nos habíamos de imajinar, en efecto, que despues de revelársenos en las primeras pájinas de la Memoria que hai en arcas un sobrante de millon i trescientos mil pesos se nos habia de hablar despues de crísis i de imposibilidad para hacer la menor reforma en favor de la industria nacional! ¡Quién no diria que estando representada toda la felicidad de este pais por el abastecimiento de su tesoro, i consistiendo sus únicos defectos en el pésimo sistema con que se abastece este tesoro, fuera un voto prematuro i reprobable el de desear que se piense en reformar semejante sistema! Pero no nos anticipemos: nuestro objeto en esta ocasion se reduce a espresar nuestras ideas, por si ellas pueden servir de luz o de estímulo a los hombres fieles i empeñosamente consagrados a la ventura de la ▼Nacion, i queremos evitar todo lo que pueda llamarse declamacion, vamos a hablar de la crísis que en perspectiva nos ha presentado el señor Ministro i vamos a hablar de la imposibilidad que encuentra el actual Gabinete para no emprender reforma alguna en materia de rentas. A estos dos puntos de la Memoria se contraerán esclusivamente nuestras observaciones.
La crísis que nos anuncia el señor Ministro consiste en una disminucion considerable, o un estacionamiento mas bien, que según sus cálculos debe haber en las entradas por derechos de importacion durante los años 14, 45 i 46, a causa de la reforma que va a hacerse en la tarifa de avalúos. Piensa su señoría que si esta reforma se hiciese de golpe i de un modo absoluto, arreglando enteramente los avalúos a los precios corrientes, produciría semejante medida al Fisco una pérdida de mas de 260,000 pesos; i manifiesta que para evitar un menoscabo repentino, i para hacer ménos sensibles los efectos de la reforma de la tarifa, ha resuelto hacerla por terceras partes, a razon de una por año, de manera que al cabo de tres años se hallarán los avalúos a la par de los precios corrientes, i el tesoro no habrá sufrido sino una merma gradual: merma que el señor Ministro calcula será de 87,000 pesos en el año 44, de 174,000 en el 45, i de 261,000 en el 46. He ahí la crísis.
Para hacer los cálculos tan prolijos en que la apoya, el señor Ministro supone que los consumos nacionales sean, en los tres años designados, iguales a los del año pasado. I nosotros preguntamos ¿a qué fin se ha tomado la pena el señor Ministro de hacer cálculos sobre una suposicion como esta cuya falsedad él mismo conoce sin duda alguna? ¿I por qué razon abandona mui luego esta suposicion, i parte de una hipótesis contraria desde el año 1846 para adelante, anunciando que entónces la marcha ascendente de los productos i consumos nacionales hará percibir al Fisco la misma cantidad que ántes? ¿Por qué no ha hecho figurar para nada esta causa en los años de la crísis? ¿Por qué tampoco ha hecho figurar el impulso que va a recibir con la disminucion del arancel en beneficio directo del pueblo consumidor?
A nuestro juicio los cálculos del señor Ministro tienen mucho de aventurados, porque es imposible fijar ni aproximadamente las cantidades que se le retardarán al tesoro (pues retardo sólo habrá) por la alteracion de la tarifa. Podrá en hora buena calcularse que la baja de la tarifa producirá una merma en el ascenso de las rentas, al ménos durante el primer año; pero no es dable determinar esta merma, desde que la causa que la produce debe ser combatida por sus mismos efectos. La baja de la tarifa produce como el señor Ministro lo confiesa en una parte de su Memoria aunque parece negarlo en otra, el aumento de los productos i de los consumos; i por consiguiente al mismo tiempo que ella tiende por una parte a bajar las entradas, por otra tiende a subirlas. De estas dos fuerzas concedemos que por lo pronto sea mayor la primera pero no por oto debe despreciarse la segunda. La imposibilidad de apreciarla, i la accesoria consideracion de que los productos i consumos nacionales siempre llevan una marcha ascendente, aun sin contar con el beneficio del arancel, debieron arredrar al señor Ministro de entrar en cálculos, que el tiempo mostrará cuan aéreos son. Si esta marcha, ascendente por si sola ha producido en el año 42 un aumento de mas de $300,000 ¿cuánto mas no producirá ayudada por la baja del arancel?
La baja de la tarifa es creible que producirá tambien una baja no en las entradas, sino en la marcha ascendente de ellas; i esta pérdida, que no es mui grande, que no puede tampoco poner en conflicto a un tesoro que cuenta con un gran sobrante, i que mas que pérdida en fin, sólo es un retardo de mayores i mas que pingües entradas, no creemos que daba lugar a mantener por mas tiempo falseada nuestra tarifa, i privado al comercio de los beneficios de su nivelamiento con los precios corrientes. Porque el señor Ministro ha debido tener presente que la crísis que ha tratado de remediar, ha sido producida enteramente por el Poder Ejecutivo. El es quien ha dejado estacionaria la tarifa durante cuatro años a pesar de la baja del mercado. El pues, es quien ha sacado el fruto de esta inercia percibiendo en virtud de ella derechos mucho mayores que los sancionados ordinariamente por las comarcas. Era pues, mui justo que al tratar hoi el Gobierno de restituir las cosas a su estado normal no hubiese escaseado tanto su mano, ni tirado cuentas tan menudas.
Tambien es de observarse que al tratar el señor Ministro de hacer ménos sensible la crísis actual nada ha dicho sobre el peligro de que ella se repita, i de que se vaya preparando otra igual miéntras estamos remediando la presente. Las causas que la han producido siguen obrando, a saber: la baja de las primeras materias en el mercado jeneral del mundo, los prodijiosos ade