Noticias de descubridores: 07

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.



VI.

El cuadro sereno y claro en que hasta ahora hemos presentado los nombres de algunos ilustres descubridores de Indias, se ennegrece de repente al aparecer en él la siniestra sombra de Pedrarias Dávila, el más duro, cruel é inhumano de cuantos capitanes españoles al Nuevo Mundo pasaron. Era natural de Segovia, y pertenecia á la aristocracia, por ser, aunque tachado de judío su abolengo, de la familia de los Condes de Puñonrostro. Habíase distinguido en las guerras de Oran y Navarra, y llamábanle en la corte el Galan y el Justador por su gracia y destreza en los belicosos juegos caballerescos de aquel tiempo. Altamente emparentado por si y por su esposa Doña Isabel de Bobadilla, prima hermana de la Marquesa de Moya, que habia sido favorita de la Reina Católica, gozaba de gran favor, por lo cual no le fué difícil obtener, aunque ya viejo, el gobierno de Castilla de Oro, como entónces se llamaba el Darien, cuando la corte de España acordó mandar una autoridad que cortase los disturbios de aquella colonia. Salió de Sanlúcar de Barrameda el 11 de Abril de 1814, con una respetable armada, en que iban más de 2.000 hombres, llevando de piloto al Florentino Vespucci, y de veedor al célebre cronista Gonzalo Fernandez de Oviedo, acompañado además de su esposa y dos hijas que tenía casaderas, y del primer Obispo de Darien, Fray Juan de Quevedo. Tocó en la costa de Santa Marta, donde en vez de hacer establecimientos, como se le habia prevenido, saqueó los pueblos de los Indios y surgió delante de Darien en 29 de Junio de aquel año. Recibióle bien Vasco Nuñez de Balboa, que con gran acierto dirigía la colonia, y al punto le dió posesión de su gobierno. Nada dirémos de la perfidia de Pedrarias con aquel ilustre guerrero, á quien después de haberle hecho su yerno para adormecerlo y engañarlo, hizo, bajo frívolos pretextos, perecer en un cadalso con otros capitanes insignes, teniendo la feroz satisfaccion de presenciar la ejecucion, porque aquellos sucesos narrados de mano maestra por el inmortal Quintana en su Vida de Vasco Nuñez de Balboa, de todos son conocidos, y han marcado con un perpetuo sello de reprobacion la frente del rencoroso y feroz anciano que ejecutarlos mandara.

Después de la muerte de su envidiado rival, fundó Pedrarias á Panamá, y abrió el camino que va de Nombre de Dios á aquella ciudad, envió á Juan de Ayora con 400 Españoles á poblar á Comagre, Tumanamá, y Pocorosa, hizo en los años de 1515 y 16 explorar doscientas y setenta leguas de costa por su Alcalde mayor el licenciado Gaspar de Espinosa, de Medina del Campo, y su hijo Diego Arias Dávila; una expedicion que puso á las órdenes del Capitan Gaspar de Morales descubrió la isla de Tararegui ó de las Perlas, y otra que encomendó á Francisco Hernández le conquistó á Nicaragua. Sin estos envió otros á poblar en varias partes, pero sin cesar en sus demasías y crueldades, no sólo con los caciques indios, á quienes de mil maneras atormentaba para obligarles á dar oro con que satisfacer su codicia, sino con los mismos soldados viejos, á quienes se hizo aborrecible, en términos de que fueron tantas y tan repetidas las quejas que contra él llegaron á España, que el Emperador Carlos V le separó del mando de Darien, nombrando para sucederle, año de 1520, á D. Lope de Sosa, natural de Córdoba.

Separado del mando de la provincia de Castilla de Oro, pasó Pedrarias á encargarse del mando y gobernacion de Nicaragua, de la cual no habia sido removido, y su primera providencia al llegar alli el empedernido tirano, fué arrojar en una prisión á su Teniente Gobernador Francisco Hernandez, á quien hizo degollar, achacándole que estaba en tratos con Hernán Cortés para alzársele con la tierra y gobierno; calumniosa imputacion que los amigos de aquel hicieron presente al Emperador, que se vio precisado á llamarle á la corte. Sometida su conducta á la investigacion del Consejo de Indias, absolvióle dicho tribunal en el juicio de residencia, pero no asi la severa é imparcial historia, que condena su memoria y le entrega á la execracion de la posteridad, por ser de los que más han contribuido á hacer odioso el nombre español en América.