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CÁMARA DE DIPUTADOS

la República de Chile cerca del Gobierno peruano i su comitiva, que se halla a su bordo.


La respuesta de V. S. me ha sorprendido demasiado. Negar la entrada a la Escuadra chilena a un puerto de un Estado amigo, i al tiempo mismo de conducir un Ministro Plenipotenciario, me parece un acto positivo de hostilidad que no alcanzo a comprender, atendido el estado de las relaciones de amistad que subsisten entre Chile i el Perú. V. S. se servirá decirme cuál es el motivo de esta novedad, ciertamente la mas estraña, cuando los puertos de Chile están francos a toda clase de embarcaciones i personas peruanas que quieran dirijirse a ellos i que subsisten allí gozando de una especial hospitalidad i benevolencia.


La contestacion que V. S. se sirviere darme, me servirá de gobierno para tomar las disposiciones convenientes, que, sin un antecedente de esta gravedad i con arreglo a mis instrucciones, solo podían ser. pacíficas i dirijidas a estrechar en lo posible las relaciones de amistad i cordialidad entre ámbos paises.


Tengo la honra de saludar a V. S. i protestarle los sentimientos de la mayor consideracion i aprecio con que soi de V. S. mui atento servidor. —Comandancia Jeneral de la Escuadra de Chile, a bordo de la corbeta Valparaíso, al ancla en frente del Callao, Octubre 31 de 1836. —Manuel Blanco Encalada. —Al señor Jeneral, Comandante Jeneral de Marina i Gobernador del Callao.




Núm. 393

Número 2


Señor:


He tenido la honra de recibir la comunicacion que, con esta fecha, se ha servido V. S. dirijirme, manifestándome su sorpresa por mi negativa a la insinuacion, que me fué hecha por su ayudante, de que la Escuadra de su mando esperaba la brisa para entrar en el surjidero i saludar la plaza, si ésta le contestaba tiro por tiro.


Esta conducta que V. S. tacha de hostil de parte del Perú, no es, sin embargo, mas que la consecuencia inmediatamente precisa de los procedimientos del bergantin Aquíles en 21 de Agosto próximo pasado, i la falta de ratificacion por parte del Gobierno de Chile al convenio preliminar celebrado en 28 del mismo, para poner término a las hostilidades abiertas de hecho contra el Perú i que debió suceder a los cincuenta dias ¡Cuán sorprendente no debía ser a éste ver que en lugar de dar Chile un paso hácia esa buena intelijencia de que V. S. habla, i el Perú ha probado desear, se dejó ver una Escuadra cuya presencia no puede ser un testimonio de paz i amistad, ni dejar de parecer alarmante, por mas que se quiera justificar su intencion!


Las relaciones de amistad que existen entre el Perú i Chile, han recibido en su confianza una terrible leccion de parte de éste, sin embargo de no haberse alterado jamas por aquél; no necesitan, pues, para continuarse, el apoyo de las fuerzas del mando de V. S., especialmente despues de las muestras del mas vivo deseo de perpetuarlas consignadas por el Perú en el convenio preliminar ya indicado, que, contra todas sus esperanzas, ve sin efecto.


El Perú, señor Vice-Almirante, desea la paz, porque de ella resulta el bien de los pueblos; no habra sacrificios, a excepcion solo del honor de que no se convalece jamas, que no haga por obtenerla. Mas, entre tanto, debo manifestar a V. S. que es su actitud i nó mi negativa la hostil, i que miéntras no reciba nuevas órdenes de mi Gobierno, a quien doi cuenta de esta ocurrencia, no puedo tomar otro partido.


El señor Ministro Plenipotenciario i su comitiva puede desembarcar cuando i como quiera, mui seguro de que será tratado cual corresponde a su carácter.


Aprovecho gustoso la ocasion de ofrecer, etc. —Callao, 31 de Octubre de 1836. —Ramon Herrera. —A. S. E. el Vice-Almirante, Comandante Jeneral de la Escuadra de Chile.




Núm. 394

Número 3


Al anochecer del dia de ayer he recibido la comunicacion, de la misma fecha, en que V. S. se sirve contestarme que, ínterin no tenga nuevas órdenes de su Gobierno no puede tomar otro partido que el de impedir entren al surjidero los buques de mi mando, sin que persona alguna de las que se hallan a su bordo pueda comunicar con tierra, a excepcion del señor Ministro Plenipotenciario i su comitiva.


Como no me es posible permanecer por mas tiempo en el estado de incertidumbre en queme pone esta conducta hostil e inesperada, ruego a V. S. se digne recabar de su Gobierno, a la mayor brevedad, o que le dé las órdenes que le autoricen para admitir en el puerto a los buques de mi mando, como deben serlo los de una nacion amiga, o la declaracion espresa de que la Escuadra chilena es mirada como enemiga. V. S. de hecho la ha considerado hasta ahora como tal. Han sido detenidas las embarcaciones que he despachado a tierra. Los conductores de las comunicaciones que he dirijido a V. S., han sido recibidos como parlamentarios de una armada enemiga, i se me niega la hospitalidad i auxilios con que justamente debía contar en los puertos de una nacion amiga. Mi posicion, en suma, a excepcion del actual fuego a que no da lugar la distancia a que me hallo de las baterías, es la misma en que me hallaba cuando, en defensa