Manojo de zarsas/Caos
Caos
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No hay miedo en sombra para el hombre
fuerte
que ve, sin pestañar, el precipicio;
que conoce las úlceras del vicio
y no tiembla jamás, ni ante la muerte.
Para el que al cabo de la vida, advierte
la sinrazón de todo sacrificio;
para el que nunca halló nada propicio
y fué siempre vejamen de la suerte.
Ah! qué puede temer el que por huellas
de los pies dejó sangre. El que, contrito,
pide alivio á sus múltiples querellas.
Y ve sólo, ante el eco de su grito,
la inmutabilidad de las estrellas...
en medio del sopor del infinito!