esta súplica ante quien puede remediar mis necesidades. Mi esposo, ▼Soberano Congreso, fué uno de los primeros ciudadanos que ofreció sus servicios a la nacion en las circunstancias mas criticas, como lo fueron cuando espedicionó el ejército nacional a la restauracion del Perú.
El clima mortífero de aquella República i las privaciones de todo jénero consiguientes a una campaña fueron la causa de que mi esposo contrajese achaques que causaron la desgracia que hoi lamenta; i lo que es mas el haber quedado con un hijo inútil por naturaleza, incapaz de fundar en él la menor esperanza. Razones son éstas que espero pesarán en el ánimo de vuestra Soberanía i agregando la principal de que por los triunfos adquiridos en aquella gloriosa espedicion, se me conceda una pequeña pension para subsistir con mi desgraciado hijo.
Destituida de los títulos con que el Supremo Gobierno honró a mi finado esposo, sólo puedo acompañar a esta peticion los documentos que comprueban en parte las comisiones que desempeñó despues del regreso de la enunciada campaña.
La lei del Montepío, Soberano Congreso, no me comprendió en sus beneficios, porque los servicios de mi citado esposo no alcanzaron a que disfrutase yo de ellos.
Es gracia, que espero alcanzar de Vuestra Soberanía. — María Romero.