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CÑAMARA DE SENADORES

dependencia, sin entrar en todos los pormenores i antecedentes del proyecto sueco. Por consiguiente, la relacion de Real no es aplicable a la expedicion de Freire. Pero Irisarri, que andaba a la caza de autoridades, para suplir el esplendor de la verdad i del raciocinio con el oropel de una erudicion intempestiva, se apoderó de la historia de Gyllemberg como de una piedra preciosa; la sacó de la seccion de las inmunidades de los Ministros públicos, i la colocó en la que se contrae a la justicia e injusticia de las causas de la guerra. Era preciso un relumbron mas, aunque no estuviese en armonía con el resto de la presea a que se destinaba.

En segundo lugar, aunque la Gran Bretaña i Suecia no estaban en guerra abierta, existían entre ámbas graves motivos de desaveniencia, orijinados por agravios del Rei Jorje a Cárlos XII, que hacen a los historiadores disculpar en alguna manera el proyecto del segundo en favor del Pretendiente [1].

La expedicion de Freire es un ataque pérfido hecho en medio de la mas perfecta armonía, i que no sería susceptible de disculpa, aun cuando Irisarri fuese el historiador.

En tercer lugar, Real, lejos de mencionar el ejemplo para recomendar la moderacion del Gobierno inglés, no lo menciona sino para acusarle de una doble violacion, de que se quejaron todos los Ministros estranjeros que había en Lóndres; pues, no solo puso preso al Embajador sueco, sino que ántes sacó del correo i abrió la correspondencia que le venía de su corte [2].

En cuarto lugar, la expedicion sueca que debía auxiliar al enemigo de Jorje no era mas que un proyecto, i la expedicion de Freire ha sido un hecho.

En quinto lugar, aunque la cuestion orijinada por la prision del Embajador sueco terminó por la mediacion del Duque de Orleans, no por eso quedaron en perfecta intelijencia Jorje i Cárlos; pues, el mismo Gortz, despues de puesto en libertad, estuvo siguiendo negociaciones para una liga entre la Suecia i la Rusia contra la Gran Bretaña. Estas i otras circunstancias han hecho que la muerte de Cárlos XII aparezca en la historia como un acontecimiento feliz para el Rei de Inglaterra; pues, a consecuencia de ella se sometió la Suecia a las miras del Gobierno británico [3]. Que se someta el Gabinete de la Confederacion a las justas demandas del Gobierno de Chile, i no tendrá Irisarri que echar ménos en la presente contienda a su prudente Jorje I.

Irisarri, como que se maravilla de que estas demandas no fuesen entabladas ántes de la toma de los buques en el Callao, al recordar con todo el colorido que distingue las adulaciones de los servidores mas fieles del Protector, las quejas de este Jefe con relacion a aquel suceso. Quisiéramos que Irisarri nos esplicara que publicista establece el deber de pedir esplicaciones ántes de separar la espada del enemigo que está levantada sobre nuestro cuello. Sabemos que ha salido Freire del Callao, cuando ya la expedicion de conjurados se halla enfrente de nuestras costas i próxima a apoderarse de la provincia de Chiloé. Sabemos que los buques en que viene son de la Armada de Santa Cruz; que los pertrechos que trae son de los almacenes de Santa Cruz; que le han servido de auxiliares ajentes de Santa Cruz. ¿Dejaremos que salgan otros buques, otros útiles de guerra i otros enemigos del mismo puerto de donde han salido los primeros? ¿Hai alguna razon que pruebe que no se emplearían en auxiliar a los rebeldes otras naves que pertenecían al mismo Gobierno, i que tenían el mismo pabellon que la Monteagudo i el Orbegoso? ¿Existe algun principio que solo nos autorice para atacar al enemigo en Chiloé, i que nos impida tomarle los recursos que posee de reserva para continuar con éxito las hostilidades? ¿Perderemos en contestaciones con Santa Cruz unos momentos preciosos que debemos emplear en apagar el incendio que debe propagarse en la República? [4] Solo en el caso de que se pueda contestar afirmativamente a estas preguntas, es lícito suponer a Chile despojado del derecho de apoderarse de la Santa Cruz, el Arequipeño i la Peruviana.

Despues de este acto de defensa propia, despues de este acto de hostilidad contra Freire, i que no resulta hostil contra el pacificador, sino por haber querido S.E., que su Armada i la de nuestros conjurados enarbolasen una misma



  1. El (Gortz) observó que de tantos Príncipes reunidos contra la Suecia, Jorje elector de Hanover i Rei de Inglaterra, era el que mas irritado tenía a Cárlos, porque era cabalmente el único a quien Cárlos no había ofendido; que Jorje había entrado en la querella a pretesto de calmarle, i únicamente por conservar a Bremen i a Verden, a los cuales parecía no tener otro derecho que haberlos comprado a vil precio al Rei de Dinamarca, a quien no pertenecían. —Voltaire, Histoire de Charles XII, liv. VIII. El Barón de Gortz confesó que había proyectado la invasion, designio que estaba justificado por la conducta del Rei Jorje, que había reunido a los Príncipes en una liga contra la Suecia, sin haber recibido la mas pequeña provocacion; que había auxiliado al Rei de Dinamarca para subyugar los ducados de Bremen i Verden, i los había comprado al usurpador; i que en aquel mismo verano había enviado al Báltico una fuerte Escuadra que se unió a dinamarqueses i rusos contra la Escuadra sueca. —Smollett, History of England, vol. 2, book 2, sh I, § 37.
  2. Todos los Ministros estranjeros que había entonces en aquella corte (Lóndres) se quejaron de esta conducta (la del Gobierno británico). —M. de Real, La Science du Gouvernement, tomo V, chap. 1, sect. 9, § 26. En esta sola ocasion la corte de Inglaterra violó dos veces el Derecho de Jentes, interceptando las cartas de un Ministro público, i mandando arrestar su persona i tomar sus papeles. Ibid.
  3. La muerte de Cárlos fué afortunada para el Rei Jorje. La Suecia se vió entonces obligada a someterse. Smolett ibid, ibid, cap. II, § 2.
  4. Hai, sin embargo, casos en que toda esplicacion podría aparecer inútil i no serviría mas que para perder un tiempo precioso. De Martens, Précis du Droit des Gens. Liv. IV, chap. I, § 118.