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XLI
SUEÑO FINAL




Salmo CXXVII 2. [1]

Alzame al Padre en tus brazos, Madre de Gracia
y ponme en los de El para que en ellos duerma
el alma que de un dormir está ya enferma,
su fe, con los insomnios de la duda, lacia.

Haz que me dé, á su amado, sueño que no sacias
y á su calor se funda mi alma como esperma,
pues tan sólo en el sueño, á su calor se merma
de este vano vivir la diabólica audacia.

  1. Ver explicación en Epílogo y notas.