Los Misterios de la Vida y de la Muerte: IV
CAPITULO III: REENCARNACIÓN Y KARMA
editarEl alma abatida dentro del seno del infinito ve a millares de seres inefables o ángeles, Arcángeles, Tronos, Virtudes, Potestades, etc., y entonces, comprende que esos seres divinos fueron hombres que se perfeccionaron y que sufrieron muchísimo en la escuela de la vida. El alma comprende que la vida es una escuela, y desea volver a esa escuela de la vida para perfeccionarse. Cuando el Alma quiere volver a esa escuela de la vida para perfeccionarse, cuando el Alma quiere volver al mundo, entonces los ángeles del destino llevan a esa alma a un nuevo hogar: los Ángeles del Destino unen al Alma o mejor dijéramos conectan el alma en el espermatozoide del Semen del Padre.
Ese espermatozoide elegido por el alma que va a nacer, hace fecunda la matriz. Entre el vientre materno el alma permanece durante nueve meses, formando su nuevo cuerpo físico. No obstante el alma no está prisionera porque puede entrar y salir del vientre materno y de su cuerpo cada vez que quiera. A los nueve meses nace el alma con su nuevo cuerpo de niño.
Si en la pasada reencarnación hicimos mucho mal al prójimo entonces nos toca ahora sufrir las consecuencias y nacemos con muy mala suerte; los negocios nos fracasan, la miseria nos persigue y sufrimos inmensamente. Si antes le quitamos la mujer a otro, entonces, ahora nos la quitan a nosotros; si fuimos malos padres, si no supimos ser buenos con los hijos, entonces nos toca nacer en un lugar más amargo que la hiel. Los padres nos harán sufrir a nosotros en la misma forma en que nosotros hicimos sufrir a nuestros hijos en la pasada reencarnación. El que siembra rayos, no tiene más remedio que cosechar tempestades. El que siembra su maíz que se coma su maíz, cada quien cosecha lo que siembra. Si Dios enviara un alma a nacer entre las comodidades sin haber hecho algún bien, y a otros, sin haber hecho algún mal y los hicieran nacer en la miseria, ¿dónde estaría la Justicia de Dios?.
Un genio llega a ser genio porque en millones de vidas ha venido luchando por perfeccionarse. Nosotros somos la resultante de nuestras pasadas reencarnaciones. Con la vara con que midiereis, seréis medidos. Existen 42 Maestros del Karma. El Karma es la Ley de la Compensación.
En cada reencarnación somos nosotros más y más perfectos. Hemos venido millones de veces a este mundo, y nos toca seguir viviendo, hasta que nos volvamos perfectos.
Existe un sistema para recordar nuestras pasadas reencarnaciones: este sistema es el ejercicio retrospectivo. El discípulo se acuesta en su cama todas las noches y entonces practica los ejercicios retrospectivos. Comenzará el discípulo por recordar todas las cosas acaecidas, una hora antes de acostarse, dos horas antes, de todos los instantes de la tarde y de la mañana ocurridos durante el día. Se esforzará el discípulo por recordar todas las cosas de la víspera y de la antevíspera. Se debe hacer por recordar todo lo sucedido durante un mes, en dos meses, en tres, en un año, en diez años, veinte años atrás, hasta recordar minuciosamente toda la historia de su vida.
Haga el discípulo por recordarse los primeros cinco años de su vida. El Discípulo notará entonces que esto es muy difícil. Estos años son muy difíciles de recordar; pero hay un secreto para recordarlos: El discípulo debe adormecerse pronunciando mentalmente los Mantrams (Palabras de poder) siguientes: RA-ON... GA-OM... El discípulo se adormecerá pronunciando estas dos palabras mentalmente y esforzándose en recordar en su sueño todas las cosas que le sucedieron en los cinco primeros años de su historia, de la infancia.
Los sueños son verdaderos. Nuestros discípulos deben abrir la Biblia y estudiar el Libro de Daniel para que aprendan.
Después de haber recordado nuestros discípulos toda su vida actual, entonces deben esforzarse por recordar los últimos momentos de su pasada reencarnación. Si el Discípulo logra dormirse tranquilamente haciendo esta práctica entonces en fecha próxima podrá recordar en sus sueños toda su pasada reencarnación. Con este secreto todo discípulo, no solamente podrá recordar su pasada reencarnación sino, además, también podrá recordar todas sus pasadas reencarnaciones. Lo que se necesita es practicar todas las noches hasta obtener el triunfo y tener mucha fe.