Los viajes de Marco Polo/Libro I/Capítulo XXXVI
CAPITULO XXXVI.
Despues de caminar tres jornadas por un desierto, se llega á la ciudad de Sachion, perteneciente al gran Kan, y á la provincia de Tanguth, poblada de idolatras y de algunos nestorianos y turcos que tienen idioma propio. La ciudad, que es exclusivamente agrícola, se halla entre Nordeste y Levante.
Hay muchos monasterios llenos de ídolos, á los cuales profesan un culto muy reverente.
Cuando nace hijo á alguno de los naturales, lo recomiendan á cualquiera de las deidades, y así que llega la fiesta del dios le llevan el hijo y un carnero que han estado engordando préviamente; sacrifican al animal y lo cuecen en tanto que rezan las oraciones que dirijen al dios pidiéndole que conserve al hijo con salud: dicen que, mientras dura la ceremonia, el ídolo ha chupado toda la sustancia del carnero. Despues que la fiesta religiosa ha terminado, llevan la carne á casa, y reunidos todos los parientes se comen el carnero, excepto una parte, que es para los sacerdotes, con la cabeza, las patas, los intestinos y la piel: los huesos los guardan en vasijas. Cuando alguno de los idólatras fallece, si es persona de elevada condicion y los parientes quieren que el cuerpo sea quemado, llaman á un astrólogo, le dicen el año, el mes y el dia en que nació el difunto, y el astrólogo, averiguando entónces el planeta bajo cuya influencia vino al mundo el fallecido, señala el dia conveniente para la quema del cuerpo, y hasta que el dia no llega, aunque pase mucho tiempo, tienen que guardar los parientes el cadáver; si bien, para evitar la podredumbre, le cubren de gomas odoríferas, de aleanfor, de especias, de brea y de cal, envolviendo el todo en paños de seda. Hasta que no hay oportunidad para hacer la quema se lleva ante el cadáver una mesa con pan, vino y otros manjares, y los dejan todo el tiempo que se conceptúa necesario para comer decansadamente, porque, segun dicen, el espíritu allí presente se sácia con el olor de la comida.
Algunas veces los astrólogos prohiben que el cuerpo sea sacado por la puerta principal, en vista de ser contrarias las indicaciones de las estrellas ó por cualquier otro motivo, y lo hacen extraer por una puerta exensada, y áun rompiendo expresamente las paredes forales de la casa, pues de lo contrario el espíritu del muerto podría causar males á la familia Si ocurre que algun individuo de ésta enferma ó tiene alguna desgracia, ó fallecc, entonces el astrólogo declara que todo consiste en haberse opuesto á las indicaciones de los planetas, ó en haber hecho mal las cosas. Como la quema de los restos ha de hacerse fuera de la ciudad, tienen cuidado de poner en diversos puntos del trayecto cajas de madera con pan, vino, carne y otros comestibles, y cuando pasa el cuerpo lo meten en ellas, para que el espíritu del muerto cobre fuerzas mientras ve quemar sus despojos. Tambien acostumbran á consumir con el cadáver unos papeles hechos de cortezas de árbol en los cuales pintan hombres, mujeres, camellos, monedas y vestidos, para que el difunto tenga en la otra vida de todas estas cosas: entre tanto que se verifica la incineracion están tocando continuamente todos los instrumentos de la ciudad.