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SESION DE 23 DE FEBRERO DE 1820

de la América; cuyo conocimiento es necesario a los eclesiásticos, a los seculares i a toda clase de personas para el cumplimiento de sus respectivas obligaciones.

Te aseguro que no soi orgulloso para querer que mi opinion tiranice i predomine sobre la tuya; pero tampoco pienses inclinarme a seguir tu sistema con el miedo de las escuadras i armas españolas, ni con las conveniencias temporales, porque seria tratarme como a un vil esclavo o como a un asno, mostrándome el azote o el palo: tratadme como a hombre, i hombre libre, que desea la mejoría de su luz i razon.

Si eres patriota o americano, supuesto que nos unen los uniformes sentimientos de justicia, de caridad i de honor, te suplico adelantes, ilustres i propagues las doctrinas i principios morales, políticos i legales de este Catecismo.

Si eres egoísta, neutral i mirón de la actual lid, te digo que no sirves ni para la sociedad de los españoles ni para la de los americanos en la América. Eres un ente o ser tan inútil como criminal. Puedes colocarte en la luna, para habitar vos solo, servirte a tí mismo, i gozarte a tí propio sin conocer obligacion alguna ni para con Dios, ni para con tus hermanos; pero hazme el favor de leer este Catecismo para ruborizarte si tienes una gota de sangre. —Vale.


Hora est jam de somno surgere, nune enim proprior est nostra salus, quam eum credidimus. —(Div. Paul ad Rom., cap. 13.) Ahora es tiempo ya de despertar del profundo sueño en que habéis existido, porque nuestra salud está mas cercana que lo que creíamos. —(San Pablo.)

P. —¿Qué fin o qué objeto tiene usted, maestro mio, para escribir este Catecismo o despertador?

R. —Hacerte conocer las obligaciones que te asisten con la patria, i desengañarte de muchos errores en que puedes incurrir por falta de ilustracion, i que obres con conciencia recta i segura en materia la mas grave que hoi se disputa en la América.

P. —Conque si usted me enseña el Catecismo ¿será mi padre?

R. —Los hombres son mas bien padres por la educación i por la ilustracion, que por la jeneracion; pues ésta es común a las bestias, i de este modo el caballo es padre del potrillo, i el toro de la ternera.

P. —¿I por qué nuestra madre la Iglesia llama a algunos hombres los santos padres?

R. —Porque con su profunda sabiduría nos enseñaron e ilustraron en la verdadera relijion, i dirijíeron las costumbres mas puras i sanas del Evanjelio, para conseguir la patria celestial.

P. —¿I qué es lo que llaman patria en este mundo?

R. —La justa union i comunidad de los hombres que lo habitan.

P. —I si no lo habitaran los hombres ¿fuera patria?

R. —No seria patria, sino tierra o cielo, i nada mas.

P. —¿Quién es el autor de la patria?

R. —El criador de los hombres, Dios nuestro Señor.

P. —Luego el supremo patriota ¿es Dios?

R. —Sí, Dios nuestro Señor es el supremo patriota, que amó la humanidad en tanto grado, que nos dió a su unijénito Hijo para redimirnos de la esclavitud del demonio.

P. —Conque, luego la patria ¿es buena?

R. —Sí, la patria es mui buena, sagrada i respetable, pues si cada individuo por la dignidad de hombre, por la imájen que tiene de la divinidad i porque como cristiano habita en Jesucristo como en un templo vive, es un sér venerable i sagrado, mucho mas lo son las reuniones i juntas de hombres, o de estos séres respetables i sagrados.

P. —El que maldice, blasfema, o insulta a la patria, ¿contra quién comete esta maldad?

R. —Contra Dios nuestro Señor, supremo padre i conservador de la patria.

P. —I si hai malos patriotas ¿podré lícitamente maldecir i blasfemar contra la patria?

R. —Nó; porque así como el mal sacerdote i el apóstol traidor no hacen ni pueden hacer mala a nuestra relijion catilica, tampoco el perverso patriota puede quitar su sér sagrado i respetable a la patria.

P. —¿Para qué se juntan los hombres en sociedad i comunidad?

R. —Para amarse, ayudarse, ampararse i fortalecerse en sus trabajos, en sus labores i necesidades. No dañarse, no querer para otro lo que uno no quiere para sí, ésta es la sociedad natural.

P. —I fuera de esta sociedad ¿hai otra?

R. —Sí hai; i es la sociedad civil que forman los ciudadanos o habitadores de las ciudades, villas i poblaciones.

P. —I ¿cómo la forman?

R. —Estableciendo sus leyes i su gobierno.

P. —¿No era, pues, suficiente la sociedad natural?

R. —Fuera suficiente si todos los hombres fuesen justos i observasen los derechos naturales; pero como hai hombres malos i dañados que perturban i perjudican a los buenos, estas muchedumbres i reuniones de jentes tuvieron la necesidad i precisión de crear i establecer su gobierno i formar sus leyes, consultando el bien jeneral i el órden público: i como todo esto lo