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XLVII
MI DIOS HEREJE




Salmo CIX 28 [1]

Aunque ellos me maldigan qué me importa
si me bendices tú, mi Dios hereje;
tu santa diestra mi destino teje
y tú me enseñas que la vida es corta

y muy larga la muerte. Me conforta
tu silencio mandándome no ceje
de lanzar á este viento que nos meje
mi voz que á inquietarse les exhorta.

  1. Ver explicación en Epílogo y notas.