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La teoría de la relatividad de Einstein.

terrestre, por ejemplo, no puede suprimirse por completo, pues está dirigido hacia el centro y la aceleración debería, por tanto, partir del centro; pero esto no es posible. Y aunque se admitiese—y tendremos que hacerlo—que el sistema de referencia no fuese rígido, sino que se extendiera aceleradamente alrededor del centro de la tierra, aun este movimiento no seria posible sino por tiempo limitado; el centro le pondría límite. Haciendo girar alrededor de un eje el sistema de referencia, obtiénese una fuerza de inercia, dirigida en dirección que se aleja del eje (III, 9, pág. 97, fórmula [27]), y que es la fuerza centrífuga

Esta compensa el campo de gravedad de la tierra sólo en cierta distancia r, a saber: el radio de la trayectoria lunar, pensada como un círculo, con el tiempo T de revolución.

Existen, pues, campos gravitatorios «verdaderos»; pero el sentido de esta palabra es distinto en la teoría general de la relatividad que en la mecánica clásica, pues eligiendo convenientemente el sistema de referencia es siempre posible suprimir una parte cualquiera, suficientemente pequeña, del campo. Más tarde estableceremos con más exactitud el concepto de campo gravitatorio.

Naturalmente, hay ciertos campos gravitatorios que pueden ser suprimidos en toda su extensión por medio de una elección conveniente del sistema de referencia. Para encontrarlos, basta partir de un sistema de referencia en el cual una parte del espacio no tenga campo e introducir un sistema de referencia acelerado de un modo cualquiera; entonces, con relación a éste, existe un campo gravitatorio. Este desaparece tan pronto como volvemos al primitivo sistema de referencia. El campo centrífugo