Los condenados: 22
Escena VI
editarGINÉS, PATERNOY.
GINÉS.- Por ahí nadie le ve... Que Dios le inspire, a ver si... (Aparece PATERNOY en la puerta, con botas de montar y látigo.) ¡Ah!... Señor don Santiago... Adelante... (Con desconfianza.) (¿Visita de santo? Malorum. No me fío.)
PATERNOY.- (Avanzando despacio y observando la casa.) ¡Qué aspecto de miseria! ¿No está ese hombre?
GINÉS.- No señor, ha ido al río, a ver si pescaba unas truchas... ¿Quiere el señor descansar?... ¿Viene de caza?
PATERNOY.- No.
GINÉS.- Ya le he visto a caballo... ¿Va el señor hacia la villa?
PATERNOY.- (Secamente.) No. Preguntón estás...
GINÉS.- Dispénseme.
PATERNOY.- Ahora me toca preguntar a mí... ¿Has visto por aquí a Primitivo Barbués y otros amigos, que salieron de Ansó esta mañana?
GINÉS.- No señor, no los he visto. (Aparte, receloso.) (¡Dios me valga, esos brutos aquí!)
PATERNOY.- ¿Y a Jerónimo Gastón, mi tío, no le has visto tampoco?
GINÉS.- Puede creerme que no.
PATERNOY.- Sí te creo. ¿Pero no hay nadie en esta casa?