Los santos de medio cuerpo

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Los santos de medio cuerpo.

Disputando dos labriegos sobre las escelencias de los santos titulares de sus respectivos pueblos, dijo el mas entrado en años:

— Desengáñate, Blas, nunca podrá competir el patrón de tu pueblo con el del mío.

— ¿Y por qué no? replicó el rapaz.

— Porque vosotros no tenéis mas que un santo de medio cuerpo y el nuestro es de cuerpo entero. Calcula tú si hay diferencia entre uno y otro.

—¡Ya lo creo que la hay! digo, no es nada.