= IV =


Luna naciente en el mar


Subir veo lentamente
la nítida y blanca luna.
Goethe


Velado el horizonte
de un capuz nebuloso,
purpúreos resplandores
nacen de entre su cerco tenebroso.


Con lentitud se avanzan
el espacio ocupando,
y los cielos y tierra
de luminosos rayos inundando.


Disípanse las nubes
del vasto firmamento,
que de nuevo se cubre
de variado y magnífico ornamento.


Y las estrellas mustias,
trémulas centellean,
y parece abandonan
el lobregoso alcázar que hermosean.


Coronada de luces
la luna se aparece;
cual reina de la noche
en su cerúleo trono resplandece.


Contémplase gozosa
en el mar transparente,
que mueve sus cristales
con majestad serena e imponente.


En calma la natura,
parece adormecida,
y su faz macilenta
a meditar al pensador convida.


Renacerá la Luna,
y tras ellas los días
circularán veloces,
llevándose las esperanzas mías.