[ fol. xxxix. ]

Capitulo veynte y nueve :
de como se robavan los unos a los otros.

D

Espues de averlos informado, y señalado bien lo que avian de hazer se bolvieron y nos dexaron con aquellos : los quales teniendo en la memoria lo que los otros les avian dicho : nos començaron a tratar con aquel mismo temor y reverencia que los otros : y fuymos con ellos tres jornadas, y llevaronnos a donde avia mucha gente. Y antes que llegassemos a ellos avisaron como yvamos, y dixeron de nosotros todo lo que los otros les avian enseñado, y añadieron mucho mas : porque toda esta gente de indios son grandes amigos de novelas y muy mentirosos : mayormente don[ fol. xl. ]de pretenden algun interesse. Y quando llegamos cerca de las casas salio toda la gente a rescebirnos con mucho plazer y fiesta : y entre otras cosas, dos fisicos dellos nos dieron dos calabaças : y de aqui començamos a llevar calabaças con nosotros : y añadimos a nuestra autoridad esta cerimonia, que para con ellos es muy grande. Los que nos avian acompañado saquearon las casas, mas como eran muchas y ellos pocos, no pudieron llevar todo quanto tomaron, y mas de la mitad dexaron perdido, y de aqui por la halda de la sierra nos fuymos metiendo por la tierra a dentro mas de cinquenta leguas, y al cabo dellas hallamos quarenta casas, y entre otras cosas que nos dieron, ovo Andres Dorantes un caxcavel gordo grande de cobre y en el figurado un rostro, y esto mostravan ellos que lo tenian en mucho : y les dixeron que lo avian avido de otros sus vezinos : y preguntandoles que donde avian avido aquello, dixeronles que lo avian traydo de hazia el norte : y que alli avia mucho y era tenido en grande estima : y entendimos que do quiera que aquello avia venido avia fundicion y se labrava de vaziado.

Y con esto nos partimos otro dia y atravessamos una sierra de siete leguas, y las piedras della eran de escorias de hierro : y a la noche llegamos a muchas casas que estavan assentadas a la ribera de un muy hermoso rio, y los señores dellas salieron a medio camino a rescebir nos con sus hijos acuestas, y nos dieron muchas taleguillas de margaxita y de alcohol molido, con esto se untan ellos la cara : y dieron muchas cuentas y muchas mantas de vacas, y cargaron a todos los que venian con nosotros de todo quanto ellos tenian. Comian tunas y piñones, ay por aquella tierra pinos chicos, y las piñas dellas son como huevos pequeños, mas los piñones son mejores que los de Castilla : porque tienen las caxcaras muy delgadas : y quando estan verdes muelenlos, y hazenlos pellas, y ansi los comen, y si estan secos los muelen con caxcaras y los comen hechos polvos. Y los que por alli nos rescebian desque nos avian tocado bolvian corriendo hasta sus casas : y luego davan buelta a nosotros, y no cessavan de correr yendo y viniendo. De esta manera trayan nos muchas cosas para el camino. Aqui me traxeron un hombre, y me dixeron que avia mucho tiempo que le avian herido con una flecha por el espalda derecha, y tenia la punta de la flecha sobre el coraçon, dezia que le dava mucha pena : y que por aquella causa siempre estava enfermo. Yo le toque y senti la punta de la flecha, y vi que la tenia atravessada por la ternilla : y con un cuchillo que tenia le abri el pecho hasta aquel lugar : y vi que tenia la punta atravessada y estava muy mala de sacar : torne a cortar mas, y meti la punta del cuchillo y con gran trabajo en fin la saque. Era muy larga, y con un huesso de venado usando de mi officio de medicina, le di dos puntos (y dados) se me desangrava, y con raspa de un cuero le estanque la sangre : y quando huve sacado la punta pidieronme la, y yo se la di : y el pueblo todo vino a verla y la embiaron por la tierra adentro para que la viessen los que alla estavan : y por esto hizieron muchos bayles y fiestas como ellos suelen hazer. Y otro dia le corte los dos puntos al indio y estava sano : y no parescia la herida que le avia hecho sino como una raya de la palma de la mano, y dixo que no sentia dolor ni pena alguna. Y esta cura nos dio entre ellos tanto credito por toda la tierra quanto ellos podian y sabian estimar y encarescer. Mostramos les aquel caxcavel que trayamos, y dixeronnos que en aquel lugar de donde aquel avia venido avia muchas planchas de aquello enterradas : y que aquello era cosa que ellos tenian en mucho : y avia casas de assiento, y esto creemos nosotros que es la mar del Sur, que siempre tuvimos noticia que aquella mar es mas rica que la del norte. Destos nos partimos y anduvimos por tantas suertes de gentes y de tan diversas lenguas, que no basta memoria a poderlas contar. Y siempre saqueavan los unos a los otros : y assi los que perdian como los que ganavan quedavan muy contentos. Llevavamos tanta compañia que en ninguna manera [ fol. xlj. ]podiamos valernos con ellos. Por aquellos valles donde yvamos cada uno dellos llevava un garrote tan largo como tres palmos y todos yvan en ala : y en saltando alguna liebre (que por alli avia hartas) cercavanla luego y cayan tantos garrotes sobre ella que era cosa de maravilla : y desta manera la hazian andar de unos para otros, que a mi ver era la mas hermosa caça que se podia pensar : porque muchas vezes ellas se venian hasta las manos : y quando a la noche paravamos eran tantas las que nos avian dado, que traya cada uno de nosotros ocho o diez cargas dellas; y los que trayan arcos no parescian delante de nosotros, antes se apartavan por la sierra a buscar venados : y a la noche quando venian trayan para cada uno de nosotros cinco o seys venados y paxaros y codornizes y otras caças : finalmente todo quanto aquella gente hallavan y matavan, nos lo ponian delante fin que ellos osassen tomar ninguna cosa, aun que muriessen de hambre, que assi lo tenian ya por costumbre despues que andavan con nosotros, y sin que primero lo santiguassemos. Y las mugeres trayan muchas esteras de que ellos nos hazian casas para cada uno la suya a parte, y con toda su gente conoscida : y quando esto era hecho mandavamos que asasen aquellos venados y liebres y todo lo que avian tomado : y esto tambien se hazia muy presto en unos hornos que para esto ellos hazian : y de todo ello nosotros tomavamos un poco, y lo otro davamos al principal de la gente que con nosotros venia mandandole que lo repartiesse entre todos. Cada uno con la parte que le cabia venian a nosotros para que la soplassemos y santiguassemos, que de otra manera no osaran comer della : y muchas vezes trayamos con nosotros tres o quatro mil personas. Y era tan grande nuestro trabajo que a cada uno aviamos de soplar y santiguar lo que avian de comer y bever, y para otras muchas cosas que querian hazer nos venian a pedir licencia : de que se puede ver que tanta importunidad rescebiamos. Las mugeres nos trayan las tunas/y arañas/y gusanos, y lo que podian aver : porque aun que se muriessen de hambre ninguna cosa avian de comer sin que nosotros la diessemos.

E yendo con estos passamos un gran rio que venia del norte : y passados unos llanos de treynta leguas hallamos mucha gente que de lexos de alli venia a rescebirnos : y salian al camino por donde aviamos de yr, y nos rescibieron de la manera de los passados.