Los muertos: 03
Escena II
editarJULIÁN, AMELIA y DOÑA LIBERATA.
DOÑA LIBERATA.- (Saliendo.) ¿Se puede entrar?
AMELIA.- Sí, señora... ¡Caramba!... ¿Desde cuándo precisa usted permiso?... ¡Está echando un aire de sirvienta usted!...
DOÑA LIBERATA.- (Seca.) No me gusta ver ciertas cosas...¡Y ya está!
AMELIA.- ¿Qué cosas?...¡Jesús!...¡Se está poniendo muy delicada!
DOÑA LIBERATA.- Siempre lo he sido... ¿sabés?... Y además, no tengo que darte cuenta...Ahí mandan ese paquete de «La Especial»...
AMELIA.- ¡Ah!... El trajecito para Lalo...Verán qué monada...
DOÑA LIBERATA.- El hombre aguarda el recibo...
AMELIA.- Es verdad. ¿Quiere firmar usted, Julián?
JULIÁN.- Sí, señora. (Firma y lo entrega a DOÑA LIBERATA que hace mutis.)
AMELIA.- ¡Mirá qué ricura! ¡Qué alegría para mi Lalo!... ¡Pobrecito!... Andaba hecho un conventillero y con lo que pude economizar del vestido, fíjate, hasta botincitos le compré...
JULIÁN.- ¡Che!... La vieja sigue estrilada conmigo...
AMELIA.- Contigo, no. No hay que hacerle caso. Está chocha...
JULIÁN.- Pues que se deje de pavadas. ¡Si anda fastidiando mucho la espiantás, qué diablos!... Bueno. Hasta luego. Si no vengo te mando un coche. Quizás te invite a comer... ¡Ah!... mi whisky. (Toma la copa servida.)
AMELIA.- ¡No, Julián! No tomés más...
JULIÁN.- ¡Mujer!... ¡Qué zoncera! (Bebe.)
AMELIA.- ¿Si supieras cuánta repugnancia me causa verlos beber así?...
JULIÁN.- ¡Bah!... Esto no hace daño...
AMELIA.- Mi marido decía lo mismo, y ya ves en lo que paró...
JULIÁN .- Sin embargo, el vicio de tu marido fue causa de que nos conociéramos...Sos una ingrata con el alcohol... Vamos, no se enoje... Chao, ¿eh? (Se va por el foro. AMELIA lo acompaña.)