Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXVIII (1840).djvu/31

Esta página ha sido validada
25
SESION DE 15 DE MAYO DE 1840

todo lo que emana del gabinete, a quien, parece, representan esclusivamente.

No se arguye con razonamientos i principios, sino con sátiras groseras i discusiones acres i amenazantes.

Puede asegurarse que no se conoce en ese cuerpo otra cosa que un servilismo arraigado i una predisposicion ciega a favor del Ejecutivo. Mui señalados son los que, léjos de pertenecer a su círculo, han pertenecido i pertenecen a la patria, que tienen ideas propias, i proceden de acuerdo con su conciencia i el interes de la nacion que representan. No es posible conservarse en la barra sin sufrir todo el peso de nuestras desgracias políticas, recordando aquéllas épocas gloriosas de libertad i patriotismo, en que los lejisladores posponian su conveniencia, i refrenaban sus pasiones, por la ventura pública i la dignidad de que estaban investidos.

Pasaron esos tiempos felices, i la desgracia ha hecho revivir entre nosotros aquellos en que la república romana vio desaparecer del Senado su libertad. Talvez nos hallamos tocando la raya de que nos separó el esfuerzo de los héroes que la venganza i la muerte nos arrebataron! Quién habia de prever que en Chile se invirtiese el órden que han seguido todas las naciones que hoi ocupan un punto superior al de los que solo existen en los recuerdos de la historia!

Nuestra República, no avanza i mejora como era natural, sino que retrocede precipitadamente hácia los oscuros siglos de su condicion colonial. Quizas nos equivoquemos en nuestro juicio, pero la política del dia tiene rasgos mui parecidos a la de aquellos tiempos de opresion. Hai un Código Político, es verdad, pero impregnado de los vicios que entónces se practicaban sin estar consignados al papel, única circunstancia constitutiva de la diferencia. Se despotiza, se infrinjen las leyes, se desprecia la voluntad de los pueblos, del mismo modo que se hacía en aquella época de ignominia i humillacion. Sensible es decirlo, pero todo nos anuncia una rápida retrogradacion.



Núm. 37

ELECCIONES [1]

Sin embargo, de lo receloso que nos ha puesto la aterrante e inquisistorial política de algunos gobiernos sud-americanos, no nos irnajinábamos que nuestra patria, en el acto mas importante de su soberanía, no tuviese la libertad necesaria para espedir sus votos. No hai un solo pueblo que no se queje de las tropelías i arbitrariedades de sus respectivos jefes i aun de los mismos que por el ministerio que ejercían en ese acto respetable, estaban obligados a observar la mas escrupulosa imparcialidad. Creíamos que por la célebre proclama en que el Presidente asegura a los ciudadanos el libre ejercicio de sus derechos, se habían prevenido todos los ataques i maniobras reprobadas por la lei. Por el contrario, parece que los mandones de ciertas provincias se empeñaron en despreciar esa peregrina gracia, contrariando la voluntad de S. E. La lei electoral significaba tanto como las mesas sobre que estaba tirada; era mas bien un objeto de burla, que una regla constitucional, por la que debían rejirse los señores calificadores i receptores.

No obstante, El Araucano i El Mercurio, han observado en las elecciones la misma legalidad i decencia, que todos encomian en la práctica electoral de Inglaterra i otros paises bien gobernados. Como las prensas jemían, entónces, bajo el peso de as facultades estraordinarias, ninguno se atrevía a desmentir a los editores de esos periódicos, que gozan del privilejio esclusivo de escribir sin interrupcion, cualquiera que sea el estado de la inquieta política del Gobierno. Mas que ahora que ha vuelto a renacer la infortunada Constitucion i que, por lo mismo, el ciudadano ya puede publicar sus opiniones, empezaran a sentir los efectos de su debilidad.

En Santiago los batallones cívicos, a escepcion del número I.°, no hicieron mas que obedecer por temor a la voz de sus jefes, i la votacion fué practicada a presencia de oficiales de toda su confianza. El Comandante Toro, fué el único que se manejó con dignidad: hizo entregar a los soldados sus calificaciones, i les dijo que el acto de la eleccion era espontáneo i que cada uno hiciese uso del derecho de sufrajio como quisiese Esta conducta es tanto mas laudable, cuanto que es el único que supo cumplir con su deber. En Valparaíso se procedió del mismo modo, i hubo algo mas. El gobernador puso preso a un jóven abogado, sin otro motivo que por el interes i entusiasmo que su patriotismo le hacía desplegar en aquel acto. Los empleados, amenazados con la pérdida de sus destinos, eran precisados a contrariar sus sentimientos, votando por las listas marcadas del ministerio. Pero El Araucano i El Mercurio tienen buena lójica para justificar las ilegalidades, i con una o dos cqlumnas creen haber triunfado de la evidencia de los hechos. La impostura i la calumnia solo parten de los impresos liberales, aun cuando prediquen las verdades mas vulgares. Nosotros escribimos para la nacion i el estranjero que observa nuestros manejos políticos i poco importa el juicio de los Araucanos i Mercurios. Nuestro deber es publicar francamente los abusos de un gobierno, que en diez años ha dado pruebas inequívocas de su tendencia a la tiranía i de su repugnancia invencible a la libertad.



  1. Este documento es tomado de El Censor Imparcial número 2, correspondiente al 18 de Julio de 1840. (Nota del Recopilador.)