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SESION EN 4 DE SETIEMBRE DE 1844

aquellos isleños son pacíficos i que si tienen sus diferercias, las concluyen amigablemente: no creo, pues, que haya motivo para hacer esta escepcion.

Se procedió a votar sobre el artículo, dando despues lugar a la indicacion, i fué aprobado por mayoría de 30 votos contra 4. La indicacion fué aprobada tambien por mayoría de 22 votos contra 12, en estos términos: "quedará la provincia de Chiloé, por ahora i miéntras el Presidente de la República lo crea conveniente, sujeta al tribunal de Apelaciones de Santiago." Esta indicacion fué puesta a ccntinuacion del artículo.

Se suspendió la sesion.


A segunda hora se puso en primera discusion particular el proyecto de vsueldo para los taquígrafos.

El señor Montt. —Cuando los taquígrafos comenzaron a ejercer sus furciones, conocieron mui bien las bases bajo las cuales iban a servir, o a lo ménos, deberían tener conocimiento del decreto en que se hacía su nombramiento, i de la renta que por él se les señalaba. Sirvieron pues todo el tiempo en que la renta era mayor i al llegar el tiempo en que esta era menor, han dicho que tienen resuelto separarse del servicio; i esto lo hacen ccn cierto tono que me parece que debe influir mui poco para que la lei les conceda mayor renta. "Avisamos a la Cámara, dicen, que estamos resueltos a suspender nuestras tareas para que no les tome de nuevo.

Si los taquígiafos encontraron pequeña la renta, escasa la recompensa, ¿por qué aceptaron el cargo desde el principio? ellos sin duda no tuvieron el ánimo de continuar desde el momento en que vieron la disminucion del sueldo, i deberian haberse abstenido de aceptar un cargo que les era gravoso i cuya recompensa no les era bastante.

Por esta razon, yo opino porque no se les aumente el sueldo. Tengo ademas otra consideracion, i es que la cantidad que la lejislatura gasta en la redaccion de sus sesiones me parece excesiva.

Agregaré a esto para opinar en contra del artículo, que el proyecto presentado por la comision comprende tambien a los taquígrafos del Senado, los que sin duda estarán muo contentos con su renta, pues yo no sé que hasta hora hayan reclamado. Vamos, pues, por este artículo a dar rentas a personas que no las piden, a gastar una cantidad mayor que la que prudentemente debe gastarse.

El señor Palazuelos. —Yo, señor, creo justa la solicitud de los taquígrafos. Debo confesar francamente que no recuerdo si he pertenecido a la comision que ha firmado el artículo que se ha leido en la Cámara; pero sea de esto o que fuese, sé que los taquígrafos deben, para cumplir con su deber, consagrarse todo el tiempo que duran las sesiones del Congreso, al trabajo de redactarlas.

Sé tambien que este trabajo no es el de meros escribientes; es un jénero de traduccion en que tienen que ocupar tedas sus facultades; tienen sobre todo, que hacer los mayores esfuerzos, no sólo para sacar con exactitud el pensamiento de los discursos que publican, sino tambien que en la necesidad o en la imposibilidad en que se encuentran de publicar estos discursos de la misma manera que se pronuncian, toman a su cargo el trabajo de hacerlos lo mas exacto que les es posible.

Este trabajo es mui penoso, señor i difícilmente o mas bien diré, de ninguna manera se recompensa ccn 50 pesos.

Sabemos que un abogado por un escrito cualquiera en que ocupa un momento de su tiempo pide unas 3 o 4 onzas. Los taquígrafos, repito, no hacen aquí el oficio de escribientes, sino de traductores del pensamiento, i a mas de eso, se ven en la necesidad de hacer una especie de composicion, digámoslo así, en que organizan i acomodan esos mismos discursos que se han pronunciado.

La Cámara, por otra parte, debe ver que este sueldo de 50 pesos se paga a cualquier empleado subalterno, i que los que le hacen este pedido son aquellos a quienes les están encomendados los trabajos parlamentarios, obra importantísima en que está interesada la opinion de este cuerpo, la de cada uno de sus miembros, la de la nacion entera, i si no los pagamos bien, nos esponemos a lo que se espone cualquiera que no paga bien el servicio que se le hace.

Tambien recuerdo que se ha dicho en el discurso anterior que la forma en que se hace este pedido no está arreglada a la circunstancia o condiciones del decreto o acuerdo del Congreso, por el que se les concede esta renta a los taquígrafos. Oiré que la forma en que los taquígrafos hacen su solicitud, es una manera de hablar de que cada dia me apasiono mas; me gusta mucho que cuando un individuo cualquiera se propone hacer presente lo que se le debe en dinero, hable con mucha enerjía; esta proposicion parece mia; pero sea como se quiera, yo soi de opinion que estos negocios de dineros se traten mui seriamente i ccn enerjía.

Estos negocios de dinero influyen mucho bajo el réjimen de nuestras instituciones en las transacciones comerciales. Me gusta mucho que un ciudadaro diga: Ud. me debe tanto i si no me paga no le sirvo a Ud. Este noble orgullo me gusta i lo considero una noble garantía a los intereses mas caros de la sociedad. Creo, pues, que la Cámara tiene razones mas que suficientes para conceder a los taquígrafos la peticion que hacen.

El señor Gandarillas. —Para resolver en esta parte es de necesidad que se lea el pacto de los taquígrafos celebrado con el señor Ministro; en