exacta del movimiento simultáneo de ConcepciOn i Coquimbo, yo no esperaba un resultado tan presto como el que ha tenido. La relacion que me ha dado Santiago del ▼suceso del 23 de Enero, me ha sorprendido agradablemente, i la eleccion de las personas encargadas del Gobierno me da la idea mas lisonjera del espíritu que ha guiado los ánimos. Me ha electrizado la decision con que ese pueblo agobiado de ultrajes, ha desafiado el furor del tirano mas desenfrenado para destituirlo del Mando en que lo colocó una combinacion pérfida; mas, no puedo soportar esa consideracion con que se le ha mirado. Pués que ¿aún no eran bastantes seis años de crueldades, vejámenes i degradacion que se le ha sufrido, amenazar al pueblo con las armas e insolentar la tropa contra él?
Es la cosa mas monstruosa que un ▼pueblo, armado del poder de su soberanía, a quien la espresion de su voluntad es bastante para crear i destruir Gobiernos, haya contemplado a ese malvado hasta el estremo de mandarle diputacion que ajuste con él un tratado de abdicacion. ¡Convencion entre un pueblo i un ▼tirano abatido! Esto es desconocer la majestad de una sociedad reunida, autorizar la resistencia criminal del usurpador, i aprobar todos los excesos de su dominacion.
Después de haberle obligado a hacer una dimision, se le deja tranquilo en medio de las riquezas que rodeado de esa cohorte que le ha acompañado en sus crímenes, cargado de las divisas con que le ha investido la usurpacion, cubierto del relumbron con que se ha engreído i ha infundido respeto en los imbéciles i temor en los cobardes; se le asegura la inviolabilidad de su persona, i se dejan a su disposición los resortes poderosos del engaño i de la seduccion con que tarde o temprano intentará volver al puesto de que se le ha arrojado. ¿Qué mas se quieren los perversos que este ejemplo de impunidad para maquinar contra la libertad, apoyados en las profundas raices que han criado, i seguros de la consideracion insensata que se tributa a sus personas?
No se ha hecho mas que obligar a un tirano a desocupar la silla del Gobierno, i franquear el paso a otros que quieran imitarlo, dejando abierto el camino por donde San Martin entronizó a ▼O'Higgins i organizó ese sistema de la mas horrenda tiranía. Siempre subsisten esa prodigalidad de respetos, i esos prestijios con que los perversos embaucaron la necia credulidad de los pueblos para encadenarlos en nombre de la Patria. No me avanzaré a vaticinar que logren volver a dominarnos, pero estoi seguro que minarán las nuevas disposiciones, que a cada paso entorpecerán la marcha del Gobierno, dividirán la opinion pública, crearán un partido de oposicion i las mejores combinaciones serán chocadas por una reaccion tan inicua como peligrosa. No habrá tranquilidad; la existencia civil del país será contínuamente acibarada con zozobras e inquietudes; reinará la desunion, i el egoísmo conservará siempre la vasta estension de su dominio.
Es preciso sofocar las aspiraciones de los tiranos con la sangre de ellos mismos. Es necesario purgar al país de bribones, esponerlos a la execracion pública, entregarlos a la infamia, presentándolos con todos los trofeos de su corrupcion i criminal manejo. Ya es tiempo de abandonar esa senda que llaman de moderacion, por donde han sido arrastrados los pueblos al término de la espantosa abyeccion de que intentan sustraerse. Nada se ha conseguido con depositar la administracion en manos puras, si se dejan existentes los elementos con que la tiranía hace la guerra a la libertad
Sería mui conveniente que el mismo Gobierno inmortalizase su carrera, i el dia venturoso en que dió principio, publicando un manifiesto circunstanciado de la conducta de San Martin, O'Higgins, i de todo ese club infernal; manifestar al mundo entero los robos, asesinatos, depredaciones e inauditas tropelías de su execrable comportacion, i descubrirse las inmundas intrigas con que han fascinado a los pueblos, el descaro con que han atropellado todos los respetos i violados todos los derechos, para construir ese artefacto de despotismo. Le harán conocer a los pueblos las sombrías combinaciones con que se les ha sorprendido, e ilustrado su espíritu con el descubrimiento de las vías secretas de la política mas pérfida, se arraigará en su corazon el odio a la tiranía i se elevará en la opinion pública un dique insuperable contra el torrente desolador de las sujestiones de los malvados. Los pueblos no investigan la causa de sus males; sienten su peso i cuando ya se ha llenado la medida de su sufrimiento, alzan el grito contra la mano que les aflije, le arrancan con desesperacion el poder para trasladarlo a otra i como no atacan el jérmen contajioso que los infesta, quedan espuestos a los mismos estragos.
Los pueblos no forman sus ideas con observaciones abstractas, ni tienen estómago para dijerir las relaciones didácticas; necesitan ejemplos palpables que les inculquen las lecciones que se les quiere dar, e impresiones fuertes que hieran su imajinacion. Un manifiesto, comodigo, produciría estos prodijíosos efectos. Los perversos encontrarían una oposicion vigorosa en el convencimiento de los que intentasen engañar con su hipocresía; i la historia de los que han servido de ejemplar sería un centinela constante que despertase la víjilancía de los pueblos contra las asechanzas sórdidas de los intrigantes.
A mas Chile ha abierto una nueva escena a la espectacion del mundo político.
Después de seis años que se pregona por toda la tierra la liberalidad de su Gobierno, bajo la direccion de los Washingtones del Sud, de los vencedores de Chacabuco i Maipú, de los libertadores del Perú i de toda esa aglomeracion de