Libro de Buen Amor: 083
Enxiemplo del asno e del blanchete
Un perrillo blanchete con su señora jugava,
con su lengua e boca las manos le besava,
ladrando e con la cola mucho la falagava,
demostrava en todo grand' amor que la amava.
Ante ella et sus compañas en pino se tenía,
tomavan con él todos solás et plasentería,
dávale cada uno de quanto que comía,
veíalo el asno esto de cada día.
El asno de mal seso pensó, tovo mientes;
dixo el burro nesçio ansí entre sus dientes:
'Yo a la mi señora et a todas sus gentes
más con provecho sirvo, que mil tales blanchetes.
Yo en mi espinaso les trayo mucha leña,
tráyoles la farina que comen, del azeña,
pues terné pino e falagaré la dueña
como aquel blanchete que yase so su peña.'
Salió bien rebusnando de la su establía,
como garañón loco el neçio tal venía,
retoçando et fasiendo mucha de caçorría,
fuese para el estrado do la dueña seía.
Puso en los sus ombros entrambos los sus brazos,
ella dando sus voses, vinieron los collaços,
diéronle muchos palos con piedras e con maços
fasta que ya los palos se fasían pedaços.
Non deve ser el omen a mal faser denodado,
nin desir nin cometer lo que non le es dado,
lo que Dios e natura an vedado et negado,
de lo faser el cuerdo no deve ser osado.
Quando coyda el babieca, que dis' bien e derecho,
et coyda faser servisio e plaser con su fecho,
dise mal con neçedad, fase pesar et despecho,
callar a las de vegadas fase mucho provecho.
Et porque ayer, señora, vos tanto arrufastes,
por lo que yo desía por bien vos ensañastes,
por ende non me atrevo a preguntar qué pensastes:
ruégovos que me digades en lo que acordastes.»
La dueña dixo: «Vieja, mañana madrugeste
a desirme pastrañas de lo que ayer me fableste:
yo non lo consentría como tú me lo rogueste,
que consentir no debo tan mal juego como éste.»
«Sí», dixo la comadre, «quando el çerujiano
el coraçón querría sacarle con su mano,
desirte he su enxiemplo agora por de mano,
después darte he respuesta qual debo e bien de llano.