Los viajes de Marco Polo/Libro II/Capítulo VI

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPITULO VI.

CIUDAD DE CAMBALUC.

Era en lo antiguo extensa é importante; pero sabie do el gran Kan, por un astrólogo, que debía rebelarse, mandó levantar, próxima á ella, una nueva á la otra parte del rio, é hizo que pasaran á habitarla los moradores de la primitiva, y la llamó Taidú. Es cuadrada, y de 25 millas de contorno. La circundan terraplenes altos de veinte pasos, anchos de diez en la base, que disminuyen gradualmente segun se elevan, hasta terminar en tres y están almenados: tiene doce puertas, y encima de ellas un gra de y hermoso palacio; de suerte que en cada uno de los frentes hay tres puertas y tres palacios: tambien se ven de éstos en los ángulos. En dichos edificios se custodian las armas de los soldados que guarnecen la ciudad. Las calles son tan rectas y tan anchas, que se ven de un extremo á otro, y tan bien arregl das, que desde una puerta de la ciudad se ve lo que está enfrente.

Los palacios y casas particulares son muchos y bellos. En el centro de la ciudad, hay un edificio magnífico, y sobre él una campana que tocan tres veces todas las noches para que los transeuntes se retiren á casa: queda prohibido recorrer las calles, excepto cuando se salga para buscar un médico, y áun entonces es preciso ir con luz.

Cada puerta está guardada por mil seldados; no por temor á enemigo, sino en honra del gran Kan y pa a perseguir ladrones.