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358 CÁMARA DE DIPUTADOS

duce a creer que el modo como seria recibida la tal embajada, mucho mas si coincidía con algún triunfo por parte de Rozas, nos cubriría de vergüenza; i traería, con peores circunstancias, la necesidad de usar de la fuerza.

Bien meditadas las cosas, meditadas con calma, pero sin abatimiento, ni abandono, creemos que el Gobierno está obligado a no continuar por mas tiempo una conducta pasiva i de pura observacion. Juzgamos que la nacion tiene derecho a pedirle que le restituya un mercado que la naturaleza le ha dado: que le restituya una fuente de propiedad, que por escasa que se suponga, cuando ménos la necesitan fuertemente dos provincias: que se le restituya un bien que el Gobierno propio está obligado a conservar, i que ningún otro estraño tiene derecho para arrebatar pues el comercio, entre paises civilizados, no es ya una gracia, mucho ménos cuando hai entre ellos vínculos, preexistentes. Pero ¿qué hará nuestro gabinete para hacer esta restitucion sin desdoro de la República? ¿De qué manera conciliará los intereses del comercio, con la dignidad del pais, i de que manera asociará su marcha constitucional al absolutismo i barbarie que reina sin freno alguno en la república vecina?

Ya hemos dicho que la prensa debe ser circunspecta en este asunto i los motivos de reserva nos cercan por todas partes. Lo único que creemos poder decir, es que, si nuestro gabinete se decide a llamar otra vez a Rozas al camino de la razon i de la buena armonía, sea por medio de una legacion, o por comunicaciones conciliatorias, es preciso que inmediatamente prepare un ejército para vengar el ultraje que recibirá probablemente: es preciso que se prepare a no volver a ver que se le da la espalda impunemente i no se le contesta: es preciso que se resuelva a sufrir por última vez un silencio de desprecio i de barbarie, o contestacion evasiva que muestran otra cosa peor: malos designios. Mas si no se halla en disposicion de vengar injurias i de hacer lo que los gobiernos hacen, entonces vale mas que no dé paso alguno, i que se calle: mejor será que se desentienda de los males que sufre Aconcagua i Valparaiso, i que les diga que lleven este fardo hasta que Rozas muera, pues peor seria que se diese lugar a decir que este tirano no sólo afrenta i humilla a las provincias arjentinas, sino también al único gobierno americano que en estas rejiones se presenta como el baluarte de la civilizacion i de la independencia.

Nosotros que abogamos por la necesidad de abrir el tráfico trasandino, seremos los primeros en callarnos, i tolerar el enflaquecimiento de nuestro comercio ántes que una mancha en nuestro pabellon.


Núm. 281

Soberano Señor:

Mercedes Pasos viuda del sarjento mayor de caballería don Ildefonso Rodríguez, ante Vuestra Soberanía respetuosamente espone: que en el mes de Agosto de 1841, pasó al Supremo Gobierno de la República un mensaje recomendando una peticion que hice pidiendo una pension pia para atender a mi orfandad en que quedé reducida por el fallecimiento de mi citado esposo; i como nuestro enlace se verificó sin la prevía licencia del Supremo Gobierno, esta fué la causa porque rae veo privada del montepío que me correspondía. Los representantes de aquella lejislatura no me despacharon en aquel período, quizás por otros asuntos de mayor interes: pero en el año próximo pasado se conoció de mi citada peticion, i fué desechada por mayoría de votos que tuve en mi contra, despues del favorable informe que dieron en mi favor los señores de la comision de guerra, como se podrá informar vuestra soberanía si se digna pasar la vista por el espediente que en debida forma presento; o de nó se sirva ordenar se me devuelva mi espediente, por tanto, Soberano Señor, pido a Vuestra Soberanía se me conceda la gracia que solicito.

Soberano Señor. —Mercedes Pasos.


Recibí el espediente a que se refiere la solicitud que antecede. —Manuel J. Jara.


Agosto 22 de 1843. —A la comision de peticiones. —Renjifo.