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SESION DE 11 DE JULIO DE 1826

enemigas. No hai prorratas; pero no hai caballos; no hai un medio real con que halagar la codicia del soldado, temiendo por momentos ver renovada la sublevación de todo el ejército en la mayor parte de esta provincia. Ya en el mes de Julio asomó en este pueblo esa hidra venenosa, una de sus cabezas con que casi estalló una insurrección por uno de los piquetes que guarnecían este punto, debiéndose su estincion a la vijilancia del jefe de las armas. I ¿de dónde este veneno? De la falta de asistencia al soldado.

Por otra parte, amenaza en breve una guerra intestina, cuyo teatro serán las campiñas del Sur. ¿Cuáles serán los resultados en nuestras tropas, que se dejan llevar de la novedad, si al soldado no se asiste como se debe? Principan obsta será medicina faratur. Esta sentencia médica tiene lugar en nuestro caso; prepárese el antídoto contra el veneno con antelación; de lo contrario veremos corrompida la máquina moral de nuestras tropas, i el vandalaje entrará, como tercero en discordia, entrará en posesion de toda la provincia. ¡Recuerdo terrible, cuyo remedio se espera de la sabiduría del Congreso, que se halla en aptitud de poner atajo a estos futuros males!

Ademas, temiendo, como es justo, que nuestras tropas, aun estando bien asistidas, sean necesarias para oponernos al nuevo agresor, sería de mucha utilidad que los cuerpos de infantería i caballería nacionales de todos estos pueblos se pusiesen en movimiento instructivo, del modo mismo que los cuerpos de línea, prévio el prest i ración de ordenanza del ejército. Así aumentaría el ejército una tercera parte, i cuando las tropas de línea se ocupasen en una campaña, los pueblos quedarían a cubierto de las tentativas de los feroces montoneros, esto es, cuando no se emprenda una espedicion contra ellos, que es tan útil como necesaria, si no queremos que su orgüilo crezca en tal manera que, a imitación de los caribes, atenten contra el cielo mismo.

Estas son las observaciones que esta Municipalidad hace a su representante, rogándole las ponga en conocimiento del Soberano Congreso i que admita sus respetuosas consideraciones.—Sala Capitular, Octubre I.° de 1826. —Justo Muñoz, delegado. —Manuel Cayetano González. —Bernardo Rodríguez. —Pedro Morales. —Ignacio Muñoz.

Es copia de su orijinal. —Montt, diputado secretario. —Al Diputado por San Cárlos en el Soberano Congreso, don Estanislao de Arce.