ACTO TERCERO editar

En la estancia. La habitación de Jesusa, modestamente amueblada. A la derecha una cómoda antigua y sobre ella una imagen de la Virgen, dos velas encendidas y un platillo de cristal con una ramita a manera de hisopo. Puertas al foro e izquierda. En el ángulo izquierdo una cama con cortinas blancas ceñidas por moños celestes. En el ángulo derecho un ropero. Al centro una mesa con frascos, calentador, copas, etc. Hacia la izquierda un viejo sofá de crin y junto a él un costurero de mimbre. La puerta izquierda da acceso a la habitación donde se supone que yace Olegario moribundo.


Escena I editar

(Al alzarse el telón aparecen arrodillados ante la cómoda, Mariquita, Jesusa, tres o cuatro mujeres, un paisano viejo y el Gurí; mama Rita, negra curandera, reza el rosario)

RITA.- Dios te salve María, llena eras de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

TODOS.- (Murmurando) Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (Rita masculla algunas palabras más. Toma la ramita del plato y hace la cruz, salpicando sobre la cómoda. Las mujeres se persignan y se levantan, yéndose muy lentamente por la puerta del foro. El paisano despabila las velas y después de persignarse otra vez, vase despacio. El Gurí se aproxima a la puerta izquierda curioseando. Rita toma asiento cerca de la mesa y se pone a liar un cigarro)


Escena II editar

JESUSA, MARIQUITA, RITA y el GURÍ

JESUSA.- (A Mariquita, que está arrodillada) ¡Madrinita!.. ¡No se aflija así!.. ¡Levántese!... ¡No se han perdido todas las esperanzas!... ¿Ha visto qué bien está hoy? (La alza suavemente) ¡Cálmese!.. ¿Qué hemos de hacerle?...

MARIQUITA.- ¡Pobre, pobre viejo mío!.. ¡Se nos va de esta vez!...

GURÍ.- ¡ Madrinita!.. ¿Se murió ya?...

MARIQUITA.- No, m´hijito... ¡Pero se muere!...

JESUSA.- ¡Ya de acá, indiscreto!.. (A Mariquita) No, Dios no ha de quererlo... (El Gurí se va)

RITA.- Y mama Rita no es manca... ¡Ah!... ¡Si me hubieran hecho caso dende un principio, ya estaría güeno y sano!... ¡Pero se metieron con los dotores y ahí tiene lo que sucede... Ni siquiera han sabido acertarle con el mal... ¡El corazón!... No ve que si.... ¡Mal de corazón...fue lo que tuvo mi compadre Sixto, el quintero e´la estancia e´los Pérez que lo curé a Dios gracias y a la Virgen Santísima!... ¡Pero lo que es don Olegario!... Dende que vide que agarraba pa la ciudá pa´cerlo ver, se lo dije a mi comadre Sinforiana, pueden preguntárselo, que no me dejará mentir; le dije: "Hacen mal en dir a gastar plata al ñudo... Si lo que don Olegario tiene, es la paletilla caída, y pa eso no hay como la vencedura". ¡Qué saben los dotores!... Mucho tomar el pulso, mucha letricidá ¿y total qué?.. ¡Entre ellos le comen al dijunto media testamentaria!,,, ¿A ver yo, qué les cobro?...

MARIQUITA.- ¿Le arreglaste el cuarto a Julio?

JESUSA.- ¡Sí, madrina!

RITA.- ¿A ver yo, qué les cobro?

JESUSA.- ¡Nada!... nada, mama Rita... Pero no es el momento.

RITA.- Ya lo sé. ¡Lo digo pa que apriendan pa otra vez! ¡Digan si no se mejoró el paciente en cuantito lice la primera vencedura!... Si no cambió de color y emprencipió a conocer.

MARIQUITA.- (Volviéndose sobresaltada) ¿Qué?.. ¡Creo que ha tosido!..

JESUSA.- ¡No me parece!...

MARIQUITA.- Voy a su lado. En cuanto llegue Julio me avisan ¿eh? (Vase)

RITA.-¡Ah, Mariquita!... Si lo ves que se retuerce, no hagás caso, que es el mal que empieza a salirse... (Pausa. Jesusa se pone a coser) Y vos, Jesusa ¿cómo te sentís?

JESUSA.- ¿Yo?... Bien.

RITA.- Che... Me ha dicho la piona que don Eloy te ha mandado un presente... ¿Qué era?... Ha de haber sido una cosa linda... ¿Ande lo tenés?...

JESUSA.- ¿Para qué quiere verlo?... Allí está sobre la cama....

RITA.- (Va hacia la cama y vuelve con una caja grande, que destapa, sacando un ajuar de bautizo) ¡Un faldón!.. ¡Qué preciosura!... ¡Mirá con don Eloy!... Ese galleguito podrá tener todos los defectos, pero es un rumboso como él solo... ¡Fíjensen!... ¡La gorrita encañutada!... ¡Qué lindura!.. ¡Esto ha de valer cuanti menos cinco o veinte pesos! ¡Pobre don Eloy!.. (Trata de ponerlo en la caja) ¡Ay, m´hijita!... Esto sí que no lo puedo hacer... ¡ tiene tantos dobleces!...

JESUSA.- Déjelo fuera, no más... Después la arreglaré.

RITA.- Esto es.. (Lo extiende sobre el costurero) ¡Qué lujo, hijita!... ¿Y qué le habrá dao por hacerte un presente así?... Cuando yo supe lo de tu desgracia, que me la contaron las de Ibáñez los otros días ansinita que ustedes llegaron...

JESUSA.- ¿Ya lo saben las de Ibáñez?

RITA.- ¡Uf!.. Las de Ibáñez, y todas las Pérez, las Caminos... ¡Les oyeras la boca!..

JESUSA.- ¿Qué dicen?

RITA.- ¡Te ponen como bajera!... Dicen que si pa eso cacareabas tanto por los bailes.. ¡Oh, pero las piores son las Sosas, esas solteronas flacas como bandurrias!.. ¡Qué zafadas!... Vos no le hagás caso, ¿sabés?... ¡Hablan de envidia!...

JESUSA.- Pero, Señor ¿quién se habrá encargado de esparcir la noticia?..

RITA.- ¡Oh!.. Esas noticias son como la semilla de cardo, ¡vuelan solas!... Se abre el alcaucil, viene un vientito y al rato está el campo inundao...

JESUSA.- ¡Dios mío, qué gente!..

RITA.- Hija, si vamos a ver, no es la gente la que tiene la culpa.. Gueno, como te iba diciendo, cuando me lo contaron las de Ibáñez, yo le dije a Hilaria, la mayor: "¡Cómo se va a poner don Eloy!.." "Así es ", me dijo ella. Y yo dije: "Viá verle la cara", y de un galopito me llegué hasta la pulpería. ¿A qué no sabés lo que estaba haciendo el gallego?... Descargando los muebles, hija, los muebles que había comprao pal casorio contigo; unos muebles de cuarto e´príncipe...alacenas con espejo y... ¡la mar!... ¡Qué lástima!... Gueno, d´iay le hablé del asunto de tu desgracia y qué sé yo, y el hombre empezó a esplayarse... ¡Que tal y que cual, y que vos no tenías la culpa, sino ese sinvergüenza de Julio!...

JESUSA.- ¡Mama Rita!...

RITA.- Lo decía él, yo no... Este... por eso vide que el hombre estaba dolorido del lomo... Entonces me acordé de vos y que te quiero como si fueses m´hija y le dije que naides estaba libre de un accidente y tal... y lo que lo tuve madurito, le largué la cosa...

JESUSA.- (Inquieta) ¿Qué cosa?

RITA.- Vas a ver... Le dije que a él no debía importarle lo que dijeran las Pérez o las Ibáñez y que debía casarse no más contigo...

JESUSA.- ¿Por qué ha hecho eso?

RITA.- ¡Oh!... ¿Y qué más querés, pedazo e´pava? ¿Te creés vas a encontrar otro mejor que cargue con el mochuelo?... Ya se darían todas con una piedra en los dientes por encontrar un mozo así... y tener una mama Rita que les arregle el asunto... Güeno, como te iba diciendo, don Eloy lo pensó y redepende dice... "¿Y por qué, no?.. ¡Ya que tengo los muebles compraos!... ¡Ah!... me preguntó que si vos consentías y yo le dije que volando...

JESUSA.- (Irritada) ¡Pero bruja del diablo!... ¿Quién la ha autorizado?...

RITA.- ¡No grités muchacha!... Le dije eso, pero le dije que debía hablar contigo, porque no era yo la víctima.. ¡Oh!... ¿Y te parece más lindo quedarte deshonrada y soltera que casarte con un hombre rico y trabajador?.. Hay que taparles la boca a las bandurrias de las Sosas... Si te casás con don Eloy, todas esas que andan hablando se callarán la boca, y quieran que no, vos serás la señora de García... mientras que así ni los perros te van a mirar bien. ¡Yo, hija, he desparramao ya la noticia de tu casamiento y vieras lo que dicen!.. Dicen: "¡Qué suerte la d´esta muchacha Jesusa!..." ¿Qué decís ahora?... Por eso, pa demostrarte que no tenía inconveniente en ser padre de ese hijo, te ha hecho este regalito don Eloy. ¿Qué te parece?

JESUSA.- Lo que me parece es que no quiero oír hablar una palabra más de este asunto ¿me oye?, ¡y que Dios la libre de andar llevando y trayendo chismes!..

RITA.- Eso sí que no; en chismes no me meto.., ¡Ah, me olvidaba!.. Me ha dao esta madrugada esta carta para vos...

JESUSA..- ¿Ah, sí? (Toma la carta y va a romperla).


Escena III editar

DICHOS Y MARIQUITA

MARIQUITA.- ¡Qué conversadero el de ustedes!... Se oye desde el cuarto.(Jesusa deja la carta sobre el costurero) Ya debe estar por llegar Julio...

RITA.- ¡Dejuro!... Voy a bombear pal lao del camino...

GURÍ.- (Asomándose) ¡Madrina!... ¡Madrina!... ¡El niño Julio!...

MARIQUITA.- ¡Gracias a Dios!... (Vase seguida de mama Rita. Jesusa hace un movimiento como para seguirlos y se vuelve desde la puerta. Como luchando consigo misma, cabizbaja, se acerca a la cómoda, apoya los codos sobre ella, fijando en la imagen la vista. Pausa.)

JESUSA.- (Como resulta) ¡En fin!.. (Al oír la voz de Julio vuelve la cabeza nerviosamente y se queda de nuevo como estática)


Escena IV editar

MARIQUITA, JULIO, ELOY Y JESUSA

JULIO.- Pero... ¿está mejor hoy?

MARIQUITA.- Bastante mejor. Parece que tu venida lo hubiera hecho revivir.. ¡Pobre!.. ¿Y tú?.. Te noto muy pálido. ¿Estás enfermo?

JULIO.- No; el viaje tal vez...

MARIQUITA.- ¡Vení!... Sentémonos... Vieras qué alegrón cuando recibimos el anuncio de tu venida...

ELOY.- (Viendo a Jesusa) ¿Cómo está usted, Jesusa?

JULIO.- (Volviéndose precipitado) ¡Jesusa! (Va a su encuentro y la alza, besándola en la mejilla) ¿Por qué no has salido a recibirme?..

JESUSA.- (Confusa) Es que..

MARIQUITA.- Tome asiento, don Eloy; disculpe que no lo atendamos como es debido...

ELOY.- ¡Ah!.. Me explico...

JULIO.- (Conservando entre las suyas las manos de Jesusa) ¿Estás bien?.. ¡Me has preocupado mucho!... ¡Tengo tantos deseos de hablar contigo! (A Mariquita) ¿Descansa, tata?...

MARIQUITA.- ¡Hace rato que duerme!...

JULIO.- Voy a su lado.

MARIQUITA.- ¡No, hijo!.. Tal vez una impresión así de golpe... Sería mejor prepararlo.. cuando se recuerde...

JULIO.- Eso es. ¡Bien pensado!.. Venga mamá... Siéntese a mi lado... (Se sientan) Tú Jesusa... aquí... (En el sofá) ¡Entre los dos seres queridos!... Cuéntenme... ¿Qué ha pasado?... ¿Cómo ha sido eso?

ELOY.- (Comprendiendo que está de más) Como ustedes tendrán que hablar...

JULIO.- Está disculpado. ¡Adiós, señor!... (Vase Eloy) ¿Es tan grave, tan grave su estado?...

MARIQUITA.- ¡Sí, muy grave!... ¡Vos sabés cómo se puso aquella tarde!... ¡Bien!.. en seguida me hizo arreglar todo y a la otra mañana nos pusimos en viaje... "No quiero dejar en la ciudá ni los huesos!", decía. ¡Y parece cosa del destino!.. Ni bien llegamos de dio un ataque feísimo y desde entonces no ha podido dejar la cama. ¡Pa dos meses van, hijo!... ¡Qué días!.. Esperando por momentos que se nos fuera... ¡No quiso probar un solo remedio de botica..." Cosa de la ciudá no quiero.. me matará más pronto...Llamen a la médica si quieren que viva un tiempo más" Y nosotros mandamos traer a mama Rita..

JULIO.- ¡Qué barbaridad!...

MARIQUITA.- No lo creerás, pero desde que la negra vieja lo asiste, va mejorando... A tomar, no le da más que agua de lino...

JULIO.- ¿Lo cura con palabras?

MARIQUITA.- Se ha colgao una reliquia en el pescuezo...

JESUSA.- Y todas las mañanas se pone detrás de las casas, y al salir el sol, hace cruces y otras rayas en la primera línea de sombra que proyectan...

JULIO.- ¡Qué ignorancia!.. ¿Y de mí qué dice el viejo?..

MARIQUITA.- Los primeros días disvariaba mucho... Hablaba de prenderle fuego al campo y a la estancia pa no dejarle nada al morir; después se le fue pasando y de repente una mañana me dijo que quería verte y que te hiciéramos un telegrama...

JULIO.- ¿De veras?...

MARIQUITA.- ¡De veras, hijo!.. Jesusa ¿querés ir a ver si se recuerda?...

JESUSA.- ¡Sí, madrina!... (Vase)


Escena V editar

JULIO Y MARIQUITA

MARIQUITA.- ¡Julio! Vos sabés todo lo que he hecho por ti y cuánto te quiero... Sabés que nunca te he contrariado, que nada te he exigido, que tus gustos han sido los míos, que daría la vida por tu bien...

JULIO.- Sí, mamá ¿Por qué me habla de eso?...

MARIQUITA.- Si yo te pidiera una cosa, una sola y supieras que de ella depende mi felicidad ¿serías capaz de concedérmela?

JULIO.- ¡Todo, mamá, todo cuanto pueda hacer por usted!..

MARIQUITA.- ¿Todo?... ¿todo?.. ¡Cásate con Jesusa!...

JULIO.- ¡Oh!..

MARIQUITA.- ¡No me digas que no!.. Se lo has prometido a tu madre, se lo has prometido a esta pobre viejita que bien se merece un sacrificio de tu parte!... ¿Verdad que lo hacés? ¡Decí que sí, mi Julio! ¡El lo quiere, para eso te ha mandado llamar!.. Te va a pedir perdón de sus ofensas, se va a humillar ante vos si es preciso a cambio de esa promesa... ¡Vos no has de querer matar a tu padre!.. ¡Decí que sí!... ¿Por qué no la querés a Jesusa?... ¡Es tan buena!... ¡Es una mártir la pobrecita!... ¡Vieras cómo ha cuidao a tu padre! ¡Y tan sufrida! ¡Nadie diría, viéndola que ha pasado por tantas angustias!... ¡Vamos, hijo mío!.. (Lo besa) ¡Mirame!... ¡Vos no tenés mal corazón!... Jesusa no te hará desgraciado. ¿Por qué no hacerla tu mujer? (Sale Jesusa, y oyendo cruza y vase para el foro)

JULIO.- ¡No...no!... ¡No puede ser!...

MARIQUITA.- ¡Lo vas a matar!... ¡Nos matarás a todos, Julio!... ¿Querés que te lo pida de rodillas?.. (Se va a arrodillar, Julio se lo impide)

JULIO.- ¡No!.. ¡Eso no se hace!...

MARIQUITA.- ¿Me lo prometes, entonces?..

JULIO.- Madre, ¡no puedo!... ¡No debo hacerlo!

MARIQUITA.- ¡Dios mío!..

JULIO.- (Reaccionando nervioso) ¡Madre!... ¡madre!.. ¡madre!... ¡Esto es atroz!.. ¡ustedes no me comprenden!...

MARIQUITA.- ¡Consientes!... ¡consientes!... ¿Verdad?

JULIO.- ¡No sé!.. ¡Lo pensaré!... (¿Por qué he venido’)

MARIQUITA.- ¡Oh!... ¡Gracias!.. ¡Lo harás!.. ¡Yo se lo digo!.. ¡Le devolveremos la vida!.. Bien sabía yo que no me ibas a negar!... Dame un beso... ¡Qué pálido estás!... ¡Otro!.. ¡Voy a ver si ha despertado y te mandaré a Jesusa para que hablen!... ¡Qué alegrón para ella!..

JULIO.- ¡Pero, mamá!..

MARIQUITA.- ¡No!.. ¡No te dejo volverte atrás!

(Vase)


Escena VI editar

JULIO

JULIO.- (Se pasea, saca un cigarrillo y fuma nervioso) ¡No!... ¡No puede ser!... ¡Qué situación!... ¡Debí preverla.. quedarme allá!.. ¡Habría sido una cobardía, sin embargo! ¡Qué hago, Señor, qué hago!... (Se sienta apoyando los codos en las rodillas y oprimíendose la cabeza) ¿Debo seguir sembrando desdicha? ¿Tengo derecho a amargar la agonía de ese pobre viejo?... ¿pero sería yo, o sería él quien se la amargara?... En el fondo él no tiene la culpa. ¡Es su tiempo, es su vida, son sus prejuicios!... ¡Pretender arrancárselos en estas circunstancias!.. ¡Convercerlos!... Llegar junto a su lecho, decirle: "¡Padre, muérase usted, muérase de rabia, pobre espíritu viejo!... ¡Su hijo no renuncia a sus amores, a sus ideales; no quiere hacer a la muerte la ofrenda de su libertad, que es su vida!..." ¡Decirle eso al desdichado anciano cuando sólo espera que el hijo pródigo bañe sus flacas manos con las lágrimas del arrepentimiento y le endulce con ternuras su espíritu torturado para rendir la trabajada vida!... (Se cubre el rostro con las manos. Pausa. Viene después irguiéndose resuelto) ¡En fin sea!... ¡Si he ser verdugo de alguien, lo seré de mi corazón, otro enfermo!...


Escena VII editar

JULIO Y ELOY

ELOY.- ¿Molesto?..

JULIO.- ¡Ah! ¿es usted?... ¡Pues sí, molesta!...

ELOY.- ¡Es que... quisiera hablarle, Julio!..

JULIO.- De intereses ¿no? Teme que se muera el viejo...

ELOY.- ¡No, señor!... ¿Me permite una franqueza?... Como don Olegario está mejor, según parece, pienso que no será inoportuno tratar de un asunto...

JULIO.- Le prohíbo que me hable de negocios.

ELOY.- Es que...como don Olegario tiene tanto empeño en asegurar el porvenir de Jesusa... y la cosa se ha divulgado tanto y...

JULIO.- ¡Acabe de una vez!...

ELOY.- Y como usted también es parte interesada, yo venía a decirle que... estaría dispuesto a casarme con Jesusa...

JULIO.- ¡Casarse con Jesusa!... ¿No le he prohibido, señor, que me hable de negocios?

ELOY.- Usted sabe que yo la he querido siempre... Cuando supe que usted no se casaría con ella y viendo que quedaba en una situación así...tan comprometida, pensé que lo ocurrido no la hacía desmerecer en mi concepto...

JULIO.- (Irónico y un poco distraído) ¡Oh, alma generosa! ¡Venga acá, magnánimo!... ¿Pensó usted todo eso?... ¡Pensó que era hacendosa, de buen carácter, económica... excelente ama de llaves, que le serviría para hacer la comida a los dependientes, que tendría una peona sin sueldo disponible para un barrido como para un fregado!... Pensó que tendría un padrino a punto de morirse y dejarle algunas vaquitas, y pensando también en que Jesusa era una mercadería marchanteablea a cualquier precio, se dijo: "He aquí una oportunidad para proceder honradamente " ¿no?...

ELOY.- ¡Señor, no le permito esos juicios!...

JULIO.- ¡Alma noble!... ¡Corazón de oro... sellado!

ELOY.- ¡No sé cuál de los dos la tendrá más noble!...

JULIO.- ¡Y lo pone en duda!... ¡Usted, señor! ¡Usted protector de seducidas con herencia!...

ELOY.- Dirá usted lo que quiera, pero yo..

JULIO.- ¡Ea, acabemos!... ¡Usted no se casa con Jesusa porque Jesusa no está en pública subasta, en primer término, y en segundo término, porque Jesusa es y será mi esposa!..

ELOY.- Disculpe entonces... No sabía...


Escena VIII editar

MARIQUITA, JULIO Y ELOY

MARIQUITA.- (Saliendo apresurada) ¡Julio!... ¡Julio!... ¡Te espera!... ¡Vení!.. ¿Me prometés ser bueno?

JULIO.- (Abrazándola) ¡Sí, madre!... ¡Concendido todo!

MARIQUITA.- ¡Gracias, Dios mío!.. ¡Vamos!

(Vanse)


Escena IX editar

ELOY Y JESUSA

ELOY.- ¡En fin!... ¡Qué le hemos de hacer!..

JESUSA.- (Llamando) ¡Julio!...

ELOY.- (Indicando) ¡Está allí!...

JESUSA.- ¡Ah!...

ELOY.- ¡Jesusa!... ¡Yo le había mandado una cartita!...

JESUSA.- (Rápidamente, tomando la carta del costurero) ¡Ahí la tiene! ¡No la he leído!...

ELOY.- ¡Vale más así, porque ya era tarde!

JESUSA.- ¿Ha desistido?.. Me alegro mucho...

ELOY.- A la fuerza. Julio acaba de decirme...

JESUSA.- Que no me molestara con sus pretensiones.

ELOY.- ¡Porque había determinado casarse con usted!

JESUSA.- ¿Eh?.. ¿Qué dice?..

ELOY.- La verdad. ¡De mi parte, aunque me duele en el alma perderla... la felicito!... ¡Adiós!... (Vase) Sí; la felicito sinceramente...


Escena X editar

JESUSA, después JULIO

JESUSA.- ¡Oh!.. ¡No es posible!.. ¡No puede ser!... ¡Le habrá dicho semejante cosa para librarme de él!... ¡No; Julio no bromea con estas cosas!.. ¡Qué pensar, Dios mío!... ¡Ah!.. ¡Qué sospecha!... ¡Madrina le ha pedido!.. ¡Oh!... ¡Va a sacrificarse por nosotros el pobre Julio!... No... ¡No debo consentirlo!... ¡Primero me caso con don Eloy!.. (Mira en rededor). ¡Se ha ido!...

JULIO.- (Asomándose conmovido) ¡Jesusa!..

JESUSA.- ¡Julio!...

JULIO.- (Llevándose el pañuelo a los ojos) ¡Ven, Jesusa, ven!...

JESUSA.- ¡Gran Dios!... (Va) ¿Qué hay?... (Desaparecen. Pausa)

JULIO.- Ven, ven al lado de mi padre.


Escena XI editar

MARIQUITA va a arrodillarse ante la Virgen

MARIQUITA.- ¡Gracias, gracias, Virgen Santa!... (Se reclina orando. Pausa prolongada durante la cual se la oye murmurar sus oraciones. Julio asómase y queda junto a la puerta, dando paso a Jesusa, que lentamente y como abrumada llega a su costurero y se deja caer en el sofá. Mariquita se levanta, se persigna y vase izquierda como si no los viera).


Escena última editar

JULIO Y JESUSA

JESUSA.- ¡Pobre de mí!... (Volviéndose contempla a Julio un instante. Resuelta) ¡No ha de ser!... (Dulcemente) ¡Ven a mi lado!.. (Julio se aproxima) ¡Siéntate!.. ¡Aquí!... Dime; ¿es verdad que cuando uno muere todo se acaba?..

JULIO.- (Alarmado) ¿Qué quieres decir, Jesusa?.. (La mira fijamente)

JESUSA.- ¡Nada!.. ¡Es mi último escrúpulo!... ¡Padrino se va!... ¡Hemos hecho lo que debíamos endulzando sus últimos momentos!... Después que muera... si es que todo acaba, ¿quién nos obliga a consumar el sacrificio?..

JULIO.- ¡Jesusa!...

JESUSA.- Nuestra promesa no debe pasar de una piadosa mentira..

JULIO.- ¿Qué oigo?.. ¡No!... ¡No!.... ¡No!...

JESUSA.- ¡Sí!... ¡Ya no puede ser!

JULIO.- (Exaltándose) ¡ Jesusa!.. ¡Jesusa!.. ¿Qué piensas?..

JESUSA.- ¡Es mi turno!.. ¡Me toca a mí pedirte que seas razonable!..

JULIO.- ¡Tu revancha!...

JESUSA.- ¡No, no!... ¡Te lo juro!.. ¡Tú no debes, no puedes sacrificarte!.. No quiero que te sacrifiques. Tú no me quieres, no han desaparecido los motivos que antes impidieron nuestra unión...

JULIO.- ¡Desgraciado de mí que no he sabido comprenderte; buena, noble, gentil criatura!.. Tú eres la abnegada, tú...No, Jesusa, ¡lo que no hizo la pasión ni la violencia, lo que no pudo lograr el dolor mismo, lo hará esa grandeza de alma que descubres recién!... ¡Oh!... ¡Te quiero mía, mía para siempre!..

JESUSA.- ¿Y Sara, Julio?..

JULIO.- (Contracción dolorosa) ¡Oh!...

JESUSA.- (Melancólica) ¿Lo ves?..

JULIO.- ¡Hay aquí una herida que sangra! ¡Aquello acabó!... ¡Sara no me quería!...

JESUSA.- (Ansiosa) ¡Dime, dime Julio!... ¿Sara fue capaz?..

JULIO.- (Con voz sorda) ¡Sí!.. ¡Si supieras!...

JESUSA.- ¡Cuéntame!... ¡Qué maldad!.. ¡Qué maldad!...

JULIO.- ¡Fue muy sencillo!...

JESUSA.- ¡Oh!... ¡Cuánto debes sufrir!... (Le pasa su brazo alrededor del cuello, acariciándolo) ¡Cuéntame, pobre amigo mío!...

JULIO.- Los padres, considerándome un seductor de la peor especie, me cerraron las puertas de su casa...

JESUSA.- ¡Ves!.. Yo tengo la culpa...

JULIO.- Busqué a Sara.. Sara acataba la voluntad de sus padres, y entre mi amor y su respeto a las conveniencias sociales, optó por lo último; no quiso compartir libremente la vida con el hombre que la adoraba... ¡Y decía quererme!... (Apasionado) ¡Oh, tú!... ¡Tú que no injuriaste la vida subordinando el amor, que es su esencia, a los convencionalismos corrientes; tú que espontáneamente corriste a rendirle la ofrenda de tu plétora vivificante, tú que supiste vivirla, amarla y crearla... tú eres la belleza, la verdad, eres el bien!... ¡Te quiero!...

JESUSA.- ¡No!... Estás excitado, impresionado... Te engañas... ¡Mañana te arrepentirás!...

JULIO.- ¡Te quiero!... (La estrecha)

JESUSA.- ¡No puede ser!...

JULIO.- ¡Te quiero!..

JESUSA.- ¡Vete, Julio!... ¡La amas aún!.. ¡Búscala!

JULIO..- ¡Ya no!.. ¡Te quiero!... ¡No me iré de tu lado! ¡Para siempre unidos!...

JESUSA.- ¡Mejor!... ¡Quédate aquí!... ¡Estás enfermo!... Te curaremos... Velaré tu convalecencia...

JULIO.- (Ansioso) ¿Y después?..

JESUSA.- ¡Acepto un juez!.. (Toma como distraída la gorrita de bebé del costurero) ¡El porvenir decidirá!..

JULIO.- (Transportado, oprimiendo las manos de Jesusa) ¡Oh!.. ¡La vida!.. ¡La vida!...