Non quisiera, yernos míos
on quisiera, yernos míos,
haber visto tal guisado,
cual el d’este mal suceso,
magüer cuido algún gran daño.
¿Son éstas ropas de bodas?
¡Haya mal grado el diablo!
¿Qué pavor ha sido el vuestro,
que habéis fecho tal recaudo?
Teniendo las vuesas armas,
¿por qué fugisteis entrambos?
¿Non estábades conmigo
para siquiera mirallo?
Pedisteis al Rey mis fijas
cuidando de valer algo,
non fice mi voluntad,
mas fice en el su mandado.
¿Vosotros sodes los novios
para mi vejez guardados?
¡Buena vejez me daredes
siendo tan afeminados!
No quiero pasar de aquí,
que si miro lo pasado
reviento de pesadumbre
considerando este caso.—
Estas palabras el Cid
les dijo muy enojado
por haber así fuído
del león los dos hermanos:
agraviáronse los Condes,
y con él quedan odiados.