Orígenes del teatro español/Prólogo de la Academia

Nota: Se respeta la ortografía original de la época
PRÓLOGO DE LA ACADEMIA.


El año de 1825 se hizo en París una edicion de las obras dramáticas y líricas del célebre poeta D. Leandro Fernandez de Moratin, que impresas antes en varios lugares, tiempos y tamaños, andaban sueltas, y no siempre fielmente impresas, en manos de los estudiosos. Esta edicion, reconocida como legítima por el autor, y publicada poco antes de su fallecimiento, proporcionaba á los extra ngeros la facilidad de gozar de su lectura, al mismo tiempo que los españoles privados de esta ventaja por la ley que prohibe la introduccion de obras castellanas impresas fuera del reino, carecian de la utilidad que para su mayor ilustracion ofrecía la reunion de producciones tan apreciables.

Esta poderosa consideracion fomentó en la Real Academia de la Historia, primero el deseo, y después el designio de publicar una coleccion de las obras de Moratin. Comprendió igualmente la Academia que una edicion completa y esmerada de ellas era el monumento mas digno que podia consagrarse á la fama postuma de su autor; y que con ella al paso que se miraba por la utilidad del público español, se daba también á las demás naciones una prueba de que nuestra patria no se olvida de honrar la memoría de los hijos que la ilustran y ennoblecen.

Animada la Academia de tan justos sentimientos, acudió á exponerlos á los pies del Trono; y el Rey nuestro Señor, en cuyo Real ánimo hallan siempre benigna acogida los proyectos dirigidos á la prosperidad y lustre de la nacion, se dignó aprobar y aun elogiar sus deseos, autorizándola competentemente para llevar á cabo lo que proponia.

Para desempeñar la empresa de un modo correspondiente á su objeto, á la honrosa aprobacion del Soberano, á la ilustracion de nuestros tiempos y al buen nombre de la Academia, trató esta desde luego de reunir todas las obras de Moratin de que tenia noticia, tanto en verso como en prosa, tanto impresas como manuscritas. De todas ha formado una coleccion, en cuya parte lírica ha incluido no solo varias composiciones conocidas anteriormente del público, y que los aficionados á Moratin echaban menos en la edicion de 1825, sino tambien otras inéditas que se conservan entre los papeles de los curiosos y que no desmerecen de las restantes. Entre ellas las hay de mérito muy sobresaliente, que prueban con cuánta modestia opinaba Moratin de sí mismo, cuando manifestaba que su vena estaba destinada exclusivamente al género dramático.

Pero entre las composiciones inéditas de Moratin que ha adquirido la Academia, la de mayor bulto é importancia es la de los Orígenes ó historia del teatro español desde sus principios hasta la época del famoso Lope de Vega, obra que despues de largas indagaciones escribió Moratin en sus últimos años, y en que con selecta erudicion recogió copiosas noticias acerca de un arte que fue el blanco y ocupacion de sus estudios durante todo el discurso de su vida. La Academia ha recibido de manos augustas y generosas el original auténtico de esta obra que constituye el principal ornamento de la presente edicion, y que como parte de nuestra historia literaria pertenece mas de cerca al instituto de la Academia, y esta naturalmente enlazada con el asunto ordinario de sus tareas.

Moratin dejando á oíros el empeño menos ingrato y difícil de examinar y describir periodos mas conocidos de nuestra dramática, como lo es el que empieza al acabar el reinado de Felipe II, pretendió subir hasta su origen primitivo, lo buscó en los documentos mas antiguos de nuestra legislacion y literatura, indicó los trámites por donde pasó de lo sagrado á lo profano, de los templos y de los clérigos á los teatros y á los histriones, y llegando al tiempo de la imprenta presenta muestras de la rusticidad y desaliño de las composiciones coetáneas, da noticias reconditas, ignoradas del común de los literatos, inserta el catálogo cronológico de los dramas y sus autores, los califica con juiciosa crítica, y finalmente forma una curiosa coleccion de piezas teatrales de fines del siglo XV y casi todo el XVI, en que reuniendo las que nos quedan en libros rarísimos y apenas conocidos, ha salvado para la posteridad los monumentos de esta parte de nuestra historia literaria, próximos ya á perderse para siempre y sepultarse en las tinieblas y el olvido.

No obstante lo apreciable de este trabajo, la Academia entiende que Moratin no acabó de agotar enteramente su argumento, y que á pesar de sus doctas investigaciones todavía dejó mucho que hacer á la diligencia y labo» riosidad de los que le sucedan en su empresa. Como quiera, las dificultades vencidas en la materia de nuestras antigüedades dramáticas, la originalidad de las noticias, la maestría y sagacidad con que se examinan, y el lenguage hermoso, castizo, amenísimo con que se explican, recomiendan muy señaladamente el libro de los Orígenes, y le asignan un lugar distinguido en nuestras bibliotecas.

En orden á las composiciones escénicas de Moratin, es ocioso detenerse á ponderar su mérito. La aprobacion y elogio general de los inteligentes, el aplauso constante de su representacion en las tablas, las traducciones hechas en Francia, Alemania é Italia las han colocado ya entre las obras clásicas europeas, declarando a su autor digno del renombre de Terencio español. Lope de Vega mostró de lo que era capaz el ingenio abandonado á la naturaleza: Moratin ha mostrado lo que puede la reunion del ingenio y del arte. La lozanía desordenada de Lope extravió con su ejemplo á los que sin tener su talento quisieron imitarle: la austera correccion de Moratin, no dejando abierta otra senda que la de las reglas para su imitacion, obliga á caminar por ella á los que aspiren á emularle. Lope fomentó la corrupcion del arte en el tiempo que iba á sucederle: Moratin ha preparado su mejora y perfeccion en el nuestro. La lectura y estudio de sus obras no puede menos de contribuir á la propagacion del buen gusto y á la deseada reforma de nuestro teatro.

Consideraciones de prudencia propias de las circunstancias han movido á hacer algunas supresiones de corta extension en ciertos pasages de las comedias á que pudiera darse tal vez interpretacion menos conveniente, y en que ha parecido á la Academia debian sacrificarse algunas palabras á la delicadeza y opiniones de personas bien intencionadas y respetables. Pero los curiosos, que quieran tomarse el trabajo de cotejar la presente edicion con la de París, verán fácilmente lo poco que interesan estas leves alteraciones ni para la gloria de Moratin ni para el mérito esencial de sus dramas, que no se cifra en una ú otra expresion de las que en todos los libros pueden ofrecer pretextos á la malignidad y al abuso, aun contra la intencion de los mismos autores, sino en las eminentes calidades de invencion, disposicion y estilo que caracterizan las composiciones de Inarco Celenio.

Los dibujos de las estampas que acompafían á esta coleccion, son de los mas acreditados profesores, entre los cuales se cuentan los pintores de cámara don Vicente López y don José Madrazo, que han querido contribuir gratuitamente con sus talentos á engalanar la edicion y hacerla mas digna del público.

La Academia no ha podido menos de añadir las pocas y breves notas que sirven para corregir algunas expresiones en que Moratin, ó mal informado ó arrastrado por las circunstancias agitadas de su vida, dio muestras de que era hombre, y como tal expuesto al error y al influjo de las pasiones humanas. Han hecho necesarias esas ligeras advertencias de la Academia el interés de la verdad, la defensa del honor de la nacion y del suyo propio, pero sin perjuicio del justo aprecio y admiracion que le inspiran las producciones de Moratin, como de uno de los mayores ingenios de que puede preciarse España, y que forma época en la historia de nuestra literatura.