Manojo de zarsas/Apocalíptica

Apocalíptica

editar




Y me senté en el carro de la sombra,

presa del más horrendo paroxismo,

y comencé a rodar sobre una alfombra,

formada por el cosmo del abismo.


Y abarqué el infinito en una sola

mirada, llena de fulgor intenso...

y vi del tiempo la gigante ola

rodar al precipicio de lo inmenso.


Y vi la eterna procesión de mundos,

a través de mi loco desvarío,

rodar por dos ignotos y profundos

senos inescrutables del vacío.


Y llamé a Dios, con penetrante acento,

con un acento penetrante y hondo,

que atravesó, rasgando el firmamento,

sin encontrar del firmamento el fondo.


Mas, nadie respondióme. En mi agonía,

-¿En dónde estás...? -grité de nuevo- ¿En

dondé...?

Pasó le pesadilla. Hoy todavía

lo llamo y todo inútil: no responde.