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CÁMARA DE DIPUTADOS

neral Freire: i no puede negarse que este es un servicio de grande importancia.

En segundo lugar el señor jeneral Freire como el señor jeneral Las Heras, eran una escepcion que lastimaba el corazon de todo patriota, que veia en estos jefes unos hombres a quienes la nacion debe servicios tan importantes.

Lastimaba sin duda, ver arrinconado al señor jeneral Freire, con el sueldo de un sarjento mayor, cuando tenia aptitudes para desempeñar, no digo esa comision aunque es demasiado importante, sino otros cargos que demandan mas capacidad i conocimientos.

Esta escepcion pues, era una de aquellas que el Gobierno no podia mirar con indiferencia, i por esto es que llamó a la otra Comision al señor jeneral Freire, i al proceder de este modo, el Gobierno ha hecho una cosa que, a mi juicio i el de todos los patriotas justos i sinceros, debió haberla hecho mucho antes.

Lo mismo digo con respecto al señor Jeneral las Heras, que su posicion es una especie de acusacion que se está haciendo a la Nacion, es una injuria a la patria i a sus servidores. Abrase la historia de nuestra revolucion, i se verá lo que la Nacion debe a los dos guerreros a que acabo de aludir.

Yo sentiria, señores, que un asunto de esta naturaleza viniese a tener tan mal éxito en un Congreso que si se ha ocupado de algun individuo, ha sido para darle honores i recompensas, i nunca para agraviar a nadie.

¿I cuánto señores, se piensa que es la diferencia del sueldo que gozaba el señor Jeneral Freire al que ahora goza por la Comision a que ha sido llamado? Este sueldo no es mas que el de un Coronel, i no el de los Coroneles mejor dotados. Toda la diferencia, pues, no es mas que de $ 1.800 pues su sueldo en la actualidad es el que he dicho. Esto es todo, señores; siendo, como es, un hombre de quien la historia chilena nos da un testimonio auténtico e irrefragable de sus heroicos hechos, de sus importantes servicios. Concluyo, pues, diciendo que esta Cámara debe desechar el acuerdo del Senado con respecto al sueldo del señor Jeneral Freire.

El señor García Reyes. — No habia pensado volver a tomar la palabra, sobre este asunto, porque en mi primer discurso habia espuesto todo lo que la Comision de Presupuestos tuvo presente al hacer la indicacion que nos ocupa. Mas, se ha querido dar a esta cuestion un carácter de personalidad que la desnaturaliza enteramente. La Comision de Presupuestos no ha visto mas que una providencia gubernativa antieconómica, que no deberia merecer la aprobacion del Congreso; los señores preopinantes han visto tan sólo la ofensa que se quiere hacer al interes pecuniario de una persona, sin embargo, de que les es bien constante que si se ha tocado en algo al Jeneral Freire, no es sino como un eslabon de la cadena de economías propuestas por la Comision, i que recae sobre un centenar de personas de todas condiciones i partidos. Puedo hablar en este asunto con entera franqueza: ni mis antecedentes, ni mis circunstancias actuales tienen nada que ver con el Jeneral Freire, no se me puede atribuir espíritu alguno de hostilidad como chileno; tengo noticias de sus méritos i de sus servicios; como ciudadano, me he complacido siempre, así como el señor Presidente de la Cámara, en la fraternidad de los hijos de la República, i no he sentido ménos complacencia que él cuando he visto al señor Jeneral Freire asistir a las fiestas nacionales en consorcio con otros personajes cuyas diferencias han sido fielmente olvidadas. Si el Gobierno ha querido dar testimonio de buena voluntad al Jeneral Freire, tambien lo ha hecho el Congreso, i de una manera mas positiva concediéndole el percibir desde luego en dinero contante $ 20.000 que por las leyes vijentes debian pasar a la consolidacion.

Los miembros de la Comision de Presupuestos pertenecen al Congreso que otorgó esa gracia, i han cooperado a ella. Digo esto para que se vea cuán estraño es de la presente cuestion lo que toca a hacer demostraciones de aprecio por aquel Jeneral, de quien la Comision nada dice, i a quien tampoco se ha intentado como hombre privado ni como hombre público, hacer daño de ninguna especie. Para consideraciones, para favorecer las Cámaras i el Gobierno, han hecho lo bastante.

Aquí se trata sólo de una providencia gubernativa, que así puede recaer mañana sobre otro individuo, como ha recaido ahora sobre el Jeneral Freire; providencia mala en sí misma i digna de censura independiente de las personas a quienes pueda afectar. Se ha sacado de su retiro a un Jeneral i puesto en una comision nominal nada mas que para que gane sueldo, habiendo como hai en la República, muchos otros oficiales rentados que pueden desempeñar la comision sin gravámen del Erario. ¿Merece esta providencia la aprobacion del Congreso? He aquí todo lo que hai que tratar. Yo no insistiré, sin embargo, en hablar mas sobre este punto, porque lo dicho sobra i cada uno de los señores Diputados debe haber formado ya su conciencia en una materia fácil de resolver.

La cuestion que nos ocupa no puede ser interesante sino como una discusion de principios de administracion aplicable a un sinnúmero de cosas de una misma naturaleza que el presente. El señor Presidente de la Cámara es el único de los dos señores preopinantes que ha tocado el punto a este respecto, de ninguna manera estoi conforme con la doctrina que ha emitido. La Constitucion, señor, ha creado varios poderes i a cada uno de ellos le ha señalado atribuciones peculiares. Los tribunales juzgan, el Presidente de la República espide reglamentos, hace nombramientos etc., el Congreso lejisla. Pero hai asuntos que ha confiado a la decision con