de almas, hacia mision en una estancia bastante cercana de donde yo estaba emboscado. Dicho eclesiástico, que por ahora reservo su nombre, es un íntimo amigo mió, hombre digno del mayor elojio por su patriotismo i amor a la sagrada causa; me avoqué con él i en el acto mismo procuró con el mejor empeño ocultarme con todo sijilo; me ha tenido cuatro dias bien guardado, proporcionándome cuanto se me ha ofrecido; él me ha dado todas las noticias que dirijo a US. bajo el número 1. Me ha asegurado que todas son ciertas i que es lo único que él me ha podido informar. Me he detenido escondido el predicho tiempo, por esperar a un gran patriota i sujeto de lo mas principal de Talca, i a quien escribí para que se dejase ver, i no pudo verificar su venida mas pronto, i me ha dado las noticias fidedignas que US. verá por el número 2.
A no haber encontrado los dos mozos que tomé en el camino i que avisé a US., no paso la cordillera; pues no contaba con mas hombre que el viejo Mondaca, útilísimo en todas sus partes i hombre duro i práctico cual ninguno. El pobre Vivanco es mui hombre de bien, poco práctico, mui flojo i bastante cobarde; el infeliz ha hecho cuanto ha estado de su parte, pero no puede mas con su apocado jénio; él es el dador i conductor de estas primeras noticias, i espero que llegue con la felicidad que se quiere i desea; suplico a US. no se le dé por entendido de cosa alguna; ha recibido... pesos por cuenta de su trabajo, i él informará de nuevo a US. de las viles cabalgaduras: que apénas hemos salido mediante las que saqué donde Lémus, algunas mulas de la patria i las dos de Rios, i éstas arriándolas a pié en toda la nieve. De los dos mozos predichos, el mejor se llevó mi buen amigo i compañero; el otro está conmigo, que es el hijo del viejo; es excelente para cualquiera empresa i en particular para correo de cordillera, por ser mui diestro i práctico en ella.
Conviene mucho que US. haga avanzar una guardia al Planchon, la que debe colocarse en el punto de... pasado los indios del Salado, para que éstos no tengan comunicacion con las guardias del enemigo, ni que trafiquen a este lado, pues el cacique Panchincé es mui adicto a los chilotes, i es mal indio; se logra igualmente que la dicha guardia nuestra puede pillar a algunos soldados del enemigo que quieran internarse a espiar a tratar con dichos indios por el ▼valle Hermoso.
Cuando alojé en la reduccion del cacique Levipil, vino ésta a donde yo estaba i durmió esa noche en mi alojamiento; hablé largamente con él, i entre varios asuntos que tocamos fné tratar sobre el cacique Venancio Coyquepan; me dijo que si US. gustaba, el tal Levipil podria enviarle a Venancio un correo o mensaje, como llaman ellos; me parece que no estaría de mas semejan te proyecto, escribiéndole a aquel caudillo una carta enérjica sobre el sistema, por parte de US., i otra a nombre de don Bernardo O'Higgins, por el influjo i grande aceptacion que este sujeto tiene entre todos los bárbaros araucanos i llanistas. El tal Venancio sabe leer, i seria también útilísimo que el Pe. Inalican, como su paisano, le escribiese otra carta, con la que estoi persuadido voltéabamos al caudillo i lo poníamos otra vez a nuestro favor i protección; en fin, US., que nada se le oculta, verá sobre el particular lo que sea mas conveniente.
Por estar la cordillera cargadísima de nieve, i que aun nevó dos dias seguidos ántes de entrar a ella, tuvimos, según los prácticos, que entrar por Rio Grande o por el Campanario, lo que hizo nuestro camino dilatadoi mas penoso; desde Mendoza hasta llegar a donde principia la nieve, cuento ciento setenta leguas. De pura nieve i sin cortarse en parte alguna, anduvimos 18 leguas a pié, durmiendo dos noches encima del mismo hielo; i desde su salida hasta esta estancia donde me hallo, habrá 20 leguas; todo el camino hasta los últimos indios, es bastante regular aunque no le faltan buenos desfiladeros. Por lo que hace a nieve, no lo pude reconocer por estar todo cubierto; pero luego que uno sale del dicho riesgo i que cae al Cajón de los Robles, es bastante malo, tiene laderas mui precipitadas i de mucha piedra, un rio rápido que se pasa en tres ocasiones i, por último, se pasa por un desfiladero de puro hielo consolidado que tendrá cuatro cuadras i me costó grandes fatigas para atravesarlo. De resultas de tanto caminar a pié, me hallo actualmente con los piés mui hinchados i estropeados, pero no desmayo de mi empresa i patriótica comision.
El sujeto que me haya de buscar i ver, se presentará, cuando llegue al destino de su mision, en la iglesia de Santo Domingo, en el primer altar que hai al lado izquierdo de la entrada por la puerta principal; allí se presentará a las seis de la mañana, i de noche, a las horas de rezar el rosario. Las señas de que sea el sujeto que yo busco i necesito, serán las siguientes: la cara amarrada con un pañuelo colorado, como que está con un dolor de muelas; un parchesito negro en el carrillo derecho; hincado de rodillas cerca de la tarima del altar i las dos manos puestas en forma de rezar. La contraseña mia para que el sujeto se me descubra i yo le pueda hablar, será el hincarme junto a él, besar el suelo i poner las manos del propio modo que el enviado las tiene, dando al último un suspiro.
Don Gregorio Henríquez fué mandado llevar desde ▼Quirihue, por Atero, en una mula aparejada, con una barra de grillos.
Las Pinedas, Cleyriquis i Bosos, presas por dicho Atero.
Don Pepe Mendiburu preso, i paga su casa quinientos pesos mensuales de contribucion.