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CVIII

PASADO Y PORVENIR


A la yerba que cubre tu morada
de queda y donde tu alma en su capullo
de polvo espera, arráncale un murmullo
la lluvia que del cielo derramada

la hiere. La canción es encantada
del último misterio, es el arrullo
de nuestro último amor, el dulce abrullo [1]
de nuestra madre Tierra, ya cansada

  1. Ver explicación en Epílogo y notas.