con relación al espacio absoluto o recurrir a experimentos ideales, introduciendo, como C. Neumann, un cuerpo hipotético Alfa y refiriendo a éste un sistema de ejes con relación al cual debe regir la ley de inercia (Sistema de inercia) 15. La alternativa ante la cual estamos es muy poco satisfactoria. La introducción del espacio absoluto ocasiona las dificultades de concepto con frecuencia discutidas, por las cuales flaquearon los fundamentos de la mecánica de Newton. Y la introducción del sistema de referencia Alfa toma, a la verdad, tan en cuenta la relatividad de los movimientos, que todos los ulteriores sistemas en movimiento uniforme con respecto a un sistema Alfa se consideran, desde luego, como equivalentes; pero nosotros podemos afirmar ciertamente que de ningún modo hay un sistema Alfa visible y también que nunca se llegará a establecer definitivamente un tal sistema. (A lo más se llegará, tomando reiteradamente en cuenta la influencia de las estrellas sobre el sistema solar y la mutua de ellas entre sí, a un sistema de coordenadas que, para el sistema solar, pueda desempeñar, con suficiente exactitud, el papel de un tal sistema de inercia). A consecuencia de esto, el mismo autor de la idea, C. Neumann, reconoce que ella siempre será «poco satisfactoria» y «enigmática», y que la Mecánica así fundada sería verdaderamente una teoría bien caprichosa.
Según esto, parece enteramente natural que E. Mach 16 proponga formular la ley de inercia de modo que inmediatamente aparezca la relación con las estrellas fijas. «En vez de decir: la dirección y la velocidad de una masa μ permanecen constantes en el espacio, se puede también emplear la expresión: la aceleración media de la