Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXVI (1845).djvu/197

Esta página ha sido validada
197
SESION EN 30 DE JULIO DE 1845

zos, porque no hai en ella injentes capitales; ni tampoco alcanzo a descubrir qué razones económicas haya para raciocinar de este modo.

Se dice, señor; ¿cómo es posible que abandonemos un artículo de nuestra industria nacional, el cobre que es el único objeto de cambio que tenemos, por protejer dos o tres minas de carbon de piedra? I yo pregunto ¿quién lo abandona; quién nos aconseja atacar la industria del cobre por fomentar la del carbon? ¿No es todo al contrario lo que pretendemos los sostenedores del proyecto? ¿Porque se da proteccion al carbon que se esplota en el Sur, se abandonan los minerales del Norte? Este es un error, señor: se abandonaria cuando no pudiesen trabajarse esos minerales sino con carbon de piedra, i nos negásemos a facilitar este combustible, lo que seria un error mayor imajenárselo. Pero tambien se ha fijado el señor Diputado por Castro en lo que dije refiriéndome a la competencia.

El conflicto, señor, de que yo he hablado no se va a establecer entre el Norte i el Sur, no se va a establecer entre el cobre i el carbon; lo que yo he dicho es que se va a establecer un conflicto entre el carbon de piedra del Sur i el estranjero. Esta es la lucha que se va a establecer; lucha en que no puede ménos que perecer el del Sur.

Pero se dice que la industria del carbon no merece proteccion ni debe llamarse industria, porque no han refluido a ella grandes capitales ¿por qué no diríamos otro tanto de las demas industrias? Porque a la agricultura no han refluido todavía capitales que le den gran fomento, ¿hemos de atarla tambien? Raciocinando de este modo dejemos introducir del estranjero libres de derechos el cuerambre, el trigo i las demas producciones del pais.

Si al comercio tampoco han refluido todavía grandes capitales i todos los dias está horrorizándonos con sus bancarrotas, como se dice, aniquilémoslo tambien, no exijamos siquiera las patentes que pagan los estranjeros. ¿Por que? porque todavía no es industria.

Yo creo, pues, señor que si se trata de libertar de derechos la importacion del carbon de piedra estranjero, no se consigue que funda el cobre con carbon sino en ciertos casos, pero sí se consigue arruinar completamente la industria del Sur, porque el carbon chileno nunca puede competir con el estranjero.

Sin establecer este conflicto, sin establecer esta lucha entre la industria del carbon chileno i la industria del carbon inglesa, se puede fomentar la industria del cobre en el Norte, fomentando al mismo tiempo la del carbon de piedra chileno. A este propósito está destinada la indicacion que he presentado per escrito. Se divide en dos partes: en la primera se rebaja el 15 por ciento el derecho de importacion del carbon i se autoriza al Ejecutivo para que señale los puertos o caletas en que debe introducirse para el Norte: i en la segunda se libertan de todo derecho de esportacion los cobres reducidos a pasta por medio del carbon de piedra. Como creo que esta indicacion debe de decidirse preferentemente, segun el Reglamento, prevendré que convendrá votar separadamente sobre sus dos partes, porque habrá señores Diputados que no adopten la segunda sino la primera. He dicho.

El señor Pinto. — El señor Diputado que tan elocuentemente acaba de hablar, dice que sobre una base falsa está fundado el proyecto del carbon de piedra, i que se quiere forzar a los mineros a que fundan con carbon i no con leña. Pero, señor, el Gobierno no ha procedido de motu propio; han precedido peticiones de mineros, en que piden que se les permita la introduccion del carbon de piedra, porque a la vuelta de tres o cuatro años se van a encontrar sin leña. El Gobierno, repito, no ha procedido por si sólo en esto; ha sido a consecuencia de representaciones formales firmadas por los mismos minero. Yo he hablado aquí en Santiago con un minero mui respetable quien me dijo que sentia no haberse encontrado allá para haber firmado él mismo la representacion.

Creo que este pensamiento es sumamente benéfico para las provincias del Sur, porque con la introduccion del carbon de piedra estranjero se va a crear una necesidad que no existia, i porque a medida que esta fuera creciendo iria tambien desarrollándose la industria de aquellas provincias. Sabido es que en las provincias del Norte se hace sentir demasiado la necesidad de combustible; esto es en les lugares de minas. En la provincia de Coquimbo no hai bosques, no hai leña, i los que han estado allí saben esto; i últimamente, señor, en Copiapó, no se halla un injenio en actividad, porque hasta las raices se estaban arrancando. Ahora, pues, si es visto que los injenios del Norte no podrian pasarse sin este carbon de piedra por la falta de leña, ¿no se habria hecho el mayor bien a las provincias del Sur cuando por medio de la introduccion del carbon estranjero se estableciese esta necesidad? Entónces si que entraria el Gobierno haciendo esto mismo que se pide; pero miéntras tanto conviene que nuestro carbon vaya desarrollándose lentamente para que al fin llegue a subrogar al estranjero. ¿Qué nos importa que tengamos ricos minerales de este combustible, si no contamos con los medios suficientes para esplotarlos? Si hai un injenio que prefiere el carbon de piedra estranjero con su 20 por ciento de derechos, claro está que será porque le hace mas cuenta.

Si los mismos fundidores con leña son los que piden la introduccion del carbon, ¿cómo se les quiere forzar a otra cosa cuando es mui ostensible que si lo hacen así es porque en ello está su conveniencia? Pero no nos cansemos, señor; el Gobierno, como he dicho, ha sido instigado