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218 CÁMARA DE DIPUTADOS

cuando el servicio público lo exija; que habia dicho mui bien un señor Diputado en días pasados que no era el modo de enriquecer la industria con otras leyes que las que tiendan al aumento de los capitales destinados a la industria.

El señor preopinante ha dicho que deben haber sobrantes i conservarse éstos para las grandes necesidades imprevistas. Yo respondo que han pasado ya de moda estas atesoraciones que en todos los paises civilizados, aun los que remedan la civilizacion de las naciones que van a la cabeza del mundo político, todos desechan semejante máxima, sistema que está mui en armonía con los tiempos de Enrique IV, el cual por la buena administracion de July amontonó en su tesoro de Vincennes 200 000,000 para que fuesen dilapidados en cinco años por el ministro que sucedió en la Rejencia despues de su muerte; quitó al pueblo, a la industria, doscientos millones, para que fuesen disipados por una corte relajada i viciosa; que el señor Diputado preopillante encontraba equivocado su aserto de que es injusto e inconstitucional un impuesto, que hace con la sesta parte de sus rentas, pero que no habría hecho esta observacion, si se hubiese fijado que al asentar él esta proposicion, la fundó en el gasto que hace hoi, a los precios de la administracion, que son un real por semana, sesta parte al ménos de su ganancia en ese mismo tiempo, i no por donde calculaba el señor Diputado a quien respondía, es decir por el cuartillo de gastos que él suponía al consumidor en la mocion que los ocupaba, pues este cuartillo era el gasto que habia cuando, abolido el monopolio, le fuera posible satisfacer sus necesidades al precio del comercio.

Dijo que contestaría mui de lijera todos los otros puntos del discurso que pronunció el señor Diputado preopinante, que no quería fatigar la atencion de la Cámara con fundamentos que tendría todavía la ocasion de presentar; que se ofrecía como un óbice para la abolicion los 250,000 pesos que se decretaron para la construccion de una casa adecuada de educacion que debe reemplazar a la que actualmente ocupa el Instituto Nacional i los treinta mil pesos que se señalaron para la casa penitenciaría, que deben principiar a edificarse el próximo año pero que estos proyectos, que por útiles i necesarios los acojió con entusiasmo la Cámara, que se declaró su urjencia i se votó en ellos por unanimidad, era porque convenian, porque el gobierno i la sala vió que habia con qué llenar el gasto que ocasionaban, i que tampoco habia pretendido él disminuir el fondo que debía cubrir gastos indispensables; que sólo se diría que aunque la cámara propuso se gastase mas de los 50,000 pesos que se fijaban por la lei para gasto anual del primer proyecto, i que el señor ministro del ramo aceptó la confianza con que ponian en sus manos mayor suma de la que exijia, siempre era cierto que este gasto no debia hacerse en un año; que sobre la amortizacion de la deuda pública en el estranjero hablaría sobre ella, cuando hubiera pedido datos el señor Diputado que represente al gobierno en la discusion, datos sobre las entradas, datos sobre el estado de la deuda, datos en fin sobre el uso de los sobrantes de estos años, supuesto que no estando aun al alcance de la cámara los que debe suministrar la memoria del señor ministro de hacienda, era preciso que se diesen para el mejor acierto en la discusion.

Que no omitiría tampoco, lo que se habia dicho para denigrar el uso del tabaco con el calificativo de vicio, que él no entendía por vicio sino lo que todo el mundo entiende, a saber, lo que deprava el alma i afecta el mal, el espíritu, i que en este sentido el uso del tabaco era goce inocente, que no llevaba en sí ninguno de los inconvenientes del vicio; que tampoco aceptaba la definicion de especie de primera necesidad; que objetos de primera necesidad eran aquellos que son preferentes para la vida de quien los usa, i que para el miserable habitante de nuestros campos era de primera necesidad el tabaco; prefiere fumar i no vestirse ¿prefiere fumar i no comer i siendo así, no es para él un uso de primera necesidad? Concluyó diciendo: la Cámara me ha oído, la Cámara ha oído al señor Diputado preopinante, suplico se pesen bien i con madurez los fundamentos en pió i en contra de la abolicion, de aquí debe resultar el acierto en el fidlo, fallo que espera el pueblo con ansiedad, fallo de que depende en gran manera su porvenir, fallo, en fin, que debe atraer sobre nosotros las bendiciones de 400,000 habitantes de Chile, o el anatema público.

A la seguida hora se leyó el informe de la Comision de Hacienda sobre la lei de Moneda. Dos de sus miembros opinaron que debía aprobarse del mismo modo que lo hizo el Senado. El señor Toro opinó de otro modo i presentó un nuevo proyecto modificando en algunas partes el presentado por el Ejecutivo i aprobado por el Senado. En seguida se ocupó la Sala en asuntos particulares, i se levantó la sesion.

Damos en estracto el discurso del señor Diputado don Ramon Renjifo , estracto que necesariamente debe resentirse de la imperfeccion del medio adoptado para dar publicidad a los debates. El discurso del señor don Bernardo Toro está redactado por él mismo, sin ninguna variacion sustancial. Esto hace una diferencia notable en el mérito i fuerza de las razones alegadas por uno i otro, por lo que daremos de nuevo el discurso del señor Renjifo, supliendo los olvidos en que hemos incurrido.