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CONGRESO CONSTITUYENTE

cias, sin prevenir el riesgo espiritual i temporal que ocasionaba, tanto que al repartir la comida ese dia se encontraron tres muertos, sin que les hubieran dicho: Jesús, entre el tumulto i tal vez de sus resultas; instaron el siguiente año por el propio permiso, pero sin efecto; i previendo que con ocasion de hacerla en el convento, se queria introducir el pueblo a la sala, pedí auxilio militar i lo impedí. Este año no creí que aun durase igual pretension, pero engañado, se me agolpó a jente en la mañana i, temiendo que sucediese o propio a la tarde, me fui sin acabar de comer, mandé al enfermero mayor que cerrase las puertas, sin que permitiese entrada alguna por algun pretesto i me mantuve en mi cuarto, desde donde sentí que la forzaban a empellones i golpes; salí i encontré en ese empeño al padre Málaga, a quien le hice ver que cediera por los males que aquello ocasionaba, pero, terco, llamó al enfermero que le abrió contra mi órden; reconvine a éste i con la mano lo hice adentro del umbral, porque cerrase ántes que se introdujese la jente agolpada; mas, así él como el padre Málaga doblaron su empeño, hasta querer venirse el primero sobre mí; tocaron a Comunidad i formaron un escándalo de que me libró el haber echado mano de mi baston en ademan de defensa, i llegados felizmente a esa hora dos hijos mios, que como iban en camino para el campo venian a caballo i armados; entonces sobrecedieron i se retiraron protestando no volver al hospital, a que les contesté dándoles las gracias; pero al dia siguiente forzaron las puertas, se introdujeron en mi ausencia i hubo bastante que notar en su entrada. Esta es la verdad i lo que resultará plenamente ¿Hai aquí alguna inmunidad violada? Han creido los padres i sus protectores que reprimir al invasor es atacar la inmunidad? I si es lícito matar a su propio padre por defenderse en la existencia ¿seria un crimen sujetar ni hacer amarrar al provincial i toda la Comunidad que, inservible a la humanidad i a la relijion, forjaban las puertas para que se introdujeran en masa el populacho i los padres a las salas de moribundos, con eminente i probado riesgo de su vida i de su salvacion? Recuerde V. E. el suceso del primer año i oiga a los capellanes de quienes estoi cerciorado, que se introducen con el título de mujeres las amancias, aun en aquel asilo santo, i juzgará de esos ataques infundados e indignos de mi educacion i carácter.

No quiero subir mas arriba sobre sus inmunidades, poique aun dadas no probaran jamas que fueron violadas. Pero si yo estoi constituido jefe de la casa, revestido con todo el poder del Gobierno que puede i debe contener los excesos de todo sirviente, en cuya clase entran los padres. Si ellos mismos separados, sin breve de Su Santidad, de su provincia, se han erijido en provincia independiente, han hecho elecciones, etc. ¿Serán muí seguros sus derechos? V. E. conoce el peso de estos motivos; sin embargo, como solo se aducen para entrar al suspirado manejo, entraré a la segunda parte.

Para recuperarlo me acusan de que, confundidas las lanas de colchones, se infestan de diversas enfermedades los dolientes, que no son separados por clases, que en sus manos se aumentarian camas, asistencia i la curacion seria de un éxito feliz ¿qué imprudencia? Las lanas, Señor Excelentísimo, estaban confundidas desde que era hospital este, hasta que, escrupulizado yo de ello, consulté a los médicos de la casa i de fuera; las mandé hervir en lejías fuertes, las renové con mas de cincuenta arrobas, traídas sin costo de mi hacienda i de mis hijos; i últimamente convinimos con los facultativos en usar de las pajas para renovarla a cada enfermo, como se está haciendo mucho há. ¿Será tolerable la acusacion? ¿Habian hecho esto jamas los padres? Oiga V. E. los médicos i haga reconocer las camas i no podrá comprender como insultan la respetabilidad del mismo Gobierno.

Pregunte V. E. cuántas salas habian habilitadas a mi ingreso i cuántas hai hoi, i verá que si ha habido alguna vez separacion es ahora; pero, ¿qué digo separacion? si no habia salas ni enfermos que quisieran venir a morir sin consuelo. ¿Digan los padres por qué fueron separados de la administracion? i justamente han de confesar, con todo Chile, que por que se anuló en sus manos el hospital i se trató de cerrar i era una caridad hacerlo. ¿Qué tal separacion, qué tal administracion de los padres? No se avergüenzan? Tan separados estaban que, ántes de reunirse en el hospital, morian en sus ranchos i en la calle.

Estos hombres mismos ofrecen aumentar camas, mejorar asistencia i asegurar la sanidad. Si no estuviera seguro de lo contrario i no se aventurara la humanidad en la prueba, ya se les podria dar, cierto que, ántes de los seis meses, acaeceria, lo que ha sucedido siempre, i que no quedaba hospital ni fondos; repito el contraste del estado en que hallé i el en que se hallan las salas i hospital, i no quiero cansar en este punto; todo el Estado entero lo conoce i lo grita.

Concluyamos, Señor Excmo: la cuestión presente es de dos palabras: o no quieren hospital, dándole la administracion a los padres para que perezcan los enfermos i se cierre el hospital ántes de un año; o se constituye solo, in dependiente i con toda la jurisdiccion, sobre cuantos pisan los patios del hospital (como ántes tenia) a Manuel Ortúzar, cedido por el Senado i Gobierno que no puede desempeñarlo de otro modo, que no tiene otro interes que servir a sus prójimos, i el alivio de V. E. en esta parte, ni esperar otra recompensa que el perdon de sus pecados.

Decida V. E. en el concepto que si un padre que no sea elejido por mí pisa el hospital, salgo por la puerta a la calle; que si aun éstos, como sirvientes, no están bajo mi preciso mando para