secundario en la construcción de la teoría (como, en general, la noción de fuerza en la Mecánica sólo ha de considerarse como una noción auxiliar, si se entiende que el problema de la Mecánica es la explicación acabada, sin dejar lagunas, de los fenómenos de movimiento).
La teoría de Einstein no intenta tampoco explicar la esencia de la Gravitación; ella no busca un modelo mecánico que simbolice la acción mutua de gravitación de dos masas. Esta ha sido la aspiración de las diversas teorías del éter, bajo fecunda aplicación de magnitudes hipotéticas y nunca observadas, como el átomo de éter. Es muy dudoso si tales aspiraciones conducirían nunca a una teoría satisfactoria de la Gravitación. Pues las dificultades de la Mecánica de Newton no están solamente en que ella formula la ley de la gravitación como una ley de acción a distancia. Mucho más esencial es que la relación estrecha entre los fenómenos de inercia y los de la Gravitación en general no se tiene en cuenta, aunque Newton conocía ya el hecho de la igualdad entre la masa pesada y la inerte, y que la Mecánica de Newton no representa ninguna teoría de los movimientos relativos de los cuerpos, siendo así que éstos son los únicos que nosotros observamos. Una transformación de la ley de la Gravitación de Newton, para hacer aceptable la atracción de las masas, todavía no nos habría proporcionado una teoría satisfactoria de los fenómenos de movimiento 28.
Lo que caracteriza a la teoría de Newton es la sencillez extraordinaria de sus fórmulas matemáticas. Por esto también la Mecánica clásica que se construye sobre los principios de Newton, como excelente teoría matemática para la deducción por el cálculo, de los fenó-