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CÁMARA DE DIPUTADOS

embriaguez i toda clase de vicios el dia de fiesta cuanto han ganado en los seis restantes.

Con un buen sistema de alimentacion, sano i nutritivo como debe establecerse, es no sólo inoficioso sino también perjudicial, permitir a los reos gastar en procurarse otros alimentos o bebidas, que los que se les suministren en la penitenciaría.

Ha llegado el caso de que hablemos del modo de mantener el órden i la disciplina. El gran arbitrio que en algunas partes se ha creido descubrir para este efecto es la prescripcion del silencio continuo, o el completo mutismo. Ha sucedido con este sistema lo mismo que con el aislamiento. Por haberse observado sus buenos efectos en ciertos casos i con las debidas restricciones se les ha querido llevar a tal estremo que se ha perddo todo el fruto que de él hubiera podido recojerse. Se ha prohibido el uso de la palabra no sólo a los reos sino también a los mismos directores: todas las órdenes han debido comunicarse por señas; por señiles hacerse la distribucion de las obras, i aun en los talleres no era permitido a los aprendices verificar de otro modo las preguntas necesarias para la direccion del trabajo ni a los maestros satisfacer de otra manera a sus consultas. "Mas vale se decia, evitar la infraccion de la regla del silencio, que consultar la perfeccion del artefacto o la instruccion del detenido". Según el mismo principio si algún preso cometía una falta, no se le reprenda i amonertaba primero como a racional [1]. sino que a manera de bruto recibia el látigo o palo sobre sus espaldas ántes de haber quizás advertido que estaha haciendo mal. Así fué que en la prision de Coldbath-fields (Inglaterra) donde se creyó haber llevado el sistema del silencio a su mas alto grado de perfeccion, el número de los castigos aplicados tan sólo durante el año de 1836 por haber jurado o conversado sin contar los impuestos por las demas contravenciones a los reglamentos, ascendieron a la pasmosa suma de 6,794, lo que equivale con corta diferencia a 18 al día. ¿I cuál ha sido el resultado de tan terrible coaccion? Que jamas se ha llegado ni con todos estos rigores a impedir la comunicacion de los detenidos; pues esa misma privacion en que se les tenia del uso de la palabra, de ese dón hecho al hombre por el Creadorpara distinguirle de los demas animales, era un motivo de distraccion continua para ellos, obligándolos a discurrir los medios de comunicarse sin ser apercibidos por sus guardias i habiendo llegado a convenirse en un lenguaje por señas que se hacian mutuamente con los dedos. Pero aun no es esto lo peor, ni lo es tampoco la imposibilidad manifiesta de semejante método con la enseñanza de ninguna especie. Lo mas lamentable sin duda es que el continuo ejercicio que ellos hacian de su astucia, a fin de burlar la vijilancia de los sobrestantes, era un obstáculo mui poleroso para que pudieran resolverse a la enmienda. Desechamos, pues, como pernicioso este sistema, si se le considera en su rigor absoluto; le adaptamos como favorable, si se le limita únicamente a impedir a los presos en los talleres toda conversacion inútil, i que hubiera de distraerlos de su contraccion al trabajo. Prohibir a los directores comunicar sus órdenes en voz alta, i los aprendices hablar aun para la manifestacion de lo que necesitan i para aquellas preguntas absolutamente necesarias a su aprendizaje, son ridiculeces demasiados perniciosas para provocar solamente la risa.

Sigúese naturalmente el tratar de las penas, por medio de las cuales se asegura el mantenimiento del órden. Desde luego se nos presenta como la mejor, el aislamiento por un breve espacio de tiempo. Si, nosotros que hemos reprobado tanto esta, pena cuando, aplicada como jurídica, se la hace de larga duracion, somos los primeros en elojiarla i en confesar su eficacia cuando únicamente se la impone como coreccional i no pasa de ocho, o cuando mas de doce días. Así es como los mas activos venenos llegan a ser los remedios mas poderosos según la dosis en que se les toma. Sirve en alto grado esta pena, así limitada, para calmar la efervescencia de las pasiones de los reos i domar a los rebeldes.

El saludable terror que por otra pute infunde, es un excelente correctivo. Por lo mismo creemos que no debe prodigarse sino reservarse sólo para los días de faltas de alguna consideracion. Para las infracciones leves de los reglamentos bastaría la reduccion del alimento, i las penas de vergüenza, tales como la coroza u otras; semejantes. Pero nunca deben emplearse los golpes, porque éstos degradan i envilecen al hombre, le irritan contra una crueldad a la cual él sabe que no ha sido condenado; el deseo de venganza que hacen jerminar en el fondo de su corazon, vuelve de todo punto imposible su mejoramiento moral. I no sólo paran aquí sus funestos efectos sino que estendiéndose también a lo físico producen frecuentes afecciones pulmonares, como se ha notado en todas las prisiones donde se ha introducido este bárbaro rigor. En la prision de Jinebra, miéntras se observó un réjimen benigno (de 1827 a 1833) hubo un muerto sobre 63 detenidos. Bajo un método mas severo hubo de 1833 a 1836 un muerto por cada 37 ½. Durante el réjimen mas riguroso (de 1836 a 1838) un muerto por cada 24. Otro hubo mas notable todavía, citado por la Rochefoucauld Liancourt i que no podemos resistir al deseo de trasladar aquí, es el que tuvo lugar no hace aun mucho tiempo en la prision de Nueva York. El Gobierno de aquel Estado, a fin de hacer un ensayo del efecto que produciría el sistema de rigor excesivo, mandó tratar sin ningún miramiento i con toda especie de castigos a 80 condenados. En pocos años mu

  1. "Morean-Crisphe, Reforma de las prisiones de la Gran Bretaña