Los doce trabajos:14



El onzeno trabajo de Hércules fue cuando mató el grant puerco montés de Calidonia, librando aquella provinçia del daño qu'el puerco í fazía. Esta istoria pone Ovidio en el octavo libro del su Metamorfóseos muy bien e otros poetas en sus obras substançialmente por esta manera.


En la provinçia de Calidonia, durantes las despoblaçión e soledumbre en tanto que fue gastada e embargada del río Atheleo, como de suso es dicho en el capítulo octavo, se criaron muchas salvajes bestias en aquella provinçia; e por andar a su talante, cresçieron en desacostumbrada manera, faziéndose muy grandes e fieras. Entre las cuales más señalado e nozible aparesçió un puerco montés, de la grandezdel cual los poetas afirman que era menor qu'el buey de Calidonia e mayor que el buey de Sciçilia. Tal era este puerco que semejable nin tan grande en algúnt tiempo non se lee que fuese visto en alguna partida del mundo. Éste dañava las pequeñas poblaçiones que en Calidonia quedadas eran. E cuando le fallesçía de los omnes e fructos en que fartase las sus fambre e ira, a las salvajes bestias que en el monte con él moravan non dava folgura.


Fue sentido el su enojo e daño mucho más después que por Hércules fue partido el río Atheleo e, por el regamiento de la una parte de aquél, Calidonia fue tornada a poblar, segúnt que en el dicho octavo capítulo es mençionado, ca este puerco las viñas que nuevamente plantavan, gastándolas, non dexava cresçer; e los panes e otras fructas con grant trabajo sembrados, ya produzidos o salidos, abatía o derribava. E los que tajavan la madera en el monte para labrar las casas se comía; e los que buscavan la caça de las aves por él eran caçados, de manera que sin armas e mucha compaña non osavan por los caminos de allí çercanos andar.


Oviéronse, por ende, los mayores de aquella provinçia allegar en uno por dar remedio e aver consejo en tanto daño e tan cotidiano mal, aviendo ya provado por lazos e tirar de ballestas el enemigable puerco acabar. E non les aprovechó algo, ca él quebrantava las ataduras de las dobladas cuerdas con su fuerça e salía por salto de las fondas fuessas con su ligereza. E el su cuero era tan duro, que las agudas saetas passar non lo podían.


En este grant allegamiento los mançebos de noble linaje tenían a grant vergüença que por ellos en esto non fuese dado remedio. E ofresçiéronse de ordenar una grant caça, en que los más escogidos d'ellos, armados en sus cavallos serían de las armas que convinían para tal fecho, para matar el dicho puerco por virtud e benefiçio de golpes e feridas e seguir de los corrientes cavallos, fiando en su provada ya otra vez virtud. Así fue concluido, açebtado e loado e la caça ordenada, la fama de que se estendió por toda la provinçia, mayormente veyendo los grandes aparejos que para esto fazían. Sópolo la virgen Atalanta, que andava por los montes usando e deportándose en el venático ofiçio por quitar ocçio de sí e estar apartada de la compañia de las gentes, a fin e entençión que mejor pudiese guardar virginidat, que a los dioses prometido avía.


D'esta Atalanta faze grant mençión sant Gerónimo en el tractado Contra Joviniano. Esta virgen Atalante fue a aquel allegamiento por seer en la caça del nombrado puerco. E creedera cosa es e razonable que llamada e rogada por los que la caça ordenaron e en ella ir querían, queriendo de la dicha virgen seer acompañados, ayudados e avisados en e de los lugares e pasos do el dicho usava puerco e a do avría mejor lugar e aventaja para lo matar, ca eran çiertos que ella mucho en esto sabía, pues morava en los montes e andava cada día por aquellos apartados lugares e podía veer e veía, saber e sabía los lugares e maneras de las fieras otras e del dicho puerco e de las cosas que fazían.


Assí andovieron en uno con la virgen Atalanta, que los guiava, los nobles mançebos de Calidonia a las ásperas montañas do más usava el esquivo puerco. El cual, sintiendo el roído e estruendo de las nuevas armas e sonido de los osados mançebos, salió viniendo contra ellos sin temer la muchedumbre, e púsose en medio fendiendo la faz de los cavallos de aquéllos, firiendo muchos con el golpe de sus agudos dientes. Espantávanse los cavallos de la su vista e temían sus feridas e grant parte de fuir curavan, negando obediençia a las riendas del cavalgador. E las espuelas sangrientas de la sangre del cavallo, non lo podían fazer llegar al sañudo puerco: mayor era el temor por la visión que la dolor por las feridas e sobremayor que el pungimiento de las espuelas.


Ya los mançebos osados eran por los sus cavallos destorvados, que en su ayuda avían traído. E maguer el cruel puerco muchas oviese fecho feridas, non se tornava a la espesura de los árboles nin se curava de las coçes de los aquexados cavallos. Tanto los trabajó, que los fizo allí parar e mover non se podían. Con todo esso, por los cavalleros era reziamente combatido de lanças e de espadas e non podían el su petrificado cuero romper. Ya muchas lanças eran en tierra caídas e pocas armas en las manos de los cavalleros quedavan, grant parte d'ellos caídos en tierra e desmembrados por el puerco, e otros se afogavan en la sangre de sus cavallos. Ya los que quedavan quisieran, si ser pudiese, de allí lexos estar, cognosçiendo que non avían defendimiento e a la su virtud falleçían armas. E aun con todo eso la ira del puerco no era menos que antes. Cuántas piadosas bozes bueltas con profundos gemidos sonaban al çielo, invocando, siquier llamando, los inmortales dioses; cuánto dolor e cuitas del consumimiento de tan escogida mançebía allí era non pueden los istoriales sufiçientemente e complida por exemplo representar.


Tanto duró este debate que ya el día terminava su curso e la luz se partía de la tierra, cuando la virgen Atalanta, que los dioses quisieron en tanta presura guardar, maguer se pusiese en los mayores peligros, aquella ora animosamente firió el dañoso puerco de una lança, rompiendo el ya algúnt tanto por el trabajo amollentado cuero, faziendo manar la caliente sangre, mojando el duro fierro. Allí se bolvieron las sangres del puerco caliente e de los cavallos ya fría, que muertos yazían en mistura estraña. Veyendo esto los valientes mançebos, afincaron el puerco de muchas feridas. E el çaguero que le dio el golpe del cual murió fue Hércules, que era venido a aquel allegamiento, oyendo que se devía fazer tan osado e valeroso acto. Afirmase que el consejo d'esta caça del dicho Hércules salió e por eso la gloria de aquel vençimiento a él fue dada e contada, pues fue comienço consejando e dando osar, e fue fin matando el puerco por que tanto trabajo avía.


Esta istoria introduxeron los poetas porque d'ella, que en parte es fabulosa, pudiesen mostrar e sacar los especulativos material exemplo, por el cual entendiesen que el nuestro cuerpo, cuando se da a deleites sin embargo del spíritu, se falla así como en región o tierra desierta a su guisa, ençenagándose en las sensuales cosas. Es puerco, que por usança toma tanta de osadía, que embarga las spirituales obras e el uso de razón enagena, fasta negar que es materia e pasivo, el spíritu usurpando o tomándose non devidamente el ofiçio de forma activo, soptando el ánima e desdeñándola. Así que el poco bien que era quedado por la vastaçión del mundo, entendido por Atheleo, segúnt es dicho, avié fecho el nuestro cuerpo non dexa, siguiendo sus deleites e talantes, recobrar la perdida graçia, aunque por el mundo con sus pompas esa ora embargado non sea.


E cuando el omne que ha vençido el mundo se esfuerça de cresçer e poblar en virtudes, estonçes siente más fuerte la batalla del cuerpo, que es el puerco que omne cría estando desierto de virtudes. Contra éste non valen lazos de tener miente, nin va len saetas de reprehendimiento: conviene que toda la provinçia del omne se allegue con todas sus fuerças, que son entendidos por los mançebos virtuosos e nobles de Calidonia. E llaman a éste el fuerte Hércules, que es la perseverançia, confiando que por su virtud ya provada vençerá el puerco del cuerpo, pues que mató el león del pensamiento, entendido por la sobervia, segúnt es mençionado en el capítulo segundo.


E demandaron a esta caça la virgen Atalanta, que es entendida por la humildat, que mora en los desiertos de contemplaçión, fuyendo a la compaña de ocupaçión, dada al venático ofiçio, abominando los viçios e traspasamientos de la ley de Dios, e desechando ocçiosidat de buenas obras. Esta Atalanta sabe los passos del monte e la morada de las fieras, cognosçiendo sus propias culpas e escodriñando los escondrijos de su pensamiento. Ésta descubre la cama del puerco del cuerpo por confesión de boca; ésta pone osar a las otras fuerças e assí van las humanas fortalezas en virtuosa faz, cabdelladas por perseverança, entendida por Hércules, e guiadas por Atalanta, entendida por humildat.


Estonçes el inicuo e maligno puerco del cuerpo, sintiendo el spíritu que le contradize, se levanta e sale a camino, enflaquesçiendo el buen propósito e rindiendo imposíbiles las vías de bien bivir spirituales, con los dientes agudos del ábito viçioso llagando los livianos cavallos de la voluntad, corrientes por elpungimiento de las espuelas del ferviente deseo e reglados o detenidos con las riendas de razón, trayendo sobre sí los spirituales motivos, que son cavalleros sobre tales cavallos. Pero tanta es la fuerça qu'el cuerpo ha cobrado cuando mucho tiempo sin contradezimiento ha seguido su voluntad, que a los primeros golpes derriba cavallos e cavalleros spirituales, que en otra temptaçion provaron e fueron cavallerilmente esforçados, en ésta son abatidos e más aquexados, fasta que quedan pocas fuerças spirituales por vençer, las cuales llaman a los dioses, quexándose e condoliendo de la compañia perdida, a demostrar que sin ayuda de Dios espeçial virtudes humanas non pueden vençer el cuerpo.


Paren mientes los que esto les paresçiere estraño cómo sant Pablo, que vençió el mundo e desechando de sí el diablo, por este puerco fue tanto guerreado. Paren mientes a sant Gerónimo, que por cuarenta años fuyendo a la compañia de los omnes, mató en su coraçón las pompas del mundo e ató el diablo con su elocuençia e santo fablar, esponiendo las Escripturas sagradas, cuánto fue guerreado de este puerco, que, ya venido a los postrimeros días de la su vejez e a la flaqueza de los huessos por penitençia, non dexava este puerco presentarle las danças que viera de las donzellas en los coros de Roma. Paren mientes cómo provó al seráfico sant Françisco, que así era junto con pobreza, que toda natura de posesión avía lançado de sí, trayéndole deseo de muger e fijos. E muchos otros dignos de grant recordaçión, que, sobidos al monte de virtudes, non fueron seguros del acometimiento d'este puerco, ca mientra la carga del cuerpo lieven non son seguros de sus asechanças.


E menos es alguno bastante después de la dura batalla llagarlo sinon la virgen Atalanta, que es profunda humildat que llaga e derriba la osadía del çenoso puerco, menospreçiando las sus fuerça, fermosura, industria, compusiçión, durada, agudez, ligereza e compañia, sacándole la su sangre de presumpçión que lo inflama e pasándole la su ira con la aguda lança de paçiençia, llagando la su salvaje carne del deleite e dando fuerça a las otras spirituales virtudes, asi como consejadriz e conservadora de aquéllas. Pero por muchos golpes que resçiba este puerco, fasta que Hércules con el su duro braço le da la mortal llaga. Es a saber, el puerco del cuerpo, maguer sea guerreado e ferido por el espíritu, non resçibe mortal golpe si non por la perseverançia fasta la fin. Este Ercules lo mata e por esto a él es dada la gloria d'este vençimiento. Esto deve seer a perpetua recordaçión divulgado, por que sepan los spirituales omnes cómo e cuándo han de matar este nozible puerco.


Fasta aquí he puesto so brevedat la alegórica e moral significaçión de la tañida poesía, pero por que non entiendan los leyentes que sin real istoria esto passase, porne, segúnt la orden de los otros capítulos, la verdat de aquélla, segúnt los esponedores lo afirman. Çierto es que fue en Calidonia un grant puerco montés entre otros muchos tan grande de cuerpo que jamás en aquellas partes tal non fue visto, que fazía mucho daño en aquella tierra. E prováronlo de matar muchos singulares d'ella e non pudieron, antes algunos de aquéllos por el puerco fueron devorados o comidos. E los poetas en sus istorias fizieron comparaçión de la su grandez a los bueyes de Calidonia e de Sçiçilia, a mostrar que los de Calidonia eran mayores. Es semejable de verdat que fuesen de la casta que Hércules troxo de España, segúnt es dicho en el dezeno capítulo.


E veyendo los más valientes mançebos de Calidonia este daño, juntados e juntos fueron por matar este puerco. E fue con ellos la virgen Atalanta, segúnt es dicho que realmente e de fecho fue, tal como es puesto de suso. E fallado el puerco, defendióse mucho e mató d'ellos algunos asaz señalados. E la primera persona que el firió fue la virgen Atalanta, segúnt en la istoria es puesto, e por eso tomaron osadía los mançebos cavalleros e firieron atrevidamente e rezia el puerco. Mas el postrimero que del golpe mortal o de que murió lo llagó fue un cavallero mançebo de Calidonia, nombrado Meleagro, el cual Boeçio en el logar allegado finge que fue Hércules, a mostrar que muchos Hércules fueron o muchos cavalleros que así ovieron nombre, e aun que cada uno fuerte e así virtuoso cavallero deve e puede seer Hércules llamado. Este Meleagro tajó la cabeça al puerco e diola a la virgen Atalanta, que primero lo avía ferido.


D'esto ovieron grant invidia dos cavalleros antiguos, tíos de Meleagro, que cuidaron aver la honra de aquel acto por seer antiguos, maguer tanto non oviesen fecho por las manos, empero avían aquel fecho por consejo e presençia empeçado e puesto adelante. E quieren dezir algunos que tanta ira conçibieron por non les dar la mejoría e dar aquel presente a la virgen Atalanta, que mataron la dicha virgen e que Meleagro, en vengança de Atalanta, mató los dichos sus tíos.


Esto fue recordado por istoriales escripturas en loores de Meleagro e, segúnt opinión de Boeçio, en loor de Hércules. Es bien verdat que, aunque Meleagro lo fiziese inflamado de los fechos que Hércules en quitar del mundo las nozibles fieras fizo, se movió e atrevió a matar el dicho puerco. E d'esta guisa en su manera Hércules fue causa e a él los loores dar se deven, a exemplo de los animosos e valientes cavalleros, acresçentándoles su esfuerço e rindiéndoles e mostrando tales e grandes fechos posibles e fazederos.


La moralidat d'este trabajo e su real istoria son espejo a todos e cualsequier de los estados ante notados, en do verán el camino del bien bevir e mejor acabar. Singularmente, faze al estado de solitario, que fue fallado por subjudgar, cuanto en esta vida fazer se puede, el cuerpo al spíritu. Ca el cuerpo toma grandes fuerças cuando non es costreñido, retrayendo, siquiere señoreando, del spíritu, en tanto que al que lo quiere regir sin esta subjudgaçión, se rebella e torna con ira porçina, çenosa e inmunda. Pues quien lo quiere acabar e vençer, así como el solitario, conviene acorrerse e retraer a la soledumbre, juntando sus espirituales fuerças, que se derraman en la compañia e uso de las gentes rafezmente. E allí darse a profunda humildat, que es conservadriz del solitario estado, teniendo emiente que sean regidas sus santas inclinaçiones cavallerilmente e discreta con perseverançia. E por mucho qu'el cuerpo lo impunge, a la fin humildat lo llaga, fiere e abaxa el su orgullo e enflaquesçe la su fuerça, ca es virgen jamás non corrompida, a mostrar que las otras virtudes se pueden viçiar reteniendo el primero nombre, faziendo contrarios actos, así como prodigalidat, que quiere seer vista franqueza, e por algunos así es llamada, e audaçia fortaleza, e crueldat justiçia, e así de las otras en su manera. E jamás sobervia non quiere seer vista humildat nin puede aver este nombre, maguer algunas vezes se esconda so el manto de humildat.


En este passo cognoscan los solitarios que los actos de fuera non son humildat, aunque la signifiquen, mas son humiliaçión, ca la humildat non tañida nin viçiada está en el coraçón, bien que muchas vezes se gana por humildes exerçiçios e actos e se raiga en la voluntad onde non era, cresçiendo e mejorando en ella. Con ésta ferirán el sobervio cuerpo enemigo de soledumbre e del virtuoso espíritu. Batalla es inmortal e cuestión o debate que non resçibe paz, de la cual el Apóstol ha fecho expresa mençión en sus epístolas. Sepan aunque poco valdrié domar el cuerpo por la ferida de humildat, si la perseverançia non le matava, continuando de virtud en virtud fasta que el spíritu sea suelto de la corporal atadura. En esta guisa avrá el solitario victoria o vençimiento del puerco calidónico, fecho exemplo a los otros de aquel estado, que, después siguiéndolo, será digna cosa fengirse en aquel mesmo o paresçerle en tal acto semejablemente.


Esto faría al estado de muger, que, considerada la flaqueza de sus fuerças, deve tener emiente este puerco non la sobre, estudiándose de vençerlo por humildat e matarlo por perseverançia, aviendo paçiençia en los reprehendimientos que sus mayores o marido le farán, guardando toda su vida puridar e sinçeridat virginal o conjugal o vidual, segúnt Dios la disporná fasta qu'el ánima vença al cuerpo, dexándolo muerto en los montes d'este mundo. E así de los otros estados podrés exemplificar por la subçinta e cogida aquí dada manera en el reposo de vuestro entendimiento, buscando los grados e propriedades de las semejanças de los otros en este capítulo presentadas.