Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Los dos gabanes.

Un caballero bastante tonto fué á casa de Utrilla y se mandó tomar medida para que le hiciera un gaban de castór negro.

Ya había salido de casa del sastre y estaba cerca de la Puerta del Sol, cuando, dándose una palmada en la frente, volvió pies atrás, llegó á la tienda de Utrílla, y encarándose con el oficial encargado del corte, le dijo:

— Disimule V., pero solo me he tomado medida para un gabán negro, y quisiera que la tomase V. ahora para otro de color de chocolate.