Los condenados: 43
Escena X
editarJOSÉ LEÓN, GINÉS; PATERNOY, FELICIANA, por el pórtico.
PATERNOY.- ¡Oh, qué audacia!... ¡Aquí tú!
JOSÉ LEÓN.- Sí señor.
PATERNOY.- ¡Desdichado! ¿A qué entras aquí si no podrás verla?
JOSÉ LEÓN.- (Con calma, sin jactancia.) La he visto.
PATERNOY.- (Asombrado, reprimiendo su cólera.) ¡Que la has visto!
FELICIANA.- Señor Paternoy, sea usted indulgente con este loco. Impida que las Madres se alboroten, y prevenga a las autoridades, para evitar cualquier desmán que ciertos ansotanos levantiscos pudieran cometer aquí.
PATERNOY.- (Con displicencia.) Yo carezco en Berdún de la fuerza moral que en nuestro valle tengo; no puedo nada, ni conozco autoridades...
FELICIANA.- (Con resolución.) Yo sí... Y he de poder poco o conseguiré dos cosas: impedir un atropello y ponerle en salvo.
PATERNOY.- Me parece bien... Vaya usted.
FELICIANA.- Sí, sí. Ginés, acompáñame.
GINÉS.- Vamos. (Vanse GINÉS y FELICIANA por la izquierda.)