Libro de Buen Amor: 078
De cómo Trotaconventos consejó al arçipreste que amase alguna monja, e de lo que le contesçió con ella
Ella dixo: «Amigo, oídme un poquillejo,
amad alguna monja, creedme de consejo,
non se cansará luego, nin saldrá a consejo,
andarás en amor de grand' dura sobejo.
Yo la serví un tiempo, moré y bien dies años,
tienen a sus amigos viçiosos sin sosaños,
¿quién diríe los manjares, los presentes tamaños,
los muchos letuarios nobles e tan estraños?
Muchos de letuarios les dan muchas de veses,
diaçitrón, codonate, letuario de nueses,
otros de más quantía de çahanorias raheses,
envían e otras cadía a reveses.
Cominada, alexandria, con el buen diagargante
el diaçitrón abatis con el fino gengibrante
miel rosado, diaçiminio diantroso va delante,
e la roseta novela que debiera desir ante.
Adraguea e alfenique con el estomaticón
e la garriofilota con diamargaritón
triasándalix(86) muy fino con diasanturión,
que es para donear preçiado e noble don.
Sabed, que de todo açúcar allí anda volando,
polvo, terrón, e candí, e mucho del rosado,
açúcar de confites, e açúcar violado,
et de muchas otras guisas, que yo he olvidado.
Mompeller, Alexandría, la nombrada Valençia
non tienen de letuarios tantos nin tanta espeçia,
los más nobles presenta la dueña que más preçia,
en noblesas de amor ponen toda su femençia.
Et aun vos diré más de quanto aprendí,
do an vino de Toro, non envían baladí,
desque me partí d'ellas, todo este viçio perdí
quien a monjas non ama, non vale un maravedí.
Sin todas estas noblesas an muy buenas maneras.
son mucho encobiertas, donosas, plasenteras,
más saben e más valen sus moças cosineras
para el amor todo que dueñas de fueras.
Como imágenes pintadas de toda fermosura,
fijasdalgo muy largas, e nobles de natura,
grandes demandaderas, amor siempre les dura
con medidas complidas e con toda mesura.
Todo plaser del mundo e todo buen donear
solás de ucho saber me el falaguero jugar:
todo es en las monjas más que en otro lugar,
probadlo esta vegada, e quered ya sosegar.»
Yo le dixe: «Trotaconventos, escúchame un poquillo
¿yo entrar cómo puedo do non sé tal portillo?»
Ella dis: «Yo lo andaré un pequeño ratillo,
quien fase la canasta, fará el canastillo.»
Fuese a una monja, que avía servida:
díxome que l' preguntara: «¿Quál fue tu venida?
¿cómo te va, mi vieja? ¿cómo pasas tu vida?»
«Señora», dixo la vieja: «así, a comunal medida.
Desque me partí de vos a un arçipreste sirvo,
mançebo bien andante, de su ayuda vivo;
para que a vos sirva cada'l día lo avivo;
señora, del convento non lo fagades esquivo.»
Díxol' doña Garoça: «¿Enviote él a mí?»
Díxele: «Non, señora; mas yo me lo comedí
por el bien que me fesistes en quanto vos serví:
para vos lo querría tal que mejor non vi.»
Aquesta buena dueña avíe seso bien sano
era de buena vida, non de fecho liviano;
dis': «Así me contesçería con tu consejo vano
como con la culebra contesçió al ortolano: