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SESION DE 31 DE AGOSTO DE 1826

no es producción de todas, sino de una sola.

El señor Montt. —Los mismos males i los mismos inconvenientes traeria a la Nacior, el conceder libre la esportacion de los frutos de la provincia de Concepción, como el quitarle las alcabalas. El que vende animales los dará mas caros si tiene que pagar alcabala, que el que está libre de este impuesto; i de consiguiente, el último encontrará siempre mas compradores. Hé aquí una ventaja con perjuicio de toda la Nación. Sobre los arsenales, lejos de ser una gracia para Concepción, lo es para todas las provincias. No se le concede con el ánimo de beneficiarla, sino para lograr de las ventajas i seguridades que ofrece aquel puerto; es lo mismo que si a mí me dijesen ¿quieres ponerte ese levita? ¿Pues, no he de querer, diria, si lo he mandado hacer con ese destino?

El señor Benavente.—La mocion, ya la veo apoyada por las mismas razones con que se trata de desaprobarla. Voi a esplicarme. Toda la Sala dice que es preciso conceder a la provincia de Concepción algunas ventajas para indemnizarla; que el único medio de conseguirlo es el proyecto. Si se le liberta del ramo de alcabalas, queda mas privilejiada, porque puede concurrir a los mercados con mas ventajas, i las provincias se quejarían con justicia. Se dice que el arsenal es una ventaja para Concepción i que podria concederse en lugar de lo propuesto. Señor, el arsenal, léjos de ser un bien, es un mal, porque es un gravámen en vez de ser alivio. Toda la marina de Chile consiste solo en dos buques, i ¿qué bien es tener que mantenerlos allí? Lo mismo podria decirse respecto de los cuerpos de tropa de línea, que siempre ha estado clamando porque se los retiren. Se dirá que éstas son objeciones del momento i que deben ser pagados de la caja nacional; bien, lo serán cuando haya Hacienda; mas ¿cuándo habrá Hacienda? El ejército del Sur jamas ha sido bien pagado, i las guarniciones tienen tantos apuros que siempre se están levantando contra el propietario para quitarle el trigo i mantenerse, porque si no morirían de hambre. Para Concepción seria mejor que no fuese la escuadra; para el Estado no, porque si hubiera estado allí, se habrían ahorrado muchos miles i los destrozos que continuamente han padecido los buques en Valparaíso; i no sé por qué el Ejecutivo consulta esta medida cuando es de sus atribuciones el situar la escuadra donde convenga mas a los intereses de la Nación, mucho mas cuando dice que es porque aquel puerto se halla mas a barlovento, i de consiguiente en situación de auxiliar a cualquiera de los otros. Volviendo a la mocion, observo que nos vamos distrayendo porque estamos confundiendo los principios. Es el tema de la discusión privilejio esclusivo para hacer el que se solicita mas horroroso; no sé por qué se llama esclusivo; yo entiendo que privilejio esclusivo es aquel que se concede a uno con esclusion de todos los demás. ¿Quién prohibe el comercio de granos a las demás provincias? Todos pueden estraer trigos, i, por consiguiente, un buque que viene de Lima cargado de azúcar, 100,000 pesos, sabe que solo en Valparaíso lo puede vender, como efectivamente lo hace en ocho dias, i allí mismo cargará de trigo, por que la pequeña ventaja que le proporciona Concepción no le hará ir allá en busca de carga por los grandes males que sufriría en prolongar su viaje. Ademas, Concepción no puede estraer sino una corta porcion de trigo, que será una octava parte a lo sumo de lo que estraiga toda la República, i aunque efectivamente pudiese vender mas barato, no podria perjudicar, en razón de la poca cantidad que ofrecerá su mercado. Si vamos a buscar otro arbitrio, ¿cuál otra concesion se podrá hacer que no sea mucho mas gravosa? Se ha dicho que las alcabalas; pero esto ataca directamente los intereses de las otras. Aconcagua i todas las provincias se creerían agraviadas, i justamente. Si con plata se quiere indemnizar a Concepción, sabemos que no hai ni para darle lo que se debe de justicia, ménos habrá para darle de gracia. Con que yo creo que las mismas razones que se han dicho en oposicion del proyecto, sirven para apoyarlo.

El señor Meneses.—Señor, yo creo que no nos hemos puesto.[1]...millón de soldados; i si alguno de esos nobles o aristócratas no quería ser soldado, pagaría uno que hiciese sus veces. Este es el modo como se destruyen los abusos. Veo en el dictámen de la Comision que se propone el enganche como un medio de terminar el abuso de las levas; pero no lo considero bastante, i yo veo que, si se llaman los hombres al enganche, no tendremos un soldado, porque este medio solo es adaptable a un país que ha gozado mucho tiempo de paz, i no el nuestro que actualmente está saliendo de una revolución desastrosa; que no tiene crédito i todos desconfían, porque no saben si tendrán que sufrir la miseria a que siempre han estado reducidos nuestros soldados. De consiguiente, yo opinaría que se dictase una lei de suscricion, porque sé que el arbitrio no es bastante. La mocion también habla de que no se aumenten los cuerpos. Esto seria decir que está el país en tranquilidad. De consiguiente, yo no estaré jamas por la estincion de estos abusos sin que una lei formal no los corte de raíz.

El señor Prats. —Estamos penetrados que la necesidad es la madre de la ciencia; así, pues, cortemos estos abusos i habremos llegado a este caso, i el Cuerpo Lejislativo, entónces, con prontitud dictará los medios que deban subrogar tan degradantes abusos, que estoi persuadido que, miéntras ellos no se corten, no se dictarán los medios de subrogarlos; de lo contrario, nos envolveríamos en cuestiones i sofismas, i el derecho de los hombres jamas será respetado.

  1. La parte intermedia no aparece en el libro orijinal (Nota del Recopilador).