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SESION DE 29 DE JULIO DE 1835

Parlamento para espirar allí gritando: Paz con la América i guerra con los Borbones." ¿Se ha pronunciado así el Estamento español? Convenimos en que si alguna vez se hacen tratados con la España, el primer artículo se conciba en los mismos términos que el de Munster i el de Paris.

El Philopolita ha logrado su primer objeto que advirtió en el número 1.º, haciendo que el ilustrado i circunspecto Araucano baje a la arena i que el pueblo intervenga en la discusion de sus mas caros intereses.

Decimos, por último, que, sin embargo de haber tributado elojios al Mensaje del Presidente en que pasó al Congreso las bases de la Legacion, por los informes que se nos habían dado, por la lectura i reflexion que hemos hecho de sus siete artículos, hallamos una contradiccion que no podemos esplicar siguiendo el concepto de El Araucano, que asienta como principio preliminar para todo tratado mercantil, el reconocimiento de la Independencia. Para hacernos entender, nos es preciso copiar los siguientes artículos:

  1. Que el Congreso no aprobará tratado alguno de paz, en que no se reconozca la Independencia i soberanía de la Nacion chilena, bajo la forma de gobierno establecida.
  2. Que el Congreso no ratificará ninguna condicion onerosa.
  3. Que la cláusula anterior no escluye la celebracion de tratados comerciales de beneficio mútuo.
  4. Que la cuestion política no debe separarse de la mercantil."

Por los dos primeros artículos, se compromete el Congreso a no aprobar ningun tratado de paz en que no se reconozca la Independencia, i a no ratificar ninguna condicion onerosa. Por el tercero declara que la repulsa de toda condicion onerosa (que seguramente debe o a lo ménos puede embarazar el reconocimiento de la Independencia) no escluye la celebracion de tratados comerciales de beneficio mútuo; i por el cuarto declara que no debe separarse la cuestion política de la mercantil. Si en el reconocimiento de la Independencia hai alguna condicion onerosa que el Congreso no apruebe, el tratado sobre esto queda sin efecto, i sin embargo puede celebrarse uno comercial. Hé aquí dividida la cuestion política de la mercantil, i en contradiccion el proyecto del Gobierno con los principios de El Araucano, que El Philopolita tiene ya manifestados.


Núm. 117[1]


Arreglo de nuestras diferencias con la monarquía española

Esta importantísima i vital cuestion para la República ha fijado, casi esclusivamente, la atencion pública, desde que el Ministro de Relaciones Esteriores presentó al Congreso su Memoria de 17 de Julio último; i desde que, con fecha 21 del mismo mes, ha solicitado se autorice al Presidente para entablar en la Corte de Madrid o en cualquiera otro punto que juzgare conveniente, negociaciones con la España, a fin de pactar con ella el reconocimiento de nuestra Independencia i un tratado de comercio.

Son mui pocos los que no están persuadidos de que este asunto es mui grave, i que presenta obstáculos casi insuperables para arreglarse; así es que los mas, convencidos de su estremada importancia, anhelan por formar sobre él una opinion bien establecida; i porque se proceda en su jiro, con toda la circunspeccion i tino que requiere su acierto.

Para ventilarlo, segun lo espresamos en nuestro primer artículo, no echaremos mano de recordar sucesos pasados, que a nada mas conduciría sino a renovar odios, cuando se está en la feliz disposicion de poder consignarlos al olvido. Al pueblo chileno creemos se le debe hablar en otro idioma; se le ha de hablar como a pueblo ya formado, que está resuelto a dar del modo mas cuerdo posible, la última mano a la grandiosa obra de haberse establecido en derechos igual entre las Naciones. Haber peleado con denuedo hasta arrojar del suelo patrio el enemigo que lidiaba obstinado por sostener los que pretendía sus derechos, es glorioso; i habiéndose suspendido la continuacion de la guerra, por razones que sin disputa nos honran, ajustar con el vencido un arreglo cual lo demanda la nueva posicion social del que lo ha compelido a dejar su empresa de las manos, es heróico.

La España no ignora que las nuevas Naciones que dominó como colonias han estado siempre i están dispuestas a avenirse con ella de un modo razonable; pero hasta ahora siempre ha distado de entrar con franqueza i aun podemos decir decentemente en un convenio. Su conducta en esta parte la ha hecho perder en negociaciones, en la misma proporcion o en mayor talvez, que en la que perdió cuando se sostenía con las armas.

Nada creemos aventurar en predecir que, miéntras mas persista en obtener por malos medios lo que no se puede otorgarla, demora mas en alcanzar, desechando esperanzas, ilusiones i sueños; lo único que puede i debe esperar, sin embargo, de la perseverancia i ahinco con que defienden sus intereses los ajentes que tiene en América, que segun parece algunos son.

Antes de proceder a examinar los puntos de vista bajo los cuales ha considerado el Ministro de Relaciones Esteriores esta materia, hasta presentar al Congreso su medida de 21 de Julio último; i de investigar la série de razones, que lo hayan inducido a hacerlo, comparándolas i deduciendo sobre ellas, aseguraremos está mui léjos de

  1. Este artículo ha sido trascrito de El Chileno, números 1 i 2, de 20 i 24 de Agosto de 1835. —(Nota del Recopilador.)