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La teoría de la relatividad de Einstein.

aparentes, que son la distinciones de los verdaderos, y en parte también por las fuerzas que como causas eficientes sirven de fundamento a los movimientos verdaderos. Si dos bolas, por ejemplo, a distancia dada una de otra, se unen por un hilo y se les da vueltas alrededor del punto de gravedad (fig. 41), se reconoce por la tensión del hilo la tendencia de las bolas a alejarse del eje del movimiento, y por esto puede conocerse la cantidad del movimiento circular. De esa manera podría hallarse no sólo la cantidad, sino también la dirección de ese movimiento circular en cualquier espacio vacío infinitamente grande, aunque no se encontrase en él nada exterior y cognoscible con que las bolas pudieran compararse.»

fig41
fig41

Estas palabras indican el sentido clarísimo del espacio absoluto; pocas explicaciones añadiremos nosotros.

Primeramente, en lo que se refiere a las relaciones cuantitativas de las fuerzas centrífugas, podemos comprenderlas en seguida recordando la cantidad y dirección de la aceleración en movimientos circulares; estaba dirigida hacia el centro, y, según la fórmula [3] (pág. 39), valía:

siendo r el radio y v la velocidad.

Si tenemos un sistema de referencia giratorio S, que en T segundos da una vuelta, resultará que la velocidad de un punto situado a la distancia r del eje, según la fórmula [15] (página 74), es:

.

Así, pues, la aceleración hacia el eje, que designamos con k, es (véase pág. 74):