Los intereses creados: Acto I, Cuadro segundo, Escena VII

Los intereses creados
Acto I: Cuadro segundo, Escena VII
de Jacinto Benavente

CRISPÍN Y POLICHINELA.
CRISPÍN.-¡Señor Polichinela! Con licencia.
POLICHINELA.-¿Quién me llama? ¿Qué me queréis?
CRISPÍN.-¿No recordáis de mí? No es extraño El tiempo todo lo hurra, y cuando es algo enojoso lo borrado, no deja ni siquiera el borrón como recuerdo, sino que se apresura a pintar sobre él con alegres colores, esos alegres colores con que ocultáis al mundo vuestras jorobas. Señor Polichinela, cuando yo os conocí apenas las cubrían unos descoloridos andrajos.
POLICHINELA.-¿Y quién eres tú y dónde pudiste conocerme?
CRISPÍN.-Yo era un mozuelo, tú eras ya todo un hombre. Pero ¿has olvidado ya tantas gloriosas hazañas por esos mares, tantas victorias ganadas al turco, a que no poco contribuimos con nuestro heroico esfuerzo, unidos los dos al mismo noble remo en la misma gloriosa nave?
POLICHINELA.- ¡Imprudente! ¡Calla o...!
CRISPÍN.-O harás conmigo como con tu primer amo en Nápoles, y con tu primera mujer en Bolonia, y con aquel mercader judío en Venecia...
POLICHINELA.-¡Calla! ¿Quién eres tú, que tanto sabes y tanto hablas?
CRISPÍN.-Soy..., lo que fuiste. Y quien llegará a ser lo que eres..., como tú llegaste. No con tanta violencia como tú, porque los tiempos son otros y ya sólo asesinan los locos y los enamorados y cuatro pobretes que aún asaltan a mano armada al transeúnte por calles oscuras o caminos solitarios. ¡Carne de horca,desperdiciable!
POLICHINELA-¿Y qué quieres de mí? Dinero, ¿no es eso? Ya nos ve-remos más despacio. No es éste el lugar...
CRISPÍN.-No tiembles por tu dinero Sólo deseo ser tu amigo, tu aliado, como en aquellos tiempos”
POLICHINELA.-¿Qué puedo hacer por ti?
CRISPÍN.-No; ahora soy yo quien va a servirte quien quiere obligarte con una advertencia .. (Haciéndole que mire a la primera derecha.)¿ Ves a tu hija cómo danza con un joven caballero y cómo sonríe ruborosa al oír sus galanterías? Ese caballero es mi amo.
POLICHINELA .-¿Tu amo? Será entonces un aventurero, un hombre de fortuna, un bandido como...
CRISPÍN.-¿Como nosotros... , vas a decir? No; es más peligroso que nosotros, porque, como ves, su figura es bella, y hay en su mirada un misterio de encanto, y en su voz una dulzura que llega al corazón y le conmueve como si contara una historia triste. ¿No es esto bastante para enamorar a cualquier mujer? No dirás que no te he advertido. Corre y separa a tu hija de ese hombre, y no le permitas que baile con él ni que vuelva a escucharle en su vida.
POLICHINELA.-¿Y dices que es tu amo y así le sirves?
CRISPÍN.-¿Lo extrañas? ¿Te olvidas ya de cuando fuiste criado? Yo aún no pienso asesinarle.
POLICHINELA .-Dices bien; un amo es siempre odioso. Y en servirme a mí, ¿qué interés es el tuyo?
CRISPÍN.-Llegar a buen puerto, cano llegamos tantas veces remando juntos. Entonces, tú me decías alguna vez: "‘Tú, que eres fuerte, rema por mí...” Eh esta galera de ahora eres tú más fuerte que yo; rema por mí, por el fiel amigo de entonces, que la vida es muy pesada galera y yo llevo remado mucho. (Se van por la segunda derecha.)

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