Melchor de Macanaz (Retrato)

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


MELCHOR DE MACANAZ. editar


(...) [1] envidia á medida de la estimación que hacían de su mérito los Reyes y los buenos Españoles. La envidia, pues, le ocasionó una persecución, que no es necesario explicar, porque todos la saben. Permitiósele quedar por entonces en Francia, donde á pesar de no pagarle la pensión que el Rey le habia concedido, no quiso aceptar otra en aquel Reyno aunque se le dió licencia por el Ministro mismo que le perseguía, sin duda para acabarle de enagenar de España. Nómbrasele Enviado al Congreso de Cambray, que se disolvió por la paz de Viena; y se le mandó pasar á Bruselas, y después á Lieja. Persuadióle estando en esta Ciudad el Príncipe Eugenio de Saboya á que fuese á Viena, ofreciéndole ventajas capaces de seducir á otro que á Macanaz.

D. MELCHOR DE MACANÁZ.
Natural de Hellin, Reino de Murcia; sabio Político; Escritor profundo; Ministro tan zeloso como perseguido; exemplo de constancia en la desgracia. Murió en su Patria á los 90 años en 1760.

Se le envió á París para arreglar con el Cardenal de Fleuri los intereses de España con un poder tan absoluto, que admiró al Cardenal, y le obligó á decir, que jamas se había dado otro igual, ni él le tenia en Francia , añadiendo con exclamación: ¡Dichoso el Rey que tiene tales Ministros! Crecian sus urgencias, no obstante este exceso de confianza y noticioso el Rey Fernando VI, siendo aún Príncipe, le socorrió de sus propios alimentos. A este favor se agregaban otros de los Reyes, que obstinaban mas á sus enemigos. Antes de morir la Reyna primer muger de Felipe V, le encargó con encarecimiento la conservación del Rey, de sus tiernos hijos, y de sus amados vasallos; y el mismo Rey Felipe V mantuvo con él una especie de correspondencia epistolar.

Subió Fernando VI al Trono, y quiso valerse de Macanaz; pero sus contrarios, para impedirlo, persuadieron al Rey, que solo él podria asistir á la paz general que se había de ajustar en Breda, y después se concluyó en Aix de la Chapelle. Fue á Breda Macanaz, y quando tenia preparada en Febrero de 47 una paz mas ventajosa en su concepto y de muchos, que quantas se habían hecho desde los Reyes Católicos, se le mandó retirar á España precipitadamente, prenderle en Vitoria, conducirle al castillo de Pamplona, y después al de S. Antón de la Coruña, en donde le cerráron sin comunicación, ni libros, y se apoderaron de sus escritos, que pasaban de 200 volúmenes en folio. Allí otorgo su testamento legando sus escritos á la Biblioteca Real, y todos los libros de su librería de que careciese. Continuó con una paciencia christiana en aquella prisión, hasta que habiendo entrado á reynar Cárlos III, le concedió libertad, y permitió que se retirase á su patria, en donde murió seis meses después, en el año de 1760 á los 90 de edad. Fue Macanaz de trato dulce, de costumbres severas, y muy dado á la devoción desde niño. Su instrucción fue grande, y aun asombrosa; y sus escritos, aunque adolecen en parte del gusto de su tiempo, tienen mérito esencial, y el de la universalidad de materias y delicadez de muchas de las que comprehenden.


Nota de WS editar

  1. Falta la página correspondiente a la primera parte de este epítome.


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