los desempeñó por escala.

Las aptitudes, dedicacion i escrupulosa honradez de mi finado esposo, le hicieron acreedor a los mas dignos elojios de sus jefes i de todo el público, pudiendo asegurar con toda satisfaccion, como se espresa el señor administrador de la Aduana de Vaiparaiso en su informe, que la Nacion ha perdido en él un fiel servidor.

El Mercurio de Vaiparaiso, de fecha 10 de Febrero último; en su artículo editorial, se hizo el órgano del sentimiento jeneral que causó en el mismo puerto el fallecimiento de ni esposo, tributando a su memoria justos encomios.

Este sentimiento fué tanto mas acerbo para todos, al ver el estado deplorable de orfandad i miseria en que dejó a una viuda con nueve hijos menores de edad, pues el día de su fallecimiento sólo tenia 5 reales, habiendo sido preciso levantar entre sus amigos una suscricion para enterrar su cadáver i socorrer por de pronto a tan numerosa familia para que no pereciere. ¡Ejemplos, sin duda, tan poco comunes que manifiestan hasta dónde puede llegar el estado lamentable de la familia de un empleado, su acrisolada honradez i su absoluta consagracion al servicio!

El dolor tan justo de esta pérdida me ha agravado considerablemente la enfermedad de que hace años padezco, i en que mi esposo acabó de agotar sus recursos, fuera de los que consumía en el sosten i educacion de tantos hijos i de la anciana madre del mismo.

Don Fermín Fabres, padre de mi esposo, sirvió al Estado mas de treinta años, habiendo fallecido de juez de balanzas en la Casa de Moneda, i su hijo don José Mateo ha servido sin interrupcion 22 años.

I ¿será posible que los Padres de la Patria no se conmuevan con el triste espectáculo de una numerosa familia sumida en la indijencia, i que no estiendan hácia ella una mano benéfica que enjugue sus lágrimas i alivie su desgraciada situacion, premiando al mismo tiempo los sacrificios de tantos años del abuelo i del padre de unos fieles servidores de esa misma patria? ¿Se dejará que una viuda i enferma perezca con sus tiernos hijos o que no teniendo éstos cómo educarse salgan unos ciudadanos viciosos o perdidos?

No, por cierto. Sería ofender los sentimientos de patriotismo i de filantropía de los representantes de la Nacion i de V. E. si no esperase con confianza la asignacion de una mesada o pension, como se ha hecho ya con otras, que no han quedado quizas en tan estrema indijencia. Con ménos de 50 pesos es casi imposible que pueda sostenerme con mis nueve hijos i costearles al mismo tiempo la educacion para que puedan llegar a ser fieles imitadores de las virtudes de su padre i otros tantos ciudadanos útiles al Estado.

Por tanto,

A V. E. suplico reverentemente se digne recomendar esta solicitud al Soberano Congreso para que me otorgue dicha gracia durante mi viudedad, la menor edad de mis hijos varones i la solteria de mis tres hijas mujeres.— Excmo. señor.— Mercedes Fernández de Fábres.


Núm. 86

El artículo de El Mercurio de Valparaíso de fecha 10 de Febrero de 1844 a que hace referencia la señora Mercedes Fernández v. de Fábres en su solicitud que antecede es el siguiente:[1]

NECROLOJÍA

El 5 del corriente a la edad de 49 años ha fallecido en esta ciudad don J. Mateo Fabres. Estaba empleado de vista en nuestra Aduana desde el año de 1833, despues de haber servido en la de Santiago cerca de 14 años.

A pesar de su salud enfermiza, el señor Fábres era exactísimo en el cumplimiento de sus deberes i jamas faltaba a su oficina. Ultimamente estaba sirviendo en la 5.ª subdelegacion.

Las cualidades recomendables que poseía el señor Fábres le habían hecho acreedor a la estimacion de cuantos le trataron, los que se pren

  1. Nota del Recopilador.